Este es el método de la oración que entonces usé: Desde que no pude reflexionar discursivamente con el intelecto, yo me esforzaba por dibujar a Cristo dentro de mi, esto me hizo un gran bien -en mi opinión- al imaginarle en aquellas escenas donde le veía más solo… La escena de la oración en el huerto, especialmente, fue reconfortante para mí; trataba de ser su compañía en ese momento.
Si yo pudiera, pensaba en el sudor y la agonía que él estaba experimentando. Decidí limpiar ese sudor que él experimentó con tanto dolor pero me di cuenta de que nunca me iba a atrever a hacerlo ya que mis pecados se presentaban ante mí con tanta seriedad. Permanecí junto a él tanto como mis pensamientos me lo permitieron, porque había muchas distracciones que me atormentaban. La mayoría de las noches, por muchos años, antes de ir a dormir, cuando me encomendaba al Señor preparando el sueño, siempre ponderaba, por un momento, este episodio de la oración en el huerto.
Teresa de Avila (Escritos místicos)
- Santa Teresa de Avila (1515-82) fue la fundadora de las Carmelitas Descalzas y una de las primeras mujeres en ser declarada “Doctora de la Iglesia”