Un año más, el próximo 10 de diciembre, se celebra el Día de los Derechos Humanos. Son 62 años desde su proclamación. Es un buen día para poner ante nuestros ojos y nuestro corazón todo el sufrimiento de millones de personas cuyos derechos se conculcan por todas partes y todos los días, comenzando por los inmigrantes, los presos de conciencia, los condenados a muerte, las mujeres maltratadas, los niños soldado, los parados definidos e indefinidos, pueblos enteros condenados a la pobreza y al hambre…
Jesús de Nazaret, "el compasivo", nos invita a no perder sensibilidad por todas estas cosas y a aunar en nuestra vida oración y compromiso por un mundo donde pueda llegar a vivirse, en la teoría y en la práctica, una nueva ética mundial en la que estos Derechos Humanos abarquen también las nuevas realidades que, con los tiempos, van apareciendo: derechos de los pueblos, indígenas o no, derechos de la tierra, etc.