Día 37. – 10 de abril, jueves de la quinta semana

«Toques» de la Palabra

«El Señor se acuerda de su alianza eternamente» (Sal. 8)

Cuaresma.

La experiencia de la inconsistencia de proclamas y promesas, de
discursos y declaraciones nos cuestiona en ocasiones y nos asalta la duda de en quién confiar. También nos topamos de frente en ocasiones con las propias infidelidades, cansancios, retiradas… ¿Es posible una fidelidad permanente, estable,
duradera? ¿Cumple siempre el Señor?

Cuaresma.

Hay esperanza. Él no puede negarse a sí mismo. Y nos ha regalado su «Amén» a todas las promesas: Jesús el testigo Fiel y Veraz, Alfa y Omega. Nuestras respuestas son frágiles, nuestras promesas, quebradizas… En su fidelidad aprendemos consistencia. Es siempre fiel a su palabra.

Plegaria

Señor y Buen Dios:
nos has dado un nombre nuevo,
el nombre de tu mismo Amado Hijo.
Por eso llevamos el nombre de “cristianos”.
Haz que sepamos vivir según este nuevo nombre
hasta llegar felizmente a nuestra madurez,
que es ser hombres y mujeres “para-los-demás”.
Que sirvamos y nos entreguemos
totalmente a los otros
como expresión del tesoro
del que somos portadores
en la fragilidad de nuestra condición.