«Toques» de la Palabra
«No hicimos caso a tus siervos los profetas…» (Dn. 9, 6)
Cuaresma.
Nos gusta que nos regalen el oído. Nos sentimos cómodos escuchando a aquellos a los que ya previamente hemos decidido dar crédito. Llevamos, a veces sin notarlo, tapones de cera ideológica. Hemos olvidado que el primer mandato es: «Escucha»
Cuaresma.
Hay esperanza. Podemos decidirnos por la operación limpieza. Descontaminar el interior de prejuicios ideológicos, de pre-comprensiones, bulos, estereotipos, caricaturas… Y acoger en silencio la Palabra desnuda, limpia, incontaminada. Y esas voces claras e incómodas; limpias e interpelantes de sus profetas de ayer y hoy. «Escucha», por favor, «escucha».
Plegaria
Señor y Buen Dios:
no dejes de soplar fuerte,
en nuestros oídos: «Effetá, Ábrete»
y romper nuestras sorderas.
No dejes de alentar a tus servidores:
los viejos y nuevos profetas.
Tu acción y sus interpelantes mensajes
nos despierten de la mediocridad y la indiferencia.