Evangelio Seglar Domingo 1 de Enero de 2011

29 de diciembre de 2011

EL EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 2,16-21

Encontraron a María y a José, y al niño. A los ocho días, le pusieron por nombre Jesús

En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho.
Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

PARA VER
(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.

COMENTARIOS DE SEGLARES

DESDE LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
(Matrimonio con dos hijos, trabajan ambos, pertenecen a movimiento conyugal)

Si cerramos los ojos, podríamos imaginar a los pastores como un grupo de niños, alborotadores  y divertidos, que tras recibir el anuncio del Ángel, acudieron curiosos y veloces a Belén a ver a Aquel niño recién nacido. Fue la contemplación del mismo Dios hecho hombre, hecho bebé, lo que los transformó  y les hizo volver dando “gloria y alabanza a Dios”.
Ojalá ese sea el dios que transmitamos a nuestros hijos, un Dios que transforme, un Dios que les dé alegría, un Dios que les haga saltar de júbilo y alabar Su creación, un Dios que les haga pregonar todo lo que de Él hemos aprendido, un Dios que, al fin y al cabo, sea para ellos Camino, Verdad y Vida.

DESDE LA SOCIO-ECONOMÍA
(hombre, casado, con tres hijos, trabaja, miembro activo de dos movimientos sociales, pertenece a comunidad cristiana)

Jesús nace a las afueras, en una cuadra, en un lugar nada bucólico. Nace en los márgenes de la sociedad de su época, como los humildes, como los sin poder, como tantos recién nacidos que, hoy, ven la luz en lugares donde la precariedad, el hambre y la necesidad campan a sus anchas. Y son los parias de la época, los pastores los que dan testimonio y se admiran de lo ocurrido.
Así lo quiere Dios, y nos cuesta tanto entenderlo que dulcificamos y manipulamos su mensaje. Dios quiere cambiarnos por dentro y cambiar el mundo pero desde los empobrecidos, desde los últimos. Al crecer Jesús también se rodeó de gente pecadora, cabezota, humilde…indeseables.
Por eso, en mi humilde opinión, es tan crucial que nos abajemos, que nuestro referente vital sean los últimos (en todos los sentidos), que compartamos con ellos su vida, que nos unamos a sus luchas, que elijamos la austeridad liberadora y solidaria, que participemos de sus movimientos de emancipación, etc.
Y que todo lo vivido lo vayamos meditando en nuestro corazón para poder entender cómo Dios actúa en nosotros y en el mundo.

DESDE LOS NECESITADOS
(mujer, casada, con cuatro hijos, voluntaria de Cáritas)

!Qué mejor manera de empezar el año, que celebrando el día de María, la Madre de Dios!
En este evangelio,encontramos como protagonistas a los pastores. En aquel tiempo, ellos eran considerados los últimos de la sociedad. Dios rompe los esquemas del mundo y con su poder hizo, que ellos fueran los primeros a los que el ángel anunciara el nacimiento de su Hijo. Si esta lectura la trasladásemos a nuestro tiempo, aquellos que son los excluidos de la sociedad, o sea los empobrecidos de la tierra, serían  los primeros, a los que Dios se manifestaría. Doy gracias al Señor, por poder estar cerca de los que sufren, pues ellos son los que pueden transformar nuestro corazón. Pidamos a María, en este día, su ayuda para  tener un corazón sensible y generoso con el que nos necesite y podamos dar motivos de nuestra esperanza al mundo.

PARA REZAR
(mujer, soltera, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

Te damos Gracias, Dios Padre nuestro,
porque Tú pones a nuestro alrededor
a personas que nos anuncian cada día
la Buena Noticia de tu Evangelio.
Nosotros te damos Gracias y te Alabamos
porque te hemos buscado y encontrado,
hasta lograr verte, conocerte y adorarte.
Gracias, Padre, porque Tú nos cuidas con cariño,
a lo largo de toda nuestra vida, y porque Tú pones
a tus Mensajeros en nuestro camino cada día,
anunciándonos tu Amor, Misericordia y Salvación.
Te damos Gracias, Dios Padre nuestro, porque
en nuestra vida nos acompaña siempre tu Madre,
nuestra Madre la Virgen María y Reina de la Paz,
que nos enseña a acoger tu Palabra de Vida
para guardarla y meditarla en nuestro corazón.
Dios Padre Bueno y Misericordioso, te alabamos
y te pedimos que este nuevo año que hoy comienza
sea para cada uno de nosotros una buena oportunidad
de profundizar en tu Palabra a través de la oración,
y de nuestras buenas actitudes y acciones,
para poder ponerla en práctica en nuestra vida diaria,
aceptando siempre con fe y confianza Tu Voluntad,
y logrando ver en nuestra vida tu Presencia cada día,
en la profundidad de los acontecimientos cotidianos.
Ten Misericordia de todos nosotros, Dios nuestro,
y transfórmanos en portadores de tu Buena Noticia
para ir por todas partes anunciando tu Evangelio,
con alegría, ilusión y sin cansancio, a cada persona.  Amén.

PARA VIVIR ESTA SEMANA
(matrimonio, dos hijos, él trabaja, pertenecen a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

Necesariamente el ser cristiano implica acciones, que van desde los pequeños gestos a los compromisos más generosos. Muchas veces mirándonos a nosotros mismos nos damos cuenta de que esta “acción” es insignificante y/o escasa. Este ejercicio de examen de conciencia es necesario hacerlo de forma cotidiana y sin autoengaños para seguir creciendo. Pero podría ocurrir también que nos llevara al desánimo, y del desánimo al abandono: “total para qué, si no voy a cambiar”.
Ante esto leemos en el Evangelio como “María lo guardaba todo en el corazón”. Intentemos nosotros hacer lo mismo en todo momento, en cada una de nuestras circunstancias: poner continuamente nuestra vida ante el Dios de la misericordia y el amor. Él que nos conoce mejor que nosotros mismos, nos animará a ser más generosos en nuestros compromisos, nos librará de autoexigencias vanas y perfeccionismos que solo nos quitan la paz, y nos ayudará a escoger los caminos que debemos transitar