Adviento 24. Día 10: Martesde la segunda semana.

10 de diciembre de 2024

Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios. Is. 40,1-11

Comentario

Isaías nos recuerda que Dios no es tan complejo como nos lo imaginamos. Que no da infinitas órdenes y preceptos imposibles, sino que nos convoca a la misericordia de los pequeños gestos. En este caso lo repite dos veces como si la misma palabra pesase poco: consolad, consolad. En medio de las injusticias, de los dolores, de los sinsentidos, de tantas oscuridades que a veces nos cercan, el enviado de Dios (nosotros lo somos) consuela. No solo con palabras sino también con los gestos samaritanos que hacen nacer la Buena Noticia en medio de las noches profundas de tantos pueblos.

Oración

Dios del consuelo,
haz que sigamos en la senda que nos trazas,
que seamos testigos de misericordia,
de escucha, de acompañamiento.
Que el juicio no sea inmisericorde,
que no nos olvidemos del pobre y desvalido,
de la viuda y el huérfano,
del migrante y el que vive la soledad.
Que no nos cansemos de exigir la construcción
de una sociedad más justa
y en la que nadie se quede atrás.
Que tengamos actitudes y palabras de consuelo,
también con nosotros mismos.

Foto: Miguel Ángel Velasco