Los profetas describen los tiempos mesiánicos con distintas figuras, como la del desierto convertido en vergel, repoblado con cipreses, alerces, acacias, olivos, mirtos…, y árboles de hoja perenne. Y así lo canta el salmista: “Los que confían en el Señor son como un árbol plantado junto a la corriente, que no temen la sequía”. El justo es aquel que confía en el Señor, no se marchita su esperanza, y como el árbol frondoso que crece a la vera del río, da fruto en su sazón.
El manantial, la pradera, los espacios verdes sirven como imagen para describir los tiempos contemplativos, orantes y hasta místicos.
El Adviento es un espacio verde, en el que gozar la experiencia de la cercanía del Señor, que se muestra a los humildes de corazón.
Jesús nos invita: “¡Vamos a un sitio tranquilo a descansar un poco!”
¡Te deseo la experiencia gozosa de la contemplación!