Los tres coladores

14 de septiembre de 2006
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En cierta ocasión, un hombre se acercó a Sócrates y le dijo:
-Tengo que contarte algo muy serio de un amigo tuyo.
Sócrates le miró profundamente con sus ojos de sabio y le preguntó: -¿Ya has pasado lo que me quieres contar por la prueba de los tres coladores?
-¿Qué prueba es esa? -le dijo desconcertado el hombre.
-Si no lo sabes, escúchame bien. Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.El primero de los tres es el colador de la verdad. ¿Estás completamente seguro de que es cierto lo que me quieres contar?
-En realidad, seguro, seguro, no. Creo que es cierto porque lo escuché de un hombre muy serio, que no acostumbra decir mentiras.
-Si eso es así, con toda seguridad que no lo pasaste por el segundo colador. Se trata del colador de la bondad. Eso que me vas a contar, ya que no estás seguro de que sea verdad, por lo menos ¿estás seguro de que me hará bien?; ¿Crees que es bueno que yo lo oiga?"
Respondió el otro: "Precisamente bueno, no, más bien lo contrario."
Sócrates lo miró compasivamente y siguió diciéndole:
-Aunque hubieras pasado lo que quieres decirme por estos dos primeros coladores, todavía te faltaría el tercero, el de la utilidad. ¿Estás seguro que me va a ser realmente útil lo que quieres contarme?
-¿Útil? En verdad que no.
-¿Ves? –le dijo el sabio-, si lo que me quieres contar no sabes si es verdadero, y ciertamente no es ni bueno ni provechoso, prefiero que no me lo digas y lo guardes sólo para ti.