«Toques» de la Palabra
«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo». (Lc. 4, 24)A
Cuaresma.
En el manual de estilo de nuestro Dios no hay ninguna referencia a la extravagancia, a la fastuosidad, a la imposición… Prima la asombrosa sencillez; destila pura humanidad, autenticidad, veracidad. La actuación se acredita por sus efectos humanizadores, sanadores, armonizadores… Como quien no se quiere hacer notar… Como quien solamente está en función del bien del otro, como quien pasa desapercibido…
Cuaresma.
Hay esperanza. Somos colaboradores y cómplices del estilo de Dios y por ello, superamos el escándalo, la necedad de la encarnación, del anonadamiento, de la cruz… Sencillamente: pasamos haciendo el bien, a todos, discretamente, tiernamente, incondicionalmente…
Plegaria
Señor y Buen Dios:
que quieres que todos se salven,
lleguen al conocimiento de la verdad,
y llenen la mesa de tu Reino.
Haz que no nos dejemos llevar
del egoísmo espiritual y del espíritu de clan.
Que compartamos e irradiemos
el tesoro de la vida según el Evangelio
y así puedas ser conocido, amado y seguido
en nuestro mundo.