«Reino de Dios» y «cosas del Padre» dan una dimensión nueva y un sentido nuevo a todo lo que es humano y, por tanto, a toda relación humana… Aun la maternidad, en la dimensión delReino de Dios, en la esfera de la paternidad de Dios mismo, adquiere un significado diverso… Se debe constatar que la maternidad nueva y distinta de la que Jesús habla a sus discípulos concierne concretamente a María de un modo especialísimo (RM, 20).
La maternidad de María que Jesús valora no es tanto la maternidad física, cuanto una maternidad nueva y distinta, la maternidad que surge de la fe en la palabra. Esta nueva maternidad concierne de un modo especialísimo a María. Ella fue la primera que escuchó e hizo realidad en sí misma la palabra con-vocadora de Dios. Fue obediente a Dios, porque guardó la palabra y la conservó y meditó cuidadosamente en su corazón (Lc 2, 19. 51). María descubrió por medio de la fe esta nueva dimensión de su maternidad. De suyo, María vivió esta dimensión desde el principio, porque desde entonces María es «la creyente». Pero Maria ha ido progresivamente abriéndose cada vez más a la novedad de esta maternidad. «María madre se convertía así, en cierto sentido, en la primera \"discípula\" de su hijo, la primera a la cual parecía decir: \"¡Sígueme!\", antes aún de dirigir esa llamada a los apóstoles o a cualquier otra persona» (RM, 20).
ORACIÓN:
Padre, en la nueva dimensión de tu Reino, no hay «padres», sólo tú eres nuestro Padre; pero todos podemos ser hermanos, hermanas, madres de Jesús, si acogemos y cumplimos tu palabra; Maria fue la auténtica «madre de Jesús» porque hizo, Padre, siempre tu voluntad; concédenos entrar a formar parte de tu familia, con una fe que nos hermane cada vez más con Jesucristo, tu Hijo.