La actividad humana es una forma de autorrealización y de cooperación con el Dios creador. Suscita la gratitud, la alabanza y la celebración. He aquí un esquema para celebrar su sentido.
Monitor: Trabajo: ¿Vocación? ¿Carrera? ¿Bendición? ¿Maldición? ¿Suerte? ¿Fracaso? ¿Realización personal? ¿Explotación personal? ¿Injusticia? ¿Don?… ¡Tantas ideas nos asaltan cuando pronunciamos la palabra trabajo!
A lo largo de esta celebración pondremos los ojos en el Dios creador y Providente que quiere el bien de sus hijos. Los pondremos también en nuestros hermanos que sufren las consecuencias de una falsa concepción de la vida, del trabajo y de la dignidad humana.
Cantemos, alabemos, supliquemos al Dios de la vida… Lamentémonos ante El de muchas situaciones injustas… Proclamemos las bienaventuranzas de quienes se hacen solidarios de la verdad, de la belleza y de la bondad del trabajo y de los trabajadores. Dejemos que la Palabra del Señor y los hechos de la vida nos interpelen y urjan nuestro compromiso. Ahora cantemos:
Canto: Proponernos un himno litúrgico que pueda ser cantado: «Te está cantando el martillo». Si no se canta puede ser recitado con fondo de música.
ALABANZA AL CREADOR
Presidente: En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Asamblea: Amén
Presidente: En nombre de nuestro Dios, creador y Señor de la historia os saludo y os invito a glorificarle y a alabarle respondiendo: A ti gloria y alabanza por los siglos. Asamblea: A ti gloria y alabanza por los siglos.
Presidente: A ti, Señor de los tiempos, creador de los seres, que en tu acción creadora nos dejaste el signo de tu voluntad de tu trabajo y de tu presencia entre nosotros, sencillos trabaja-dores de tu tierra. Asamblea: A ti gloria y alabanza por los siglos.
Presidente: A ti, Señor de la historia, que con tu trabajo creador nos indicas que nuestro trabajo tiene una dimensión trascendente… que nos pone en relación contigo… y que tiene su descanso en ti.
Asamblea: A ti gloria y alabanza por los siglos.
Presidente: A ti, Señor y Padre del hombre, a quien pides que colabore contigo en la realización de tu plan creador y restaurador de las cosas, asociándole y poniendo en su corazón la alegría de ser agente de belleza y de felicidad. Asamblea: A ti gloria y alabanza por los siglos.
Presidente: A ti, Señor de los sueños de paz, que deseas que todos nos unamos a ti en la tarea de construir una inmensa casa digna de tus hijos y donde todos tengamos cabida, en clima de fraternidad. Asamblea: A ti gloria y alabanza por los siglos.
Presidente: Seas, pues, Señor, glorificado y alabado en nuestras vidas, en nuestras palabras y en nuestros trabajos. Asamblea: Amén.
LAMENTACIONES ANTE UN «TRABAJO EN RUINAS»
El ambiente de esta lamentación requeriría un tono de oscuridad en el local o en la iglesia, iluminando solamente el ambón… y si fuera posible, podrían proyectarse diapositivas que describieran las situaciones que lamentamos.
Presidente: Señor, que inspiraste a tus profetas lamentaciones y denuncias ante situaciones de oprobio o de injusticia: Ilumina nuestra mente para comprender la realidad y los diversos ámbitos del trabajo humano. Sana nuestro corazón para que no caigamos en el error de lamentarnos sobre lo que otros hacen sin reconocer que esa lamentación podría recaer sobre nosotros. Danos coherencia para denunciar el mal y la mentira, no solo con la verdad de nuestras palabras sino también con la verdad y la bondad de nuestras vidas. Asamblea: Amén.
Lamentación: (otro) Lamentamos y denunciamos ante ti, tanta desigualdad en el trabajo: ¡unos tanto y otros tan poco!
Asamblea: Suba nuestra lamentación hasta ti.
Lamentación: (otro) Lamentamos y denunciamos ante ti, Señor, tantos salarios injustos que son un verdadero insulto a la dignidad misma del trabajo que Tú nos diste como don. Asamblea: Suba nuestra lamentación hasta ti.
Lamentación: (otro) Lamentamos y denunciamos ante ti, Señor, tanta explotación. Lamentamos y denunciamos ese «o lo tomas o lo dejas, aquí no obligamos a nadie», que es una hipócrita y tirana coacción a las personas de tus hijos. Asamblea: Suba nuestra lamentación hasta ti
Lamentación: (otro) Lamentamos y denunciamos ante ti, Señor, las numerosas condiciones infrahumanas de trabajo a las que se ven sometidos tantos millones de seres humanos, condiciones que son una canallada sin nombre que ultraja a tu llamada a la realización personal. Asamblea: Suba nuestra lamentación hasta ti.
Lamentación: (otro) Lamentamos y denunciamos ante ti, Señor, las indignas e incomprensibles situaciones que obligan a millones de niños y niñas, de adolescentes y de jóvenes a realizar trabajos alienantes en la esclavitud y en la prostitución. Esos trabajos, Señor, claman al cielo día y noche como clamaba la sangre de Abel. Asamblea: Suba nuestra lamentación hasta ti.
Lamentación: (otro) Lamentamos y denunciamos ante ti, Señor, el dramático «paro» que afecta a tantos millones de trabajadores… que contradice el derecho y la vocación misma del hombre y de la mujer a «comer el pan del sudor de su frente»… que puebla de angustia y desesperación a muchos hogares… o que incita a otros a tomar caminos de despersonalización y de marginación destructoras. Asamblea: Suba nuestra lamentación hasta ti.
Presidente: Señor, Dios nuestro, Padre de todos, acoge nuestras lamentaciones y nuestras denuncias. En tus manos las depositamos, llenas de fe y cargadas de esperanza y de amor. Sabemos que Tú también lamentas y denuncias tristes realidades de nuestra historia. Mira a tus hijos, Padre de misericordia, y ayúdanos a crear espacios donde la tristeza se convierta en gozo y nuestra lamentación en danza. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Asamblea: Amén.
Monitor: A pesar de todo, Cristo está ahí, en nuestra historia, naciendo cada día en ella y llenándola de esperanza… «de momento trabajemos». Cantamos Cristo nace cada día en la cara del obrero cansado (Alberto y Emilia).
LECTURAS
Podrían leerse a discreción algunas lecturas como: Dt 24,14-15; 2Tes 3,7-12 y Mt 6,24-31 o Mt 20, 1-16. Pero proponemos otras lecturas, con otro estilo más vivo y más sugerente. De ellas se puede hacer una selección.
Monitor: Escuchemos la Palabra. El Señor a lo largo de la Biblia nos habla del trabajo y del trabajador. He aquí algunos textos que irán iluminando nuestra vida. Son dichos, proverbios, sentencias, denuncias. Escuchemos.
Lectura: Los judíos perseguían a Jesús porque hacía cosas en sábado… pero Jesús les replicó: «mi Padre trabaja siempre y yo también trabajo» (Jn 6,16-17).
- La multitud decía: ¿Qué sabiduría es esta que le ha sido dada?… Y ¿esos milagros hechos con sus manos…? ¿No es este el carpintero, el hijo de María? (Mc 6,2b-3a).
- Quien guarda la higuera come su fruto (Prov 27,18).
- Más vale pobre de conducta limpia que rico de proceder torcido (Prov 28,6).
- Mano perezosa empobrece, brazos diligentes enriquecen (Prov 10,4).
- Dichoso quien honra al Señor y sigue sus caminos, comerás del trabajo de tus manos, serás feliz y afortunado. Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares; y, aunque al ir iban llorando esparciendo la semilla, al volver vuelven cantando trayendo sus gavillas (Sal 126,5-6).
- El que es perezoso en el trabajo, ése es hermano del que destruye (Prov 18,9).
- He pasado junto al campo de un perezoso y junto a la viña de un hombre insensato, y estaba todo invadido de ortigas; los cardos cubrían el suelo y la cerca de piedras estaba derruida. Al verlo, medité en mí corazón; al contemplarlo, aprendí la lección (Prov 24,30-32).
- Anda a ver a la hormiga, perezoso; mira sus costumbres y hazte sabio (Prov 6,6).
- No explotarás al jornalero humilde y probre, ya sea uno de tus hermanos o forastero que resida dentro de tus puertas. Le darás cada día su salario, sin dejar que el sol se ponga sobre esta deuda, porque es pobre y para vivir necesita de su salario. Así, no apelará por ello a Yahvé contra ti y no te cargarás con un pecado (Dt 24,14-15). Palabra de Dios.
Asamblea: Te alabamos, Señor.
IDEAS PARA LA HOMILÍA
- La Biblia presenta el trabajo: como una colaboración con el trabajo de Dios; como encargo divino; como servicio a la obra de la creación y al sustento de la humanidad; como posibilidad para ayudar al necesitado; como realización personal; como fuente de riqueza,…¡
- La situación actual ensombrece el mundo del trabajo, podemos recordar algunos hechos concretos: paro, explotación, injusticias…
- ¿En qué podemos comprometernos para que se realice el Reino de Dios en el mundo laboral?
OFRENDAS-PRECES
Monitor: Presentaremos ahora al Señor algunos objetos de trabajo, símbolos de algunas áreas laborales, profesionales: el campo, la mecánica, la ciencia, labores domésticas… Con ellos le presentamos todo el mundo del trabajo y a todos los trabajadores.
Ofrenda: Una azada o rastrillo, o un poco de tierra.
He aquí, Señor, representado en este/a… el mundo del trabajo campesino. Es la ofrenda de tu tierra, nuestra tierra, y de cuantos en ella trabajan y de cuantos de ella vivimos. Haz, Señor, que fructifique el trabajo en ella realizado al ciento por uno. Asamblea: Amén.
Ofrenda: Un martillo o un destornillador.
He aquí, Señor, representado en este… el sector del trabajo de la mecánica. Es la ofrenda de la técnica y de cuantos en ella se mueven y de cuantos de ella viven. Haz que ella sirva para el bienestar de tus hijos y para elevar la calidad de vida, especialmente de aquellos que aún no la poseen. Asamblea: Amén.
Ofrenda: Un teclado de ordenador o un disquette.
He aquí, Señor, representado en este… el sector de la informática, de la ciencia… Es la ofrenda también de la enseñanza, de la comunicación, de… ¡tantas cosas! y de cuantos en ellas trabajan y de cuantos de ella nos beneficiamos. Haz que todo conduzca a hacer un mundo mejor, más bello y más fraterno. Asamblea: Amén.
Ofrenda: Un cazo o una plancha o una escoba.
He aquí, Señor, representado en este/a… el sector del trabajo doméstico y de cuantos trabajos se relaciona con él. Es la ofrenda del trabajo más cercano -y acaso el menos valorado-: el de las amas o amos de casa… el más silencioso y callado, el menos vistoso. Haz que en él se creen ámbitos de unidad y de comunión familiares. Asamblea: Amén.
Ofrenda: Pan y vino (como en la Eucaristía).
Señor, he aquí el pan y el vino que diariamente te ofrecemos en la Eucaristía. Acéptalo mientras te cantamos: 7e presentamos ei vino y el pan, bendito seas por siempre, Señor.
Presidente: Que el Señor acoja nuestras ofrendas como lo que son: un sencillo gesto de amor y de agradecimiento; y haga realidad cuanto le hemos pedido. Por Jesucristo Nuestro Señor. Asamblea: Amén.
LAS BIENAVENTURANZAS DE LA SOLIDARIDAD EN EL TRABAJO
Monitor: No podemos olvidar ante el Señor a la gente de corazón bueno y solidario. Jesús nos las inspira cuando proclamó bienaventurados a cuantos «trabajan para construir la paz». Una forma de vivir esa bienaventuranza es vivir la solidaridad en el trabajo y con los trabajadores. Proclamamos las bienaventuranzas de la solidaridad. A cada una responderemos «Dichosos sean».
Lector: Dichosos quienes se hacen solidarios con el trabajo de Dios, colaborando con El en la recreación y en la conservación de la naturaleza, porque ellos gozarán de ella y serán recreados por el Espíritu.
Lector: Dichosos quienes son solidarios con los demás trabajadores y defienden justamente los justos intereses de todos, porque tendrán a Dios como amigo justo y solidario.
Lector: Dichosos quienes se hacen solidarios con cuantos trabajan comprometidamente por construir una sociedad más equilibrada, más acogedora y más fraterna, porque ellos serán reconocidos por Dios como Profetas y estimados como hermanos por los hombres.
Lector: Dichosos quienes son solidarios con quienes no tienen trabajo, compartiendo con ellos los frutos del suyo, porque Dios compartirá con ellos los frutos de su Reino.
Lector: Dichosos quienes, se hacen solidarios con los trabajadores «parados», creando para ellos algún puesto de trabajo, porque ellos mismos tendrán un puesto en el Reino del Padre.
Lector: Dichosos quienes son solidarios con los que luchan por orientar el trabajo, no hacia los intereses de unos pocos, sino hacia el bien de todos, porque ellos serán proclamados por Dios «amigos de la humanidad».
Lector: Dichosos quienes se hacen solidarios con los explotados y humillados en el trabajo: niños, adolescentes, jóvenes, -aún a costa de sus vidas-, porque ellos serán declarados por Dios «padres de los débiles» y «promotores de la dignidad y de la libertad humanas».
Lector: Dichosos quienes son solidarios con los que empeñan su vida en soñar y en ofrecer ámbitos de trabajo más dignos, más respetuosos, más alegres, más eficaces y con mejor calidad de vida, porque Dios ya ha soñado para ellos un ámbito de felicidad en la tierra y en el cielo.
Presidente: Dichosos seáis vosotros si así pensáis, si así sentís y si así os comprometéis.
ORACIÓN FINAL
Presidente: El Señor esté con vosotros.
Asamblea: Y con tu Espíritu.
Presidente: Oremos: Señor, Dios creador y Padre providente, sabemos que eres bueno -Cristo nos lo dijo y nosotros lo hemos experimentado-; sabemos también que escuchas a tus hijos. En tus manos y en tu corazón ponemos todo el trabajo que se realiza en el mundo. Te pedimos que tu Hijo lo redima, que le dé sentido, y que tu Espíritu lo santifique y lo haga fecundo para bien de toda la humanidad. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Asamblea: Amen. Se puede terminar con algún canto.