Evangelio Seglar para Domingo Sexto de Pascua (14/05/2023)

12 de mayo de 2023

PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?

Lectura del santo evangelio según Juan 14,15-21

Yo le pediré al Padre que os dé otro defensor

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Yo le pediré al Padre que os dé otro defensor, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque vive con vosotros y está con vosotros. No os dejaré huérfanos, volveré. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy con mi Padre, y vosotros conmigo y yo con vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él."

SEGUNDO PASO: MEDITATIO

¿Qué nos dice el texto?

Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

DESDE LOS PRIVADOS DE LIBERTAD

(Mujer, soltera, participa en la pastoral penitenciaria, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)

Él siempre está con nosotros, no lo olvides.

Con esta afirmación tan certera, nos suele recibir un funcionario de prisión del módulo de enfermería(primero por el que hay que pasar cuando entramos en el centro penitenciario que visito). Y nos lo dice a todos/as sin hacer distinción de quien seamos ni cual sea nuestro lugar en el engranaje de la prisión.

¿No es esto lo que nos viene a decir el Evangelio de hoy? Qué importante saber que no estamos solos/as.

En la experiencia de tantos años, he visto que una de las cosas que más aterra a alguien cuando entra en prisión, es pensar que un familiar ( sobre todo la madre) pueda morir mientras el/ella está preso/a. Me imagino que algo así les ocurría a quienes seguían a Jesús cuando él les hablaba de su inminente partida.

No sé si la promesa de que siempre estaría les llenaba de paz. Lo que sì sé es que cuando sentimos su presencia en nuestras vidas, todo cambia para bien nuestro y de quienes nos rodean. De ahí la necesidad de invocar con frecuencia al Espíritu Santo para que nos auxilie, guíe y proteja en todas nuestras cosas. Es el gran desconocido, pero una vez que lo descubrimos ya no podemos vivir sin él.

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, enciende en ellos la llama de tu amor. Envía Señor tu Espíritu y nuestros corazones serán creados de nuevo y renovarás la faz de la tierra. Amén.

DESDE EL TRABAJO SANITARIO

(Mujer, casada, tres hijos, enfermera, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)

En este Evangelio, Jesús nos vuelve a recordar que nunca nos abandona ni nos deja Sólo; que en los momentos más difíciles de nuestra Vida, en esos momentos donde mis pacientes experimenta la dureza de la enfermedad, Jesús pide al Padre que nos eche una mano, y que nos mande su Espíritu .

Es la fuerza de  este Espíritu con el que me encuentro a diario cuando vemos a los pacientes  luchar ante la muerte.

Todo aquel que vive  y sigue al Señor experimenta ese Espíritu a su lado, esa fuerza que vive dentro del hermano que sufre.

Lo importante también es que esta mirada de Paz que veo en mis pacientes cuando siente que durante toda su vida han permanecido al lado de Jesús, se han sentido amados y felices, esa mirada es una mirada especial, que envuelve todo, como diciendo aquí estoy Señor, he intentado amarte durante toda mi vida y ahora solo quiero descansar en ti y que mis ojos te vean.

TERCER PASO: ORATIO

¿Qué nos hace decir el texto?

(Hombre, casado, pertenece a movimiento cristiano)

¡Ven Espíritu Divino!

Sin ti, Espíritu,
somos como huérfanos,
perdidos en medio de ruinas.

¡Ven Espíritu Divino!

Sin ti, Espíritu,
vivimos egocentrados,
creyéndonos muy importantes.

¡Ven Espíritu Divino!

Sin ti, Espíritu,
nos dominan las ciegas energías
de la materia,
de la vida,
de la sociedad,
de la cultura.

¡Ven Espíritu Divino!

Sin ti, Espíritu,
vivimos ávidos,
sedientos,
sin paz.

¡Ven Espíritu Divino!

Sin ti, Espíritu,
nos resignamos
a que nos defina
la sinrazón,
lo absurdo,
lo trágico

¡Ven Espíritu Divino!

Sin ti, Espíritu,
somos poco más que biología
que malvive, asustada,
en la lucha del más fuerte.

¡Ven Espíritu Divino!

Sin ti, Espíritu,
sólo irradiamos
nuestras mediocridades,
nuestros vacíos,
nuestra triste hoguera de las vanidades.

¡Ven Espíritu Divino!

Sin ti, Espíritu,
somos ecos de palabras viejas dogmáticas
insignificantes,
mágicas,
que buscan sólo su mantenimiento.

¡Ven Espíritu Divino!

Sin ti, Espíritu,
creemos muchas tonterías,
hacemos muchas tonterías,
proponemos muchas tonterías.

¡Ven Espíritu Divino!

Sin ti, Espíritu,
somos mundo,
somos luchas de poder,
somos grotescos personajes
de extrañas conductas.

¡Ven Espíritu Divino!

Ven, multiplica nuestra capacidad de compasión.
Ven, fomenta lo mejor de nuestros corazones.
Ven, haznos más auténticamente humanos.

¡Ven Espíritu Divino!

Santifícanos.
Cristifícanos.
Santifícanos.

CUARTO PASO: CONTEMPLATIO

¿Quién dice el texto?

(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.

ÚLTIMO PASO: ACTIO

¿A qué nos lleva el texto?

(Matrimonio, 3 hijos, él trabaja, pertenecen a comunidad cristiana y a movimiento seglar). Comentario de 2020.

Estamos ante la promesa del Espíritu. Jesús nos da la clave," Si me amáis, guardaréis mis mandamientos". El Espíritu es quien nos hace conocer y guardar las cosas de Dios, y se revela de una manera clara si nos ponemos a amar. Es justo en esos momentos en los que intentamos perder nuestros gustos, nuestras ideas, nuestros planes, nuestro dolor, nuestra alegría… por amor al hermano, cuando experimentamos esa cercanía del Espíritu, porque Dios nos lo prometió y no falta a su palabra,  ya que da a quien ha dado, es decir, da amor a quien ha amado.

Desde la esperanza que nos dan las palabras de Jesús de que no nos dejará huérfanos, desde estas experiencias cotidianas de "perder para ganar", afrontemos nuestro presente con la firme convicción de que ese es el camino correcto, no hay duda, y el Señor se nos dará a conocer en muchos pequeños gestos, como si nos proporcionara una caricia el Espíritu para proseguir con renovado ánimo en los quehaceres diarios.

"Quien no avanza, retrocede", o lo que es igual, quien no ama es como si perdiera el tesoro de la fe, no porque el Espíritu nos abandone, sino porque somos nosotros quien lo abandonamos a Él y perdemos esa Luz y ese conocimiento del que nos hablaba Jesús:"…el mundo no puede recibir (el Espíritu), porque no lo conoce ni lo ve, en cambio vosotros sí me veréis porque vivo en vosotros…"

Por tanto, tratemos de mantener vivo a Jesús dentro de nosotros, alimentándonos con la oración, con la Eucaristía (a ver si ya pudiéramos acercarnos a recibir el cuerpo de Cristo en nuestras parroquias…que ya se echa muy en falta con tanto confinamiento…) con el sacramento de la Penitencia, escuchando la Palabra y sobre todo, amando concretamente.


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