- Es Navidad cuando avivamos la fe en nuestro amor conyugal, en su fuerza humanizadora para nosotros mismos, en su fecundidad terapéutica para nuestra sociedad.
- Es Navidad cuando somos signos vivos de que el amor no pasa nunca, conscientes de constituir una profecía en acción en la sociedad cautivada por el culto a lo provisional.
- Es Navidad cuando tenemos la osadía de contribuir a superar el invierno demográfico y vocacional de Europa siendo padres, ayudando a los hijos a serlo, donando sangre…
- Es Navidad cuando acogemos la vida del no-nacido y ayudamos a sus padres a recibirla con amor y responsabilidad.
- Es Navidad cuando nos pedimos perdón y nos perdamos las heridas inevitables de la convivencia matrimonial creando así un nuevo dinamismo.
- Es Navidad cuando cobramos conciencia de que Dios quiere nacer en nuestra vida personal y en nuestra relación conyugal, pues el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
- Es Navidad cuando recuperamos la esperanza activa y luchamos juntos por un mundo mejor, convencidos de que nosotros podemos contribuir a cambiarlo.
- Es Navidad cuando hacemos el amor como intensa expresión de nuestra donación radical, personal, transparente, libre.
- Es Navidad cuando como padres oramos con nuestros hijos y les trasmitimos el más preciado regalo que es la fe en el Padre Dios.
- Es Navidad cuando estamos atentos a las personas mayores de nuestra familia, cuando las acompañamos y las ayudamos con paciencia y ternura.
- Es Navidad cuando como matrimonio nos queremos, dialogamos y somos tiernos entre nosotros y con nuestros hijos, en los pequeños gestos y acciones de cada día.
- Es Navidad cuando no derrochamos los bienes, sino que compartimos y somos solidarios con los que más los necesitan.