El estadounidense ingeniero Mark Jacobson, de la Universidad de Stanford, ha valorado las distintas fuentes de energía renovable según su huella ecológica, su impacto sobre el calentamiento global terrestre y sus beneficios para la salud
humana. Y ha elaborado un interesante ranking que sitúa a la energía eólica como la más deseable.
El segundo puesto lo ocupa la energía solar concentrada (CSP), seguida de la energía geotérmica, la energía areomotriz, los paneles solares fotovoltaicos y, en sexta posición, la energía de las olas o undimotriz.
Jacobson, que publica sus conclusiones en el último número de la revista Energy and Environmental Science, asegura que “las buenas alternativas energéticas no son aquellas de las que más se ha estado hablando”. “La filosofía de que debemos probar de todo un poco es errónea”, añade. Y recomienda centrarnos en las tecnologías que proporcionan los mayores beneficios ahora que sabemos cuáles son”.
De su análisis también se desprende que los biocombustibles basados en etanol causarían más perjuicio a la salud humana, a la biodiversidad y al suministro de agua que los actuales combustibles fósiles.
En cuanto a la nueva generación de vehículos ecológicos, el investigador concluye que la mejor opción es el uso de baterías
eléctricas como fuente de alimentación, seguidas de cerca por las pilas de hidrógeno.