«Ya no os llamo, siervos, sois mis amigos»
por: Luis González-Carvajal en Jesucristo el rostro humano de Dios el
Era tal el aprecio de los judíos por la Ley que los rabinos del siglo III llegaron al extremo de afirmar que en el cielo había una escuela para estudiarla y el mismo Dios dedicaba tres horas diarias a esa tarea. Sin embargo, la palabra «ley» (desde el dec