Día 34. – 7 de abril, lunes de la quinta semana

«Toques» de la Palabra

«Entonces toda la asamblea se puso a gritar bendiciendo a Dios, que salva a los que esperan en él». (Dn. 13, 60)

Cuaresma.

Del abuso de poder se puede narrar hasta su prehistoria. La discriminación, el sometimiento abundaron y abundan en nuestro mundo. Arduo y largo ha sido y está siendo el camino hacia la plena igualdad de la mujer en determinadas culturas, en la sociedad, en el seno de la Iglesia. Puntos de luz han sido y son aquellas voces en masculino o femenino que han sabido señalar los males, defender las causas, mantener con firmeza los principios, luchar, resistir y confiar.

Cuaresma.

Hay esperanza. El Señor, por su espíritu de sabiduría, va entrando en cada generación y haciendo amigos y amigas lúcidos y críticos que son voz de los sin voz, que son clamor contra toda discriminación, que son manifestación de la esperanza que no defrauda porque está puesta en aquel que responde a la confianza que en Él se deposita.

Plegaria

Señor y Buen Dios:
tus designios son de vida y felicidad
para todos tus hijos e hijas.
No permitas que tu vida se apague,
se frustre, muera en nosotros.
Llámanos a salir de las tumbas del pecado,
de la mediocridad, del aislamiento, del temor
y a ofrecer nuestro corazón y nuestras manos
a quienes se sientes atrapados en sombras de muerte.
Que contagiemos a otros
nuestra esperanza en el destino feliz
para el que nos has creado
nos recreas continuamente con tu gracia.