La vida según el espíritu es un proceso de humanización. Dios nos ha hecho a su imagen; el hombre cuando se endiosa, se deshumaniza. Dios sale en nuestra ayuda, nos recrea en Jesús, imagen de Dios e imagen del hombre nuevo lleno dei Espíritu de la Verdad prometido y enviado por Jesús.
Nuestro crecimiento humano es ante todo crecimiento en lo más genuino de la imagen de Dios en nosotros: el amor. Sólo amando podemos realizarnos como personas. El Espíritu, al regalarnos con el mismo amor con que Dios ama, desarrolla nuestras posibilidades de amar hasta divinizarnos: llegamos a ser hijos en el Hijo, comunidad de discípulos y hermanos de los enemigos.
La vida según el Espíritu es, ante todo, una vida en el amor. la vida según la "carne" es negación de amor, negación de Dios. es egoísmo, perpetuo infantilismo.
El amor hace personas de espiritualidad integrada, equilibradas en la contemplación y en la acción, capaces de darse sin poseer ni esclavizar, desprendidas de sí mismas, libres y alegres por el espíritu que les permite poner el corazón en los tesoros del Reino, capaces de sacrificarlo todo porque han reconocido a Jesús en el hambriento, y le dan de comer, en el sediento, y le dan de beber… (Mt 25,31-46). El Espíritu ha hecho todo de la nada en comunión con el Padre y el Hijo. El Espíritu ha fecundado las entrañas de María y la "Palabra" se hizo carne, historia, naturaleza humana… Este Espíritu reconocido y acogido por los laicos les guía hacia su madurez humana porque los verdaderos carismas humanizan: liberan, unen, sirven… los falsos carismas fanatizan, dividen, condenan.
PARA PENSAR Y DIALOGAR
1. ¿Cómo te humaniza y te hace más persona la acción del espíritu y tu respuesta?.. Describe actitudes, liberaciones, relaciones nuevas…