Evangelio Seglar para el Domingo 27 del Tiempo Ordinario

2 de octubre de 2020

LECTIO DEL DOMINGO XXVII TIEMPO ORDINARIO- CICLO A

PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?

Lectura del santo evangelio según san Mateo 21,33-43

Arrendará la viña a otros labradores

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo: "Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: "Tendrán respeto a mi hijo." Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Éste es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia." Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?" Le contestaron: "Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos." Y Jesús les dice: "¿No habéis leído nunca en la Escritura: "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"? Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos."

NOTAS BÍBLICAS
(por equipo coordinador, con asesoramiento de un biblista)

Sigue el símbolo de la viña de los dos domingos anteriores.
Sigue el enfrentamiento con las autoridades judías del domingo anterior.
Cuenta la historia de la salvación: cómo Dios envía profetas que son maltratados, y cómo envía a su Hijo que es matado.
Consecuencia: Dios arrendará su viña a otros que den los frutos a su tiempo (alusión al salmo 1). Es decir, se la quita a esta autoridades judías y se la entrega a la naciente Iglesia: un mensaje clarificador de Mateo a su comunidad que tiene fuertes conflictos con los fariseos (entonces los dirigentes judíos, tras la caída del Templo en el año 70).
Al final cambia de símbolo y se va al de la piedra. Conecta así con la reciente "purificación" del Templo realizada por Jesús. El Hijo enviado y matado es la piedra desechada por los arquitectos (las autoridades) pero que ahora es la piedra angular (del nuevo pueblo, la Iglesia), imagen calcada del salmo 118. Esta transformación es obra del Padre, del dueño de la viña.

SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?

Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

DESDE LA ENFERMEDAD
(mujer, casada, jubilada, convaleciente, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)

Llegará el momento de rendir cuentas al Señor de como  he gestionado la parcela de viña que me dejo, no solo dar cuenta de lo que hice también de lo que deje de hacer. Para no llegar con el trabajo sin hacer o mal hecho está  el revisar todas las noches lo que hago para enmendarlo el siguiente y por las mañanas al comenzar el día ponerme en presencia del Señor para desde Él realizar todas las tareas que realice. Esa  es la actitud que debo cuidar. Eso cambia la perspectiva,  partiendo de ahí, y poniendo al Señor como centro de mi vida, lo que hago puede no ser perfecto, pero mi intención es hacerlo lo mejor que se y con la mejor disposición. Me puedo equivocar, puedo dejar cosas sin hacer, incluso puedo no hacer a sabiendas porque tenga un día torcido, pero tengo la oportunidad de corregirlo. Tampoco nací sabiendo, he necesitado años de preparación y de formación, durante ese proceso también me  he dejado labrar por el Señor, Él ha arado, plantado y regado mi vida, moldeando mi personalidad. Aún ahora sigo en una formación permanente, una formación que me sirve para llevarlo a la vida. De ahí saldrán los frutos. Por eso la idea de rendir cuentas no me inquieta mucho.
Lo que me importa es llegar en presencia del Señor con el corazón  lleno de nombres, de hermanos, de vidas. De cada una de las personas con las que me he cruzado en la vida  a las que he podido ayudar y me han ayudado, las que he cuidado y me han cuidado, a  las que he enseñado y me han enseñado,  las que he perdonado y me han perdonado, las que he amado y me han amado.

DESDE EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN
(mujer, casada, trabaja, 4 hijos y un perro, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)

En este evangelio vemos un paralelismo claro entre el dueño de la viña y los labradores asesinos. Dios nos ha prestado su viña, y nosotros nos estamos cargando toda la tierra. Dios nos manda mensajes pero los ignoramos. La cuestión es hasta cuándo… La paciencia de Dios es infinita y Él es misericordioso y nos perdona una y otra vez, pero la tierra no es finita. Al menos nos queda la esperanza de que Dios es capaz de darle la vuelta a la tortilla, puede hacer milagros, este evangelio nos trae esperanza. Aun así, deberíamos detenernos a pensar cual es nuestro papel como labradores honestos y ecológicos, cuidan la tierra, la labran y obtienen cosechas ecológicas y que mejoran el ecosistema. ¿De qué manera podemos mejorar nuestro entorno en el día a día?
Devolvamos cariño y agradecimiento a la casa que nos acoge, a todos los seres humanos, animales y vegetales que habitan en ella.

DESDE LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
(matrimonio, él trabaja, con cinco hijos, pertenecen a comunidad cristiana de matrimonios) (2008)

¡Con qué amor prepara el Padre la viña! Le pone una cerca para protegerla, y saber lo que es suyo. Construye un lagar porque tiene la convicción de que va a dar fruto, ¡qué inversión! Levanta una torre para vigilarla. Así aspiramos ser los padres con nuestros hijos, les damos amor, ponemos nuestro cariño en ellos, creemos en todos sus potenciales e intentamos cultivárselos, y sí, existe una torre de vigilancia, pero a distancia, para que puedan crecer sin muletas. A nosotros nos toca que se den las situaciones más favorables para ellos, aunque luego esa rama que queríamos que creciera a la izquierda crezca a la derecha. Al fin y al cabo lo que pretendemos es que sean adultos independientes, libres, justos, generosos…Porque no son nuestros, son de Dios.

TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?

(hombre, casado, trabaja, pertenece a movimiento cristiano)

Buenos frutos

Señor Jesús,
nos consideramos parte de tu viña.
Ayúdanos a dar ser semillas
de los que tu deseas,
buenos frutos
con los talentos que disponemos
de tal modo que humanicen
en estos tiempos de pandemia,
en estos tiempos donde se necesitan
hombres nuevos,
sociedades nuevas,
leyes nuevas,
valores
que sean alternativos
a la codicia,
a la ambición,
a la ley del más fuerte
… tendencias tan predominantes
en los últimos tiempos
en tantos ambientes,
en tantas y tantas acciones,
en tantas y tantas instancias de poder…
… en tantos y tantos corazones.

Señor Jesús,
nos consideramos parte de tu viña.
Haznos semillas,
haznos testigos,
haznos aún más hombres y mujeres
que buscan la verdad,
que buscan el bien,
que tienen hambre y sed de justicia.

Señor Jesús,
nos consideramos parte de tu viña.
Haz de nuestra vida
un vino nuevo
que alegre la vida
de todos los que nos rodean.

Amén.

ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?
(matrimonio, 5 hijos, ambos trabajan, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

Yo no quiero matar a mi Señor, ni a su Hijo, ni a sus criados.
Ni quiero que arriende la viña a otros labradores.
Quiero servirle cuidando la viña que me ha arrendado.
Esa viña es mi vida. Lo más preciado que tengo, me la ha confiado el Señor.
¿Cómo estar a la altura de ese regalo? ¿Qué puedo hacer con lo que tengo, con lo que soy, en cada situación que se me presenta? ¿Cómo voy  a utilizarla a su servicio? En concreto, voy a fijarme si soy simpatizante de la causa de Jesús o si soy discípulo suyo. ¿Me conformo con pertenecer al grupo de los cristianos, o pongo a disposición mi vida?¿Simplemente obedezco las órdenes del Maestro o asumo responsabilidades?¿Entiendo mi entrenamiento en santidad como una ganancia para mí, o como una inversión que enriquece a los demás? ¿Me quedo en desear que el mundo se transforme, o me presento voluntario para construir el Reino? ¿Cuánto me doy? Haz tuyo el lema del octubre misionero de este año: “Aquí estoy, envíame”