Es entonces cuando otra vez la certeza de ser felices nos invade.
Es la hora de reelegir el Camino y de radicalizarte en Él.
Vives entre el odio, pero eliges la LUZ invencible.
Sientes como posibilidad la violencia estéril, pero te entregas al AMOR
como única verdad absoluta en su forma concreta de ternura, compasión, perdón.
Y aunque tropieces con seres humanos incapaces de perdonar
y que utilizan la muerte como método,sabes sin embargo que la tolerancia de los PACÍFICOS se impondrá;
que la marcha de los MANSOS escribirá la historia.
Descubres un pueblo que, aun en estos momentos difíciles,
lleva en sus labios el don maravilloso de la ALEGRÍA.
Encuentras en tu camino a esos sedientos de JUSTICIA
que conquistan para los demás mejores condiciones de VIDA.
Compruebas que son legión los que arriesgan su vida
para ser ellos mismos más felices, y –a la vez-
para hacerse más compresivos y solidarios con el dolor de los demás.
Tú mismo con inmensa alegría comienzas también a darte,
para procurar que la vida sea un tierno juego
entre todos los seres humanos, aquí en la tierra.
