Testimonio de Nelly Limas, catequista y responsable de la Pastoral de la salud en la comunidad de San Francisco de Yojoa. “Soy catequista y pertenezco a la parroquia S. Juan Bautista. Mi comunidad se llama S. Francisco de Yojoa. Mi experiencia de la misión, junto con la de mi esposo Víctor, Delegado de la Palabra, ha sido de un crecimiento humano y espiritual inesperado. La misión ha sido un privilegio que Dios nos ha concedido par acercarnos más a él y a los vecinos y hermanos de comunidad. Las visitas del P. José Vivanco (Pepe) nos ayudaron para emprender esta misión y para exponerle a él nuestras inquietudes.
Desde hace algún tiempo surgió en la S. Francisco la necesidad de formar y organizar un equipo de personas que se dedicaran a visitar y acompañar a los enfermos. Maribel, Cenovia, Gloria, Ada, Neida, Luisa y el hermano Guillermo pusimos en marcha
el grupo y seguimos fielmente los compromisos que vamos adquiriendo.
Mi experiencia más feliz y maravillosa es transmitir a los hermanos enfermos el amor, y sentirme amada por ellos. Comparto uno de los muchos testimonios recibidos en mi vida pastoral. Un día visitamos a la señora Juana Hernández. Su salud era grave, estaba deprimida, acostada en su lecho, el cuerpo muy despellejado casi sin piel en sus brazos. Lo único que le aplicaban sus parientes era manteca de cocinar, porque son sumamente pobres. Sentimos compasión de ella y el profundo deseo de verla recuperada. Todo el grupo se puso en oración. Oramos clamando al Señor por el alivio y la salud de Juana. Hicimos todas las gestiones solidarias necesarias para llevarla al doctor. Las inyecciones recetadas pronto hicieron su efecto y la recuperación fue pronta. Estoy convencida de que, cuando oramos con fe y con espíritu de amor, el Señor nos escucha y atiende nuestro clamor. De este modo llegamos al corazón de Dios, le estremecemos y responde a nuestras plegarias.
Por lo que respecta a la Santa Misión me ha hecho pensar lo reflexionado sobre nuestra propia realidad y me ha motivado a orar más por la sociedad de nuestro país. Con la experiencia de las pequeñas comunidades nos hemos acercado y conocido más, hemos crecido juntos en la fe, hemos orado en comunidad, he sentido un mayor acercamiento con mis hermanos vecinos.
He sentido un mayor apoyo y participación de los miembros de mi propia familia en las actividades que se han realizado estas semanas”. (Nelly Limas)