Las despedidas de solteros y solteras constituyen una antiquísima, simpática tradición. Las costumbres de los pueblos pequeños reflejan de mil maneras este ingrediente del rito de pasaje. En los núcleos urbanos, las despedidas adquieren otras formas, de escaso gusto a veces. Son ocasiones proclives para abusar del vino o del sexo…
Pero hemos evolucionado. Todo es más abundante. Y más extravagante. Naturalmente esta moda viene de Estados Unidos y de Holanda.
Ahora ya no solo se celebra la despedida de soltero; ahora celebramos ya las despedidas de casados. Hay que quitar dramatismo al divorcio. ¿Cómo seguir pensando que es un fracaso? ¿Cómo seguir pensando que es un sufrimiento y un trauma? Nada de eso. Así era antes. Ahora ya el divorcio es liberación: no se rompe nada, una nueva vida comienza. Hay que celebrarlo. ¿Qué es eso de hacer duelo por la pérdida? Hay que inventar la nueva estética de a separación y del divorcio. Ya tenemos salones del divorcio. ¿Quién ha dicho que es un estigma social? Nada de eso. Es muy sencillo: nos ponemos de acuerdo, celebramos una fiesta. Y cada uno nos vamos por nuestro lado. Y tan amigos. Si nos queda humor expresamos el cambio de etapa vital dando sepultura solemne a los anillos de casados.
No sabemos si los 130.000 divorcios del año 2007, según datos del Consejo General del Poder Judicial, habrán celebrado la separación de esta manera progre. No nos costa. Por muy divorcio exprés que sea, muchos nos tememos que sea imposible vivirlo como despedida amistosa. Ciertamente la sociedad es más tolerante; estigmatiza menos a los divorciados. Pero la experiencia humana traumática sigue estando ahí. ¿Qué heridas se esconden tras esa fórmula jurídica de divorcios amistosos? ¿Qué huellas de pesimismo se incrustan en el alma de los separados? ¿Es posible creer de nuevo, realmente, en el amor? ¿No les perseguirá siempre la sospecha del engaño y de la decepción? ¿Cómo vivirá la ruptura el cónyuge inocentemente abandonado?
¡Es pavorosa la capacidad de trivializar que algunos desarrollan en nuestra sociedad!