Día 22 .- 26 de marzo, miércoles de la tercera semana

«Toques» de la Palabra

«Ten cuidado y guárdate bien de olvidar las cosas que han visto tus ojos y que
no se aparten de tu corazón mientras vivas; cuéntaselas a tus hijos y a tus nietos». (Dt. 4, 9)

Cuaresma.

La memoria de tanto bien recibido, la viva conciencia de ser portadores de una herencia labrada con la entrega de nuestros antepasados alimenta la solidaridad futura y potencia los lazos de interrelación que abren futuro. La memoria alimenta la fidelidad, fortalece la marcha conjunta.

Cuaresma.

Hay esperanza. Toda la experiencia del bien recibido, grabada en las paredes del corazón, activa el deseo de compartir. Del bien vivido, nace el contagio.De las historias «santas», de los testimonios biográficos se nutren las nuevas generaciones. La experiencia de Dios, entrañada en lo íntimo del corazón, brota como testimonio, como canto, como invitación, como interpelación para otros. Lo vivido se narra, siempre.

Plegaria

Señor y Buen Dios:
tus mandamientos son balizas
para ponernos en el camino
de la auténtica libertad,
libertad de toda forma de alienación.
Que sepamos obedecerlos
para, siendo más libres cada día,
nos entreguemos a servir a tu pueblo
y vivir en tu amor.