DOMINGO XXI DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO A
Lectura del santo evangelio según Mateo 16, 13-20
Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?" Ellos contestaron: "Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas." Él les preguntó: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" Simón Pedro tomó la palabra y dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo." Jesús le respondió: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo." Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.
DESDE LA PLAYA
(por hombre, casado, con tres hijos, trabajan ambos, en vacaciones)
Verano distinto éste que estamos pasando, bastante raro. Si prestamos un poco de atención, la gente está algo decaída, aunque nos repongamos día a día, se nota que faltan abrazos y sonrisas. La familia, como núcleo de fuente de vida, ahora mismo es esencial, aprovechemos este tiempo para cuidarla al máximo, para abrazar, sonreír y disfrutar.
En este verano, además, me he tenido que venir unos días para cuidar de mi madre, que poco a poco se va apagando, después de una vida repleta de amor y sufrimiento. Lo que podría parecer algo fastidioso para mi comodidad, se convierte, sin darme cuenta, en días plenos, con la mejor de las sonrisas cada vez que se le habla o se le cuida. Pertenece a una generación distinta, que con su vida y entrega ponen de manifiesto su fe. Nada ha podido separarla del amor de Dios como dice la canción, siempre adelante, siempre con ánimo.
El evangelio de este domingo, nos vuelve a poner en el centro la fe, como don y regalo de Dios, que nos revela lo esencial. Pedro era un simple pescador, que supo reconocer esa verdad y la vivió, y sobre él Jesús quiso que todo se iniciara.
Hace dos días tuve la oportunidad de ver la película los dos papas, muy recomendable verla y comprobar que después de dos mil años, la Iglesia, con todos sus pecados, sigue ahí. Pero para mí lo mejor de todo es que siempre, en todas sus épocas, alguna llama brilla más y la reconduce hacia la verdad. En este mes de agosto nos ha dejado otro Pedro (Casaldáliga), una de esas luces que reorienta el camino y que remueve conciencias. Que su obra sea conocida, aprovechad estos días para leer algo sobre su figura o algo escrito por él, merece mucho la pena