Evangelio Seglar para el Domingo 22 de Diciembre de 2024

20 de diciembre de 2024

PRIMER PASO: LECTIO

¿Qué dice el texto?

Lectura del santo evangelio según Lucas 1, 39-45

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?

En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»

NOTAS BÍBLICAS

Se encuentran dos mujeres embarazadas, y el hijo de una reconoce en el otro a Dios.
Isabel movida por el Espíritu Santo, como una profetisa (algo también infrecuente), interpreta el movimiento de su hijo en su seno como señal de alegría ante su Dios y llama a María (una adolescente de Nazaret, poblado sin dignidad alguna) «Madre de mi Señor». Isabel se siente indigna de tal visita.
Lucas escribe la primera bienaventuranza de su evangelio: Isabel proclama bienaventurada a María por su fe y le asegura que se cumplirá la Palabra del Señor.

SEGUNDO PASO: MEDITATIO

¿Qué nos dice el texto?

Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

DESDE LA FAMILIA
 (Mujer, casada, madre de 4 hijos, trabaja online, pertenece a comunidad cristiana y Movimiento Seglar)

El Adviento es tiempo de espera, es tiempo de preparación… pero «María se puso en camino y fue aprisa a la montaña»… parece que María ya estaba preparada para salir corriendo a hacer la voluntad de Dios y a compartir la alegría con todo el mundo… Muchas veces nosotros estamos centrados en prepararnos y «sentirNOS» preparados y seguimos procrastinando (que palabreja más de moda!), vamos, dejándolo todo para después… centrándonos en cómo nos sentimos nosotros, olvidando el propósito, que es transformar el mundo y compartir la alegría del Señor.

Hoy precisamente he leído la felicitación del cole (al que iban en España) de mis hijos y me ha encantado. El lema del colegio este año es «Ready Steady, Go: hacer el bien y hacerlo bien»

Espero que esto no sea plagio…. Os deseo lo mismo:  Que el nacimiento del Niño Jesús, nos ayude a prepararnos con esperanza (ready), detenernos para abrir el corazón a su Amor (steady) y llevar su luz al mundo (go).

Esto también me hace recordar a nuestro querido Padre José Luís Izquierdo CMF: «seamos hombres y mujeres de Dios, haciendo el bien aunque no nos guste y evitando el mal, aunque nos guste»

Dejemos al Señor actuar a través de nosotros, sin ponerle más trabas. La clave es ponernos en camino… cuando estamos en movimiento, cuesta menos… e «ir aprisa a la montaña», al encuentro de las personas más necesitadas del amor de Dios. ¡YA!

DESDE EL TRABAJO POR LA PAZ
(Hombre, casado, 3 hijos, pertenece a comunidad cristiana y Movimiento Seglar)

El Evangelio de hoy vuelve a insistir en que el camino de la Paz está asfaltado a base de gestos sencillos y cotidianos; un saludo, una conversación, la disponibilidad para servir.

Sí, porque hoy vemos a María con “prisa”. Pero cuidado, no tomemos esto como una coartada para nuestras prisas navideñas. María no tiene prisa para comprar, ni para comer, ni para adornar, no va corriendo a ver alumbrados cegadores o escuchar músicas ensordecedoras. María tiene prisa para servir. Siempre he visto que, en cuanto una mujer se queda embarazada, una de las primeras cosas que le dice todo el mundo es “ahora te toca cuidarte”. María, en esto como en tantas otras cosas, lo hace al revés. La Madre de Dios, empieza su embarazo sirviendo, y en silencio. No puede ser de otra forma en la Madre del que “no ha venido a ser servido, sino a servir” (Mt 20, 28). ¿Te imaginas un Adviento y una Navidad en que todos tuviésemos prisa para servir? En la familia, en el trabajo, en el colegio, en la facultad, con tus amistades, en tu barrio. Me atrevo a aventurar que serían esas unas prisas más alegres y, por supuesto, mucho menos ruidosas.

Hoy destacaría también, lo que Isabel recuerda a María; “lo que te ha dicho el Señor, se cumplirá” ¿Tenemos presente lo que nos dijo el Señor el día que nos casamos, nos bautizamos, etc.? Se cumplirá. Reavivemos nuestra esperanza. Y reavivemos también la esperanza para este mundo en guerra. El Señor nos ha prometido la Paz. ¿Nos atrevemos a decirle al mundo; “lo que te ha dicho el Señor, se cumplirá”?

TERCER PASO: ORATIO

¿Qué nos hace decir el texto?
(Hombre, 3 hijos, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)

NO OS CANSÉIS. NACE DIOS.

Creadores de cultura nueva,
no os canséis:
inventad,
alumbrad,
orientad.

Exploradores de los misterios humanos,
no os canséis:
nombrad,
intuid,
asombraos aún más.

Artistas inspirados,
no os canséis:
romped fronteras,
construid constelaciones de símbolos,
deslumbradnos.

Peregrinos sedientos,
no os canséis:
seguid casi a ciegas,
seguid acaso sin fuerzas,
seguid hasta lo hondo intenso
del corazón humano.

Navegantes camino de los tiempos nuevos,
no os canséis:
aunque lo pésimo nos arañe,
aunque lo abisal nos amenace,
aunque lo monstruoso casi nos paralice.

Místicos incandescentes,
no os canséis:
seguid callados,
seguid ardientes,
seguid irradiando
sentido, significado y sensibilidad.

Poetas de la intensidad,
no os canséis:
labrad,
tejed,
musicad sílaba a sílaba
lo mejor del ser humano.

Monjes santos,
no os canséis:
perseverad,
cantad,
contemplad
la santidad silenciosa
en el tiempo,
el espacio,
la comunidad
y la conciencia.

Sembradores de justicia,
no os canséis:
gritadnos,
soliviantadnos,
exigidnos
a los que vivimos muy cómodos
compartir de verdad
lo que somos y tenemos.

Aprendices de humanidad,
no os canséis:
estudiad las sabidurías milenarias,
ansiad autenticidad humana,
buscad maestros de calidad.

Sedientos de paz,
no os canséis:
irradiad paz,
inventad concordia,
asumid el riesgo de la incomprensión.

Humildes de corazón,
no os canséis:
sonreíd,
abrazad,
reclamad lo mejor de los corazones.

Cuidadores de fraternidad,
nos canséis:
proponed diálogo,
impulsad los encuentros,
mostrad los puentes.

Fascinados por la belleza,
no os canséis:
pintad las intuiciones,
componed las armonías eternas,
arriesgaos a mostrar lo inefable

Artesanos del bien,
nos canséis:
limad asperezas,
restañad las grietas,
extraed las astillas.

Amantes sin condiciones,
no os canséis:
gozad de los cuerpos,
conspirad desmesuradamente,
descasad uno sobre otro.

Músicos sublimes,
nos canséis:
exprimir los límites de las armonías,
desbordad con ritmos inesperados
sorprendednos con tonalidades embriagadoras.

Sacerdotes de la humanidad,
no os canséis:
vivid auténticamente los rituales,
creeros las palabras santas,
silenciad vuestros egos antes, durante y después
de las acciones sagradas.

Hombres y mujeres de fe balbuciente,
no os canséis:
nombrad valientemente las sombras,
deletread los miedos de vuestro corazón,
sostened la mirada ante el muro,
con fe en atravesar su oscuridad,
su dura oscuridad,
su, acaso, penúltima viscosidad.

Heridos por la puñetera vida:
no os canséis:
la mala suerte es penúltima palabra,
las traiciones son penúltima palabra,
las mentiras son penúltima palabra.

Pacíficos habitantes de estos extraños tiempos,
no os canséis:
permaneced en serenidad incluso atascados en el caótico tráfico,
permaneced bendiciendo incluso en las cloacas de las mentiras,
permaneced compasivos incluso ante las trampas de los cínicos.

Justos entre las naciones,
no os canséis:
luchad por la vida humana,
arriesgad vuestra reputación por la dignidad humana,
testimoniad con vuestra presencia que otro mundo es posible.

Misericordiosos en las grandes ciudades,
no os canséis:
decid bondades frente a las palabras que odian,
hablad de la comunión las actitudes de desprecian,
preguntad en voz alta cómo vivir a la mejor altura de nuestras posibilidades reales.

Sabios luminosos,
no os canséis:
seguir escribiendo libros que nos alimentan,
seguid enseñando senderos de crecimiento espiritual,
seguid mostrando que lo mejor está por llegar.

Maestros de silencio,
no os canséis:
entre tanto ruido, sonreíd en público,
entre tanta cacofonía, sonreíd con autenticidad,
entre tanta mentira, sonreíd desde el corazón.

Contemplativos,
no os canséis:
enraizaos aún más,
silenciaos aún más,
vivid aún más simplemente.

Los mejores de la humanidad
con lo mejor de la humanidad,
no os canséis:
el Espíritu de Dios
os fundamenta,
os impele…
y nos plenificará a todos…
a todos los que tenemos
el corazón herido,
abierto
pero palpitante,
aún palpitante.

… Es Adviento.
Asombrosamente,
inauditamente,
santamente
se inicia el Reino,
se incoan entusiasmos,
nace Dios.

CUARTO PASO: CONTEMPLATIO

¿Quién dice el texto?

(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)

Fano - 20241222

ÚLTIMO PASO: ACTIO

¿A qué nos lleva el texto?

(Mujer, soltera, trabaja, pertenece a comunidad eclesial y movimiento Seglar)

¡Qué cerquita está ya el nacimiento de nuestro Señor! Sin quererlo ni saberlo nos hemos plantado ya en el último domingo de Adviento.  Quizás debamos plantearnos si hemos sido capaces de cambiar en nuestras vidas algo para preparar la venida del Señor o si, en cambio, nos hemos dejado atrapar por la frívola y consumista manera de vivir la preparación a la Navidad que tiene el mundo, más preocupados  en cuándo, cómo y dónde: comer, beber, comprar, hacerse selfie, trabajar…

El evangelio de este domingo nos pone en guardia ante una cosa decisiva, si nos hemos encontrado profundamente con el Señor, de nuestro corazón tienen que brotar dos cosas fundamentales, si no, algo falla:

  • Una acción de gracias y alabanza a Aquel que nos eligió, porque nos sentimos amados, somos la “niña de sus ojos” y eso , ¡ES MUY GRANDE!
  • Operación salida: no a la playa o la montaña, sino al encuentro con el otro. Olvidarnos de nuestro yo y salir en actitud de servicio al hermano necesitado.

Hoy vemos dos mujeres embarazadas, de dos criaturas claves en la historia de la salvación, sobre todo el Mesías, claro. María,  lejos de guardar estricto reposo por la importancia de lo que estaba aconteciendo en sus entrañas, entiende que debe salir y ayudar a su prima, ya mayor y a punto de dar a luz. Vivir la vida desde el Señor consiste muchas veces en ver oportunidades y signos  de esperanza donde la mayoría ve dificultades (Isabel: estéril y mayor. María, joven y virgen). El Espíritu es el que las une y es el motor del gozo y la esperanza.

Adviento debe ser eso, imaginarnos como estas dos mujeres en estado de buena esperanza e intentar hacer presente al Señor en nuestros ambientes, con alegría y gozo, con una gran acción de gracias a un Dios que nos ama inmensamente.

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