PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?
Lectura del santo evangelio según Mateo 11,25-30
Soy manso y humilde de corazón
En aquel tiempo, exclamó Jesús: "Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera."
SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
DESDE EL AMOR CONYUGAL
(Matrimonio, 3 hijos, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)
El Señor nos enseña a ser mansos y humildes de corazón. Muchas veces no conseguimos vivir con sencillez en el matrimonio: cuando vamos de sabios y entendidos, cuando creemos saber qué es lo que tiene que hacer el otro o como lo tiene que hacer, o cuando en las cosas que tenemos que decidir no estamos de acuerdo. Entonces el camino del matrimonio se pone cuesta arriba, nuestro matrimonio se convierte en una lucha de poderes, caemos en incomprensiones y discutimos. Con este Evangelio el Señor nos muestra que debemos ponernos a disposición el uno del otro, servir y no ser servido, sintiéndonos el último, viviendo el matrimonio tal y como Dios lo pensó, dejando a un lado las convicciones propias, y abriéndonos a la acogida del otro tal como es, sin pretender cambiarlo/a.
Acudir a él cuando estamos cansados y agobiados. Estamos llamados a poner en el Señor nuestras preocupaciones, nuestros agobios. Hablar entre nosotros tras hacer un rato de oración, poniendo delante del Señor aquello que me separa de mi esposo/a, en lugar de pasar el día poniéndolo delante de mi esposo/a, nos ayuda a no acabar discutiendo por querer imponer nuestros criterios. Cuando parece que ya no es posible soportar un día más las diferencias, los agravios, dejamos esa carga en Él con el convencimiento de que encontramos alivio a nuestro cansancio y agobio por resistirnos al camino del Señor.
Cargar con su yugo. También nos llama el Señor a cambiar esa carga de individualidades, por su yugo. El yugo es una herramienta que mantiene a los dos bueyes unidos y reparte la carga por igual. Pues a esto estamos llamados en la vida matrimonial, a dejar delante de Dios nuestros egoísmos, nuestros orgullos, lo que yo quiero, lo que a mi me gusta, que nos pesa en el corazón, nos hace daño el uno al otro y nos distancia de nuestro/a esposo/a. Cambiemos esa carga por el yugo que Dios nos ofrece y que nos mantiene unidos en Él, porque así la carga es más ligera.
DESDE EL TRABAJO EN LA ENSEÑANZA
(Mujer, casada, 3 hijos, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)
Lo sencillo es una mirada con sorpresa, un padre que te pide ayuda, un alumno que te trata de usted para dirigirse a ti para algo que considera importante, otro que te saca la sonrisa para que le concedas "bajar a la cancha" como premio, una que te pregunta con profundidad y curiosidad por asuntos que nada tienen que ver con tu "materia"… En definitiva, yo veo a Dios en lo sencillo que sólo brota de la humildad de no creer que lo sabes todo y tiene como fruto el agradecimiento por saber que no mereces todo.
Al descubrir esto, te sientes cada vez más pequeña y necesitada pero más descansada y libre.
Sólo Él es la verdad, sólo Él te revela esa Verdad, sólo en Él descansas.
TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?
(Hombre, casado, pertenece a movimiento cristiano)
Venid a mí los que estáis cansados y agobiados que yo os aliviaré.
Señor Jesús, estoy cansado de mis miedos.
Señor Jesús, estoy cansado de mi rabia.
Señor Jesús, estoy cansado de mi soberbia que desprecia.
Señor Jesús, estoy cansado de mis ensoñaciones y fantasías.
Señor Jesús, estoy cansado de mi terquedad.
Señor Jesús, estoy cansado de querer imponerme, pase lo que pase.
Señor Jesús, acudo a ti, cansado de mí mismo.
Señor Jesús, hazme manso y humilde de corazón.
Señor Jesús, hazme clemente y misericordioso en mi día a día.
Señor Jesús, hazme bondadoso y justo en mis relaciones con los demás.
Señor Jesús, hazme cuidadoso y paciente en mis palabras y en mis obras.
Señor Jesús, hazme sencillo y empático en mis vínculos cotidianos.
Señor Jesús, hazme limpio de corazón.
Señor Jesús, transparenta en mi la fuerza de tu amor.
Señor Jesús, que alivie cargas a los que me rodean.
Señor Jesús, que siembre paz silenciosamente.
Señor Jesús, que construya comunidad
escuchando,
acogiendo,
acompañando…
Amén.
CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?
(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)
ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?
(Matrimonio, 5 hijos, ambos trabajan, pertenecen a comunidad cristiana y a movimiento seglar).
Soy manso y humilde de corazón
Qué limitaciones tenemos las personas, cada una con su visión del mundo, con nuestras mediocridades y nuestros propios intereses. Y si hay dinero por medio… el dichoso dinero puede cambiar nuestras relaciones de la noche a la mañana. Donde hay un entendimiento sereno, si se introduce en la ecuación algo que afecte al bolsillo, deja de haber fluidez y consenso. Y no sólo por dinero, sino también por otros aspectos. Y además suele haber estructuras de poder en nuestras relaciones, sobre todo en el ámbito laboral, o social. Es difícil mantener la coherencia cuando todos miran literalmente para otro lado para no complicarse la vida.
¿Yo me complico la vida por defender la verdad cuando toca exponerla, cuando toca defender el interés común o el interés de los no presentes, o desfavorecidos, o los que vayan a ser víctimas de una decisión errónea y por mi condición, profesión, puesto de trabajo o perfil me corresponde formar parte de la decisión?
A muchos se nos dan estas situaciones que en un momento dado nos ponen contra las cuerdas y nos hacen pasar por una situación muy incómoda, de enfrentamiento, generando en ocasiones unas consecuencias que en un clima de entendimiento no podemos llegar a suponer pues pueden implicar incluso una ruptura para toda la vida si una de las partes se obceca en su manera de entender las cosas.
Tenemos en esas situaciones un doble reto: defender la verdad y bendecir a todos los que intervienen, incluso a los que se ponen enfrente nuestro porque salen perjudicados en dinero, estima u otra consideración. Eso supone además de exponernos, ser capaces de pedir misericordia para ese hermano dolido porque no salieron las cosas como él se pensaba o quería. Ese concepto de hermano desamparado lo traslado en este caso al que está descontento aunque sea un poderoso, aunque esté preparando artillería pesada contra mí, porque está indignado, porque no tiene paz. No perdamos nosotros la paz, tendámosle un puente de reconciliación y deseemos el bien para él. El Señor nos pide ser mansos y humildes de corazón para encontrar nuestro descanso. ¿Estamos dispuestos a cargar con su yugo que es el de la humildad, el de evitar la soberbia o el enfrentamiento aunque nos ataquen por nuestros posicionamientos en la búsqueda de lo correcto? Te invitamos a ponerlo en tu oración y a llevarlo a la práctica cuando se te dé la situación, pidiendo siempre al Espíritu Santo inspiración para lo que debo pensar, decir, hacer. Te animamos a que tengas presente este reto cuando se te de esa situación concreta.
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