EL PUEBLO

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.Yhú, pueblo sereno, quieto, recogido. Pueblo con piedras y arenas, abierto como una mano extendida, con anchura y claridad, con polvo en sus caminos. Dispuesto a nacer en cada aurora y vivo hasta cuando la noche se dispone a morir. Pueblo con espléndidos eucaliptos que un día plantó Manolo (misionero claretiano) y que hoy es orgullo de sombra y altura infinita. Pueblo con templohogar y campana de Dios- que a todos convoca para el encuentro, la fiesta, la paz y la Palabra, el Pan y la bendición. Pueblo con el secreto de cada casa, donde se fragua la vida, la voz, el trabajo, la esperanza, el vivir callado de las cosas.

Pueblo con ancianos que sentados a la puerta han visto vida, parieron muchas más y ahora sus manos aparecen gastadas, hambrientas de compañía. Pueblo con escuela y colegio repletos de niños y adolescentes. Paisaje multicolor de sueños, juegos, risas, letras, números, dibujos, idiomas, geografías, recreos, tizas…Pueblo con colectivo (autobús) que va y viene a Caaguazú, Caacupé, S. Lorenzo, Vaquería, Asunción… Pueblo con sudores,
amores, ausencias, fatigas, familias, paseos, músicas, afanes, esfuerzos, fiestas, clamores, aromas, heridas, soledades, penas, sueños, desvelos…

Pueblo con la dulzura de sus noches, con las gotas originales del rocío mañanero, con las flores que alegran los hogares, con la luz de los saludos, la sencillez de las palabras, el amor hecho nacimiento, dicha, bendición y asiento. Pueblo con misioneros y misioneras que a tiempo pleno y completo se hacen encuentro y evangelio, todo de todos y todo para todos. Entregados, sencillos, silenciosos, pobres, serviciales. Cántaros de agua viva para dar de beber a todos los sedientos de Dios. ¡Adiós Yhú! ¡Conmigo te llevo!