En Filipinas cuatro millones de niños esclavos son explotados sexual o laboralmente

13 de mayo de 2009

Trabajan en la pesca, la agricultura, las minas o en los hogares como trabajadores domésticos por 12 euros al mes. Más de cien mil menores son víctimas de la prostitución infantil. La Iglesia católica pide medidas efectivas al gobierno para luchar contra la explotación infantil.

Manila (AsiaNews) – Son víctimas de la prostitución, esclavos del sexo, obligados a trabajar más horas en el mar en busca de peces o en el campo, cultivando la tierra; sin embargo, los niños explotados en las minas o los que trabajan en el servicio doméstico, disponibles las 24 horas o con jornadas laborales superiores a las 15 horas diarias. En Filipinas, el trabajo infantil es una plaga que afecta a cerca de cuatro millones de niños.
En los meses de pesca de más de 200.000 niños, de entre 5 y 17 años, son explotados por la industria pesquera. La jornada laboral puede durar hasta 15 horas, a menudo, en condiciones peligrosas para el equilibrio psico-físico del niño. Problemas relacionados con la descompresión, cortes, enfermedades de la piel, quemaduras, parálisis son síntomas comunes entre los niños pescadores, expuestos a factores físicos, químicos y biológicos, además de abuso por parte de los empleadores.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), hay hasta cien mil niños explotados en la prostitución en las calles, en los burdeles, en los centros de masajes, en los locales de baile, en los buques o embarcaciones de los turistas, la esclavitud el sexo es una práctica común para acumular el dinero necesario para pagar las tasas o para ayudar a la familia que no dispone de suficientes fuentes de ingresos. A la prostitución se une el aumento de la propagación de enfermedades como el SIDA y la sífilis.

Hay otras formas de esclavitud, terribles para los niños: el trabajo en el campo, expuestos a plaguicidas y productos químicos, afecta a cerca de dos millones de niños, el 75% de los cuales son menores de 15 años y siete de cada 10 son varones ( según fuentes estadísticas nacionales). Otros 18.000 trabajan en minas y canteras en el país, la mitad de los cuales tienen entre 10 y 14 años. Por último 230.000 son los niños que trabajan como empleados domésticas, con turnos de trabajo que sobrepasan las 15 horas – incluyendo noches – y están disponibles las 24 horas del día. El día de descanso, cuando hay, es uno al mes y el sueldo no es superior a 800 pesos (poco más de 12 euros).

La Iglesia Católica de Filipinas y los activistas de derechos humanos buscan hacer un frente común para erradicar el flagelo de la explotación infantil. Gaudencio Rosales, arzobispo de Manila, se preguntó «¿qué valores prevalecen en el país si permitimos que la esclavitud de los niños y no se responsabiliza a la clase dirigente». El Gobierno promete medidas concretas para erradicar el fenómeno, entre los que se incluyen un programa cuatrienal de becas para los hijos de familias pobres.

Por Santosh Digal en AsiaNews

Fuente de imagen: Depositphotos