Una de las características de la relación de amor matrimonial es la fecundidad. Se expresa de muchas maneras. Especialmente en la vida de los hijos que continúan la presencia, la huella y la herencia de los padres. Presento aquí las cartas de una hija y un hijo leídas en el funeral de su padre, fallecido en edad temprana, a causa de un cáncer. Expresan con inspiración lo que significa ser hijo y su visión de los padres.
¿Qué ha significado mi padre en mi vida?
Bueno, todavía estoy un poco bloqueada. Cada día que pasa, se me está haciendo más complicado el volver a casa, esperando a que llegues para darte un beso y comentar como nos ha ido el día, mientras empiezo a ser consciente de que eso ya no va a pasar. Hay muchos momentos en los que pienso y siento, que estoy en un sueño, ya que mi cerebro rechaza el aceptar que esto haya podido suceder de verdad y tan rápido.
Durante toda la vida, me has ido enseñando valores, pero el más reciente que se me viene a la cabeza, es el del trágico día en el que el doctor, vio algo raro y te comentó que tendrías que hacerte una prueba más.
Cuando me lo dijiste, yo me derrumbé al pensar en la posibilidad de oír al día siguiente esa palabra que todos tememos y que por desgracia tuve que oír. Sin embargo, tú viniste a mi cuarto, y sentado y calmado como siempre, me tranquilizaste, y me dijiste que lo que viniese, habría que ir afrontándolo. Paso a paso. Y así has hecho. Sin duda alguna, has querido y has luchado desde el primer momento hasta el último, siempre con una sonrisa en la cara, siempre con ese espíritu de alegría y superación.
Viendo el lado positivo, pienso que esta enfermedad que te ha llevado a la tumba, te ha dejado disfrutar de la vida durante todo el proceso, y eso ha sido gracias a tu actitud. La actitud de disfrutar el día a día, de disfrutar cada minuto con la familia y amigos, de querer ganar la batalla y no tirar en ningún momento la toalla…. Y esa, es la actitud que debemos adoptar ante situaciones difíciles.
Se que te lo he dicho en muchas ocasiones, pero no puedo sentirme más orgullosa de tener el padre que tengo. Creo que tenemos caracteres muy parecidos. Tú me has enseñado muchos valores como es el del respeto, el amor, la familia, el sacrificio, y otros, que me cuestan un poco más de adoptar, como es el de la paciencia…
Está claro, que eres un ejemplo a seguir en todos los ámbitos. Y sé, que ahora la única diferencia es, que no vas a estar físicamente, pero sé, que vas a estar a mi lado cada día, cuidándome como siempre lo has hecho. No tengo duda.
Gracias por habernos dado a mis hermanos y a mí, todo lo que nos has dado; por todos esos momentos cariñosos y alegres, y por todos esos valores que hemos aprendido gracias a ti. Esa, desde luego ha sido la mejor herencia que has podido dejarnos.
Te quiero mucho papá.
VIRGINIA
Para mí, mi padre lo ha sido todo. Ha sido la tranquilidad en los momentos en los que estaba nervioso, la alegría en los momentos que estaba triste y la fuerza cuando estaba cansado.
Contigo a mi lado me he sentido seguro, fuerte, convencido de que mis decisiones eran las correctas tras haberlas consultado contigo previamente. Tú me has enseñado que el esfuerzo más la constancia es la única fórmula del éxito, que los resultados a veces tardan un poco más en llegar, pero siempre llegan. Que no hay nada imposible, las barreras sólo están en tu cabeza. Sin tu apoyo ni tus consejos no hubiera llegado a lo que soy hoy.
Además, todos estos valores que nos habéis inculcado mamá y tú siempre han ido acompañados de un amor incondicional. Me he sentido muy querido. Todos los días, por muy tarde y cansado que llegaras a casa, siempre me dabas un beso, un abrazo, una pregunta por cómo me había ido el día y unas palabras de ánimo para los conflictos tontos del día a día.
Cuando eres pequeño te crees con el derecho, incluso piensas que tus padres tienen la obligación de quererte, perdonarte y apoyarte incondicionalmente simplemente por el hecho de ser tus padres. Pero a medida que iba creciendo iba descubriendo ensimismado la persona tan especial y maravillosa que eres. Siempre tan cariñoso, dándome ánimos cuando estaba bajo, incluso con cartas y notas de cariño que nos escribías antes de irte a trabajar para que las viéramos al levantarnos.
Pero no te quedabas sólo ahí. Todavía te quedaba más amor para repartir entre los amigos, los compañeros de trabajo, la familia (aunque estuviera lejos). Siempre con ganas de ayudar, atento, cariñoso, enérgico y con una sonrisa en la cara. Como bien me decías, todo es más fácil con una sonrisa en la cara. Y claro cuando siembras mucho, recoges tanto o más. Me llena de alegría ver y oír las experiencias que cada persona (y son muchas) ha tenido contigo y que siempre acaban igual; “Para mí tu padre ha sido una persona muy especial”.
Siempre recordaré el día de mi boda, cuando me leíste esa carta tan bonita cargada de sentimientos y que casi no podías leer de la emoción en la que me decías todo lo que me querías y lo orgulloso que te sentías de ver en la persona en que me había convertido. No puedo describir con palabras la emoción que sentí en ese momento. Escuchar esas palabras de la persona que más admiro en mi vida es el mejor premio que una persona puede recibir.
Has sido un ejemplo de todo, siempre llego a la misma conclusión: ¡Qué suerte he tenido de tenerte como padre! No tengo ninguna duda de que seguirás siempre a mi lado, aunque sea de otra manera, llevándome por el buen camino, disfrutando los buenos momentos y sufriendo los malos, aliviándome la pena, pero sobre todo muy orgulloso del enorme legado que nos has dejado.
¡Te quiero PAPÁ!
RICARDO