«Toques» de la Palabra
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?” (Mt. 25, 44)
Cuaresma.
Hay posibilidad de dejar la ceguera, la miopía, la vista cansada, el enfoque acostumbrado, la distorsión. Es posible tomar conciencia y hacerse cargo de los prejuicios, de las precompresiones, de las lentes ideológicas interpuestas…
Cuaresma.
Se puede aprender a mirar de nuevo, a posar la vista, a acariciar con los ojos indignados al hambriento, al sediento, al desnudo, al enfermo, al preso… Re-iniciarse cada día, re-orientar el foco con la lente del Evangelio.
Plegaria
Señor y Buen Dios:
condúcenos al desierto,
háblanos al corazón.
Despierta nuestra mente y nuestro espíritu
para tener lucidez y sabiduría,
para desandar los caminos torcidos,
entrar por tus mandatos y senderos,
y así crecer en libertad para servirte
en nuestros hermanos y hermanas.