Día 27: MARÍA Y EL AMOR PREFERENCIALPOR LOS POBRES

El amor preferencial de Dios por los pobres está inscrito admirablemente en el Magníficat de María… María está profundamente impregnada del espíritu de los pobres de Yahweh, que en la oración de las salmos esperaban de Dios su salvación, poniendo en él toda su confianza La Iglesia, acudiendo al corazón de María, a la profundidad de su fe, expresada en las palabras del Magníficat, renueva cada vez mejoren si la conciencia de su amor preferencial por los pobres y los humildes (RM, 37)

María anuncia en el Magníficat la venida del Mesías de los pobres y al Dios que los ama preferentemente. Por eso, «la Iglesia, acudiendo al corazón de María, a la profundidad de su fe, expresada en las palabras del Magníficat, renueva cada vez mejor en sí la conciencia de que no se puede separar la verdad sobre Dios que salva, sobre Dios que es fuente de todo don, de la manifestación de su amor preferencial por los pobres y los humildes, que, cantado en el Magníficat, se encuentra luego expresado en las palabras y obras de Jesús» (RM, 37)Es importante resaltar que la encíclica explícita un aspecto cada vez más vivo y sentido en las Iglesias cristianas, en las que se ha hecho una clara opción por los pobres. La ejemplaridad de María sobre la Iglesia no puede prescindir de este aspecto, quizá el mayor signo de los tiempos: la opción preferencial por los pobres. La devoción a María no es completa, si prescinde de este elemento nuclear de la verdad sobre Dios y de la verdad sobre María.No está en plena comunión con María aquel 0 aquella que no se insertan dentro de esta opción eclesial por los más pobres y por su liberación. «Se debe salvaguardar cuidadosamente la importancia que los pobres y la opción por los pobres tienen en la palabra deDios. María… al lado de su Hijo es la imagen más perfecta de la libertad y de la liberación de la humanidad y del cosmos. La Iglesia debe mirar hacia ella, madre y modelo, para comprender en su integridad el sentido de su misión» (RM, 37).

ORACIÓN

Padre de todos los hombres, no te conocemos adecuadamente, si no nos dejamos impresionar por tu amor preferencial hacia los más pobres, los más enfermos y abandonados de tus hijos; no te amamos tú quieres, si no sentimos por ellos, como Jesús, un amor preferencial y eficaz; concédenos, por intercesión de María del Magníficat, la audacia necesaria para que nuestro amor llegue a ellos, nuestros hermanos, y seamos para ellos instrumentos de tu amor de Padre. Por Jesucristo, nuestro Señor.