La cantidad de recursos hídricos de los que dispone un país es importante, pero no lo es menos el uso eficiente que de ellos se haga. Países como Israel o Arabia Saudí, situados en áreas desérticas, con precipitaciones mínimas y sin grandes ríos, están en cambio entre los países mejor situados en el Índice de Pobreza del Agua. Ese Índice, elaborado por un grupo de expertos del Consejo Mundial del Agua y el Centro para la Ecología y la Hidrología del Reino Unido, clasifica la situación del Agua en 147 países según cinco criterios: recursos, acceso, capacidad, impacto ambiental y uso, siendo este último el más relevante, sobre todo si tenemos en cuenta que el amenazante cambio climático afectará al régimen de lluvias en todo el planeta.
A pesar de que en la clasificación general España se sitúa en el puesto 39, en el apartado del uso eficiente se encuentra en el puesto 129 (de 147). El Índice refleja de qué manera un país usa el agua en los hogares, la agricultura y la industria medido en metros cúbicos “per cápita” al año. Estos datos ponen de manifiesto que no existe una verdadera conciencia de ahorro de agua en nuestro país -que la mayoría de los expertos coinciden en achacar al bajo precio del recurso-, pero además, y lo que es más grave, es que tenemos la capacidad para hacer un buen uso de nuestros recursos hídricos. Así en la capacidad, uno de los 5 componentes del Índice que define la habilidad de un país para gestionar y administrar la utilización del recurso, España se sitúa en el tercer lugar de la tabla, por detrás de Islandia e Irlanda. En lo referente al uso encontramos que están mejor situados, en general, los países en vías de desarrollo que los desarrollados, a pesar de que los primeros se sitúan los últimos cuando se habla de la capacidad para gestionar el recurso y, salvo excepciones, tampoco están entre los más favorecidos por las lluvias. Ambas factores juntos les llevan a aprovechar la más mínima gota de agua. Debido al despilfarro y a prácticas totalmente ineficientes en el uso desagua en los hogares, la agricultura y la industria, Estados Unidos se encuentra en una posición baja, lo mismo que España.
El Índice de Pobreza del Agua, que define la crisis mundial desagua país por país, asigna un valor de 20 puntos como la mejor clasificación para cada uno de los 5 criterios antes mencionados. Un país que llegara al máximo en los 5 criterios tendría un valor de 100. De acuerdo con esta clasificación, los 5 países más ricos en agua del mundo son: Finlandia, Canadá, Islandia, Noruega, Guayana. En el extremo contrario están: Haití, Níger, Etiopía, Eritrea, Malawi. Ambos extremos reflejan la brecha existente entre el mundo desarrollado y en desarrollo. Por tanto, el Índice de pobreza del agua demuestra que no es la cantidad de recursos disponibles la que determina los niveles de pobreza en un país, sino la capacidad para gestionarlo, y la capacidad la da el dinero. Por ello, el agua se convierte en un factor fundamental para acortar la diferencia entre ricos y pobres. Y es que 6.000 personas mueren cada día por patologías relacionadas con el agua.