Algunos Himnos o Lemas en Apoyo de la Justicia

7 de febrero de 2011

Los grandes profetas judíos, los precursores de Jesús, acuñaron un mantra que reza así: La calidad de vuestra fe se juzgará por la calidad de la justicia en la tierra, y la calidad de la justicia en la tierra se juzgará según les vaya a las “viudas, a los huérfanos y a los extranjeros” (código bíblico para los tres grupos más vulnerables en la sociedad) mientras vivís en el mundo.

Jesús no discreparía de esto. Cuando él describe el juicio final en el capítulo 25 del Evangelio de Mateo, nos dice que ese juicio no evaluará en primer lugar la doctrina correcta, la buena teología, la asistencia a la iglesia, o incluso la piedad personal y la sexualidad moral, sino que valorará cómo tratamos a los pobres. Nadie alcanza el cielo sin una carta credencial de los pobres. Jesús y los grandes profetas dejan esto bien claro.
También ha quedado esto claro en las encíclicas sociales de la iglesia católica romana a través de los últimos 150 años; muy recientemente, en las encíclicas sociales de Juan Pablo II. Percibimos también esto en las tradiciones proféticas de todas las iglesias cristianas y en algunos grandes cristianos que han afectado nuestras vidas en el siglo pasado: Madre Teresa, Dorothy Day, Oscar Romero, Tomás Merton, Martin Luther King, William Stringfellow y Catherine Doherty, entre otros. Vemos también este reto en nuestra propia generación: en el trabajo y en los escritos de personas tales como el obispo Tutu, Nelson Mandela, Jean Vanier, Henri Nowen, Daniel Berrigan, Bryan Hehir, Jim Wallis, Pedro Casaldáliga, Hélder Cámara, Leónidas Proaño, Gustavo Gutiérrez, Ignacio Ellacuría, y otros.
De acuerdo que este reto en favor de la justicia no niega otras obligaciones religiosas y morales, pero permanece siempre como un principio fundamental, no-negociable: Vamos a ser juzgados según cómo lo pasaron los grupos más vulnerables (“viudas, huérfanos y extranjeros”) cuando vivíamos y practicábamos nuestra fe. ¡Tremendo reto!
A veces es útil cantar nuestras verdades, con dos fines: para que la rima y el ritmo puedan grabar las palabras en nuestra conciencia de modo más indeleble, y para que la canción misma nos pueda ayudar a aumentar nuestro coraje y determinación. He aquí algunos “cantos” o lemas que abogan por la justicia: reclamo eslogan
  • Necesitamos arder de nuevo, porque nuestra esperanza ya no es fácil. Vivimos en una cultura de pesimismo y decepción en la que Pentecostés ya no puede darse por supuesto. Tenemos que rechazar el convertir al Espíritu Santo en una pieza de propiedad privada, en vez de convertirlo en un espíritu realmente importante. (Mary Jo Leddy)
 
  • Mirando a una estampa de Nuestro Señor en la Cruz, me impresionó tremendamente la sangre que fluía de una de sus divinas manos. Sentí una punzada de gran pesar al pensar que esa sangre está cayendo al suelo sin que nadie se apresure a recogerla. Prometí mantenerme en espíritu al pie de la Cruz para recibir su rocío. Pasaré mi vida recogiéndolo. (Teresa de Lisieux)
 
  • El salario del trabajo es dinero en efectivo. El salario del dinero en efectivo es el afán por más dinero en efectivo. El salario del afán por más dinero es la competición virulenta. El salario de la competición virulenta es – el mundo en que vivimos.
(D.H. Lawrence)
 
  • Hay Siete Pecados Sociales:
– Política sin principios
– Riqueza sin trabajar
– Negocios sin moralidad
– Placeres sin conciencia
– Conocimiento sin carácter
– Ciencia sin humanidad
– Culto sin sacrificio
(Mohandas Gandhi)
 
  • Fuerza sin compasión es violencia, compasión sin justicia es sentimiento, justicia sin amor es marxismo, y… amor sin justicia es tontería!
(Card. Jaime Sin, de Manila)
 
  • Los “nadies”. Los nadies: los hijos de los nadies, los dueños de nada.
    Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local. Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.
(Eduardo Galeano, “Los Nadies”)
 
  • En el esquema del mundo y sus cosas, la supervivencia de los más dotados es la regla. En el esquema de Dios, la supervivencia de los más débiles es la regla. (Alfonso Keuter)
     
  • No es posible crear un mundo en el que no sufran los inocentes, pero es posible crear un mundo en el que menos inocentes sufran. (Bryan Hehir)
 
  • No queremos vuestro dinero: os lo podemos robar cuando lo necesitemos. Os necesitamos para que nos guiéis de vuelta a Dios, y nos deis empleo.
(Súplica de un líder de una banda criminal
a un grupo de líderes de la iglesia
y de los negocios).
 
  • Perdido está un lugar, también. (Cristina Crawford)
 
  • Podrías decir que, si estás caminando por los caminos de la vida estos días, y buscando un trozo de Dios o algún sentido que guíe tu vida, tendrías que estar mirando hacia abajo. Porque si quieres encontrar a Dios estos días, lo hallarás en las pequeñas cosas. El encuentro se va a realizar a ras de tierra; quizás incluso bajo tierra. Buscar a Dios, estos días exige buena disposición para investigar lo pequeño, para descender. Mirar hacia abajo. Mirar hacia abajo. Mirar hacia abajo.
(Poema azteca).