Evangelio Seglar para Domingo del Bautismo del Señor (10 de enero de 2021)

8 de enero de 2021

LECTIO DEL DOMINGO DEL BAUTISMO DEL SEÑOR
TIEMPO DE NAVIDAD- CICLO B

PRIMER PASO: LECTIO

¿Qué dice el texto?

Lectura del santo evangelio según Marcos 1, 7-11

Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto.

En aquel tiempo, proclamaba Juan: "Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo." Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto."

NOTAS BÍBLICAS
(por equipo coordinador, con asesoramiento de un biblista)

Se comienza súbitamente con unas declaraciones de Juan Bautista, que forman parte de una presentación de este personaje que comienza tres versículos antes. El conjunto ya fue proclamado el pasado domingo 2º de Adviento, cuyas notas bíblicas pueden leerse aquí.
Para la fiesta de hoy, del Bautismo del Señor [en algunos lugares, sin embargo, hoy se celebra la Epifanía, con sus lecturas propias], nos interesa fijarnos en la diferencia que hace entre el bautismo de Juan, de agua, y el de Jesús, de Espíritu Santo.
El evangelista apenas se detiene en el relato del Bautismo de Señor. Nos cuenta que llegó Jesús y que Juan lo bautizó, para decir seguidamente: "Apenas salió del agua…" [El griego dice "subió del agua", movimiento en consonancia con el del Espíritu que "bajaba sobre Él"]. El hecho de "subir" del agua por parte de Jesús tiene reminiscencia de la piscina bautismal de los cristianos, a la que se descendía por unos escalones y de la que subía por otros. Tanto en tal bautismo como en el de Jesús, en el que supone que antes "bajó" al agua, tiene el significado de entregarse a la muerte. "Subir" tiene el significado de "nacer" de las aguas a una vida nueva, que queda confirmada por el descenso del Espíritu sobre Jesús. Es un bautismo distinto al de conversión de Juan, corroborado por el hecho de que Jesús no confiesa sus pecados como los demás (ver v. 5b)
La recepción del Espíritu va acompañada de una voz del cielo que lo proclama hijo, o sea, se afirma que el hombre Jesús es Hijo de Dios. Así como la visión del cielo y la bajada del Espíritu es algo que experimenta Jesús personalmente (y el lector), no se aclara quién o quiénes oyen la voz. El Hijo es proclamado Amado y Predilecto, lo cual se muestra por el don del Espíritu.
Estamos ante una manifestación de la Santísima Trinidad: el Espíritu en forma de paloma, el Hijo de Dios encarnado en Jesús, y el Padre a través de su voz.

SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?

Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

DESDE LA ENFERMEDAD
(mujer, casada, jubilada, convaleciente, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)

Hay una cosa que no llego a entender  y son esos padres  o abuelos que dicen refiriéndose a algún hijo o a algún nieto: “es  mi preferido” diferenciándolo del resto de hijos o nietos como si el amor a un hijo o nieto pudiera compararse y medirse,  además lo dicen como un alago, ¡uf…me chirría! Puedo entender que por el motivo que sea se tenga más afinidad… pero esa manifestación  me incomoda, cuando la oigo algo se me revuelve por dentro y no es nada bueno. Pues mira el evangelio termina con la frase “Tú eres mi hijo amado, mi predilecto”. ¡Vaya!… Buscando la diferencia entre “predilecto” y “preferido” encuentro que aunque son sinónimos no significan exactamente lo mismo, pueden tener connotaciones diferentes, en el caso de “predilecto” dice: emana por amor o afecto especial; mientras que “preferido” emana del interés o el gusto, motivos diferentes al amor. Ese matiz cambia el significado.  Efectivamente en el evangelio lo primero que dice es: “eres mi hijo amado” por lo que aquí “predilecto” que es lo que le sigue, viene del afecto.
Por otra parte le habla a la persona directamente no al resto de oyentes, no dice “ese” sino “tú”  indicando cercanía e intimidad. En este caso concreto va dirigido a Jesús, con quien no se puede competir. Pero si Dios es nuestro Padre y somos sus hijos, eso puede ir dirigido a cada uno de nosotros. ¿Nos sentimos amados por Dios?… Con el corazón en la mano ¿podríamos decir que nos sentimos “Hijos predilectos”?. Eso de predilecto impresiona ¿verdad?.., compromete… ¡ya lo creo!. Me ha tocado vivir un  momento muy  difícil durante este último año y sí me he sentido amada por Él, lo he sentido a mi lado caminando conmigo, sosteniéndome, dándome fuerzas, consolándome y me he sentido privilegiada y mimada. Para Él somos únicos, irrepetibles, irreemplazables. Antes de nacer ya me pensó, ¿no es eso ser hijo predilecto?.

DESDE LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS (2009)
(matrimonio, él trabaja, con cinco hijos, pertenecen a comunidad cristiana de matrimonios)

Es el propio Dios quien nos presenta a su Hijo cuando es bautizado en el Jordán. Es una legitimación realizada desde lo más alto que le reconoce como aquél a quien se debe escuchar.
Jesús ha estado presente en la vida de los niños en estas fechas entrañables. Primero con su nacimiento, que lo hemos evocado con distintas manifestaciones, como haciendo el Portal de Belén en casa o cantando villancicos por las calles con Sembradores de Estrellas, implicándolos en las campañas de Cáritas o celebrando la Nochebuena y la Navidad en la familia extensa, y para acabar estas Fiestas, con la venida de los Reyes Magos, en la que, al margen del materialismo, se nos recuerda que Jesús, incluso siendo niño, es el auténtico Rey al que podemos adorar sin temor de ser defraudados. Claro que es un trabajo difícil el nuestro, como educadores, de separar el grano de la paja: enseñarles que lo importante es el amor de Dios, y no lo que hayamos recibido y gastado. El mejor presente es el que nos hace Dios al darnos a Jesús. “Tú eres mi hijo amado, mi predilecto”. Nos lo demuestra en su bautismo, con toda su importancia: Es el comienzo de su vida pública.

TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?

(hombre, casado, trabaja, pertenece a movimiento cristiano)

Cristo Jesús, Mesías prometido por los siglos de los siglos.
Cristo Jesús, misterio encarnado que cimienta los fundamentos de la historia de humanidad.
Cristo Jesús, buena noticia definitiva para los que sufren.
Cristo Jesús, médico de los corazones desgarrados por los absurdos de la vida.
Cristo Jesús, amnistía inimaginable para los corazones de piedra de los que se creen poderosos.
Cristo Jesús, humildad esclarecedora ante las soberbias y los dictadorzuelos cotidianos.
Cristo Jesús, estrella polar para los que buscan a Dios en medio de las tediosas ciudades.
Cristo Jesús, revitalizador de los desmoronados en los zulos de la historia.
Cristo Jesús, paz y bien que sobrepasa todo juicio razonable.
Cristo Jesús, custodio de los corazones perdidos en las soledades de las ciudades de acero y cristal.
Cristo Jesús, amable disipador de tinieblas biográficas e históricas.
Cristo Jesús, reconciliador de todo lo roto en la vida de las gentes humildes.
Cristo Jesús, cuidador con corazón de madre y con manos de padre.
Cristo Jesús, restaurador de los estropeados entre las ruinas de la historia
Cristo Jesús, consolidador de los frustrados por las estúpidas ideologías violentas y excluyentes.
Cristo Jesús, palabra de esperanza siempre disponible y abundante.
Cristo Jesús, horizonte de sentido para todos los perdidos entre tanta y tanta palabrería.
Cristo Jesús, fortaleza en nuestras debilidades, tan humanas.
Cristo Jesús, positividad en nuestros pésimos momentos.
Cristo Jesús, energía en nuestras anemias espirituales.
Cristo Jesús, claridad en nuestros pozos vitales.
Cristo Jesús, vivacidad en nuestras miedosas apatías.
Cristo Jesús, solidez en nuestras dudas.
Cristo Jesús, fiabilidad en nuestros mapas vitales.
Cristo Jesús, plenificador vital sea cual sea la época de la humanidad.
Cristo Jesús,
aunque a veces la Iglesia nos va por dentro,
aunque a veces la fe se disuelve en nuestras pesadillas cotidianas,
aunque a veces se desmorone lo que suponemos firme en nuestras vidas…
Cristo Jesús, creemos en ti,
seguridad de seguridades,
verdad de verdades,
vida de toda vida.

Especialmente en estos tiempos extraños,
de pandemia,
de desconcierto,
de miedo.

CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?

(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)

ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?

(matrimonio, 3 hijos, él trabajan, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

Hoy, con su bautismo, Jesús va a comenzar su vida pública y empieza como nació, mezclándose con la multitud, siendo uno más, poniéndose a la cola de los pecadores para bautizarse, aunque no lo necesite, demostrando la misma humildad que hizo cuando nació en un pesebre. Juan lo vería en la cola y se diría ¿qué hace el Mesías aquí?. Lo reconoce y hace un acto de fe, se humilla ante Él. Quizás deberíamos aprender a hacer esto para dar un testimonio convincente, la humildad es la virtud que más almas convierte. Ojalá nosotros, en nuestra vida cotidiana tuviéramos esa actitud al reconocerlo en el hermano y también en las situaciones que nos presenta la vida, decir como Juan, no soy digno de desatar la correa de tus sandalias o lo que es lo mismo, sólo soy tu humilde servidor. Pero lo más importante del bautismo del Señor es el acontecimiento que ocurrió, la "apertura del cielo", Dios Padre instaura desde ese día una nueva relación entre el Cielo y la tierra, entre Él y los hombres, ya nunca más estará cerrado, hace dos cosas, una, reconoce a su Hijo amado ante los hombres y dos, a todos nosotros nos confiere la dignidad de ser sus hijos a los que ama, hasta el punto de entregar lo que más quiere, a su propio Hijo, para redimirnos de nuestros pecados. Ya no va a ser más un bautismo de agua, el que hacía Juan, que invitaba a la conversión. El bautismo de Jesús para con los hombres, es un bautismo de Espíritu Santo, y eso, desde que nos bautizamos de pequeños, es una impronta indeleble en el alma, somos hijos de Dios, somos templos vivos del Espíritu Santo. ¿qué dignidad puede ser mayor que ésta?. El trato con los demás ya no puede ser el mismo. El prójimo adquiere tras esa impronta, un valor infinito.
Me gustaba también comparar la epifanía (manifestación) terrenal, la de los sabios Reyes Magos que son capaces de ver algo muy especial en aquel niño en pañales, con el bautismo terrenal, el de Juan, que con agua, bautizaba como símbolo de la conversión de las almas de aquella gente que creyeron en la llegada del nuevo Reino que anunciaba.
Por otro lado, la otra comparación, es la epifanía de Dios, que ante los hombres señala: Tú eres mi hijo amado. Esta manifestación o 2ª epifanía es increíblemente más grande que la primera, la de aquellos reyes Magos. Al compararla con el bautismo de Espíritu Santo, que ya no es sólo de agua, podemos ver que es ese Espíritu Santo el que nos lleva a ver a Dios más allá de lo terrenal. Ese es el gran secreto que nos descubre Jesús para ayudarnos a ser felices. Por ejemplo, ante un admirable paisaje, ante la mirada de un niño, nos sale espontáneo decir: ahí está Dios, y surge de nosotros una oración de alabanza. Eso nos hace llenarnos de paz y alegría.  Sin embargo, ante otras circunstancias más difíciles, el dolor, la enfermedad, la incomprensión…detrás de eso, sólo somos capaces de descubrir a Dios gracias al Espíritu Santo. Y si somos capaces de descubrirlo también detrás de estas cosas, ya no es por la sabiduría humana, no, es porque Dios nos ha concedido ese beneficio por que fuimos bautizados con el Espíritu Santo. Entonces, no tengamos miedo, detrás de todo está ese Dios amoroso que sólo quiere que seamos felices y nos concede la fuerza para ello y todo, todo lo permite para nuestro bien, por que nos ama inmensamente.