Desde hace dos días, varios equipos de rescate de Cáritas Filipinas trabajan contra reloj en el sur de Mindanao en las labores de ayuda a los damnificados por las graves inundaciones causadas el pasado fin de semana por el tifón “Washi”.
Se estima que más de 600 personas han perdido la vida y otras miles se han quedado sin hogares debido a la fuerza del diluvio, que ha arrasado barrios enteros de las ciudades de Cagayan de Oro e Iligan. Decenas de miles de desplazados han sido acogidos de forma temporal en diversos centros de evacuación temporal, como iglesias y centros educativos.
La importancia de los daños causados por el tifón se debe, en gran medida, al hecho de que «en Mindanao no suele registrarse tormentas como esta, por lo que muchas personas fueron sorprendidas por el mismo sin estar preparadas», explica monseñor Broderick Pabillo, obispo auxiliar de Manila. «Este puede ser un resultado del cambio climático: tifones que llegan en momentos y lugares donde normalmente no lo hacen”, añade.
Situación en Cagayan de Oro, Iligan y Dumaguete
El número de muertos es tan elevado, que los tanatorios locales están desbordados y no aceptan ya más cadáveres. En la ciudad de Cagayan de Oro no hay agua corriente, lo que está provocando largas colas de damnificados en los pocos puntos de suministro y una escalada de los precios del agua embotellada. Aunque la electricidad había sido restablecida ayer en el 80% de la ciudad, 23 de sus distritos todavía están inundados.
En esta ciudad, la red Cáritas está distribuyendo ayuda de primera necesidad a los damnificados a través de un centro temporal de respuesta a la emergencia gestionado de manera conjunta por la Arquidiócesis y la Universidad Xavier.
En Iligan, cientos de familias han sido instaladas de forma temporal en el gimnasio de la Universidad Estatal de Mindanao, aunque se informa de que el Gobierno local está quedando sin suministros de emergencia para los evacuados.
Otra de las zonas afectadas, la Diócesis de Dumaguete, en Negros Oriental, ha pedido ayuda urgente a Cáritas Filipinas, que ha enviado de forma urgente un equipo de ayuda a la zona para evaluar daños y coordinar la respuesta de emergencia.
Respuesta de Cáritas Española
Cáritas Española ha activado su protocolo de respuesta a las emergencias para apoyar las acciones del conjunto de la red internacional de Cáritas a este nuevo desastre y acompañar los planes de Cáritas Filipinas para ayudar a los damnificados. En los próximos días se remitirá desde Manila a toda la red Cáritas el correspondiente llamamiento de ayuda, con los capítulos operativos y económicos prioritarios, a los que Cáritas Española ya ha adelantado su compromiso de ayuda.
Otros dos tifones en septiembre y octubre
Este nuevo tifón viene añadir una nueva situación de emergencia a las islas Filipinas, que desde el pasado 27 de septiembre se han visto asoladas por otros dos tifones, “Nesat” y “Nalgae”, que afectaron gravemente el norte del archipiélago, dejando un rastro de destrucción masiva en la mayor parte del norte y centro de la isla de Luzón, y más de un millón de personas damnificadas.
Cáritas Española ha contribuido hasta la fecha a los daños causado por esos dos tifones con una partida de 100.000 euros, con destino a los programas de Cáritas Filipinas para proporcionar asistencia urgente a 10.200 familias.
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