Cumpleaños feliz

Acaso haya una tarta y hasta con velas… Acaso un regalo, y, sin duda, se cantará el Cumpleaños feliz. ¿No sería un buen momento para celebrarlo con sentido cristiano? He aquí una sencillísima aportación que ayude a las familias cristianas a celebrar el cumpleaños con alegría y con fe. Dios y su Palabra… María… Un brindis y una oración… Unas preguntas… Guarda esta celebración para la fiesta.
Y entonces: FELIZ CUMPLEAÑOS.
Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.
1. ORACIÓN A DIOS PADRE

Padre nuestro, Señor de
nuestra vida, de nuestra familia.
Sabemos que nos amas y que
tienes cuidado de todos nosotros,
que somos tus hijos.

Sabemos que te alegras
con nosotros en nuestras fiestas y
que deseas que seamos felices.

Gracias por todo eso.
Ahora que es el cumpleaños
de (nombre)
te pedimos por él/ella.
– Mírale/la con amor.
– Llena su vida con alegría.
– Muéstrale el camino de la paz.
– Felicítale/la tú mismo dándote tu felicidad.
(Se pueden añadir algunas peticiones concretas, según los casos)

Ese será, Padre nuestro,
el mejor regalo que
nosotros, contigo, podamos
hacerle. Amén.

2. TEXTO BÍBLICO: Lc 2,42-50

 (Escuchamos un texto del Evangelio. Es una escena familiar. Jesús cumplió doce años y la familia subió a Jerusalén… ¿Qué pasó?).

"Cuando el niño cumplió doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca. Al cabo de tres días, lo encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando». Él les dijo: «Y por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?» Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio.

3.- ORACIÓN A MARÍA

María, Madre de Dios
y Madre nuestra…
María, Madre en una sencilla
familia de Nazaret.
Tú sabes muy bien
qué se siente cuando alguien
celebra su cumpleaños.
Tú recuerdas sin duda el primer
cumpleaños de Jesús…
y cuando cumplió, los doce,
y subisteis a Jerusalén.
Tú celebraste el tuyo
y el de José…
Madre, hoy te presentamos a
(nombre)
quien cumple años.

– Sé para él (ella) su madre.
– Llévale de la mano por el camino del bien.
– Hazle sentir la alegría de los sencillos de corazón.
– Dale la felicidad que tú misma tuviste; tú, la feliz,
la bienaventurada.

Canta con nosotros el magníficat de nuestro amor, de nuestra alegría y de nuestra paz.

4. BRINDIS
(Con vino, sidra o champán en la copa)

En este día de fiesta en que te vengo a cantar con el alma en primavera y el corazón de cristal, quiero sentirte a la vera de mi gesto y mi amistad. Feliz cumpleaños, (nombre) brindo, ¿con sidra o champán?

Brindo con palabras nuevas que gritan ¡FELICIDAD! Que Dios brinde en nuestra mesa ¡Que Él sabe muy bien brindar! iluminando la senda que te conduzca a la paz. ¡Que Él te bendiga en la tierra y luego en la eternidad!*

* A continuación se canta Cumpleaños feliz y, si viene al caso, se dan los regalos y se continúa la fiesta.

ABRIENDO DIÁLOGO

En cierta ocasión, el arzobispo brasileño Helder Cámara dio este sabio consejo a un grupo de cristianos: «No os dejéis quebrantar entre el ayer y el mañana. Vivid siempre solamente el hoy de Dios».

Efectivamente, el «ayer» ya pasó. No puedes modificar ni un ápice del mismo. No está en tus manos. Consecuentemente, no te atormentes por él. Y el «mañana» tampoco está en tus manos. No lo puedes adivinar y muchos menos construir. Deja, por tanto, de sufrir por él. Lo que únicamente depende de ti es el «hoy» que te regala Dios, es el que puedes y debes vivir con plenitud, intensamente.

Ahora bien, el «hoy» conviene que lo vivas teniendo en cuenta el «ayer» para no repetir sus fallos y el «mañana» para abrir el momento presente a un horizonte de futuro que de verdad te ilumine y te ilusione.

El presente es siempre el momento más fascinante, porque en él puedes corregir tu pasado y orientar con nuevo impulso tu futuro para que éste sea el que tú deseas.

El «hoy» de Dios, que está en tus manos, es un precioso momento de gracia que no puedes dejar escapar.

  1. ¿Qué sentimos en el cumpleaños de algún familiar o amigo?
  2. ¿Qué sentido damos al regalo que hacemos?
  3. ¿Caemos en la cuenta de que hay mucha gente que ni «celebra» su cumpleaños, ni recibe regalos?
  4. ¿Qué sentimientos nos invaden a medida que vamos cumpliendo años y avanzamos en edad?
  5. ¿Tiene Dios algo que ver en el acontecimiento de los cumpleaños dentro de nuestra familia?
  6. ¿Cómo podemos hacerle presente?
  7. ¿Pensamos en qué hemos cambiado después de un años más de vida?
  8. ¿Qué quisiera conseguir de aquí a un año?