PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?
Lectura del santo evangelio según Mateo 16,21-27
El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo
En aquel tiempo, empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: «¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte.» Jesús se volvió y dijo a Pedro: «Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios.» Entonces dijo a sus discípulos: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta.»
SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
DESDE LA EXPERIENCIA MISIONERA
(Mujer, casada, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)
Cuando se vive en primera persona la pobreza extrema en la que viven las personas de muchos de los lugares de misión, se puede entender y mirar este pasaje del evangelio con otros ojos. Desde la experiencia de Misión, se encuentra sentido pleno a la expresión “perder la vida” o negarse a sí mismo”, en cuanto que se abandona todo lo conocido, lo seguro, lo estable, y se entra en el abandono en el Señor, aquí me tienes, como instrumento de tus manos, de tu proyecto, de tus planes.
Aún así no es suficiente. Cualquier vida se puede convertir en rutinaria, incluso en la soledad y la incertidumbre de lo lejano y desconocido. Hay que dar un paso más, y convertirse en instrumento de denuncia, de construcción de una nueva vida, sometiéndose si hace falta a las persecuciones, que en todos los lugares las hay, ¿pensando como Dios? Muy difícil nos lo pone el Señor, que somos como Pedro, seres humanos con mente humana…
Quizás se puede entender más fácilmente la Misión cuando se piensa en el día a día, en el vivir cotidiano, que siempre nos ofrece pequeños momentos y espacios de Misión; ahí, ya sea aquí o lejos, hay que intentar identificar esa cruz que siempre tenemos a mano en nuestra vida, y abrazarla. Un misionero me enseñó a transformar el dolor-el peso de esa cruz- en vida, ofreciéndola por las necesidades de todos y de cualquiera. Pequeñísimo gesto cotidiano, que realizado momento a momento, nos acerca al ejemplo de Jesús.
DESDE LA VIDA UNIVERSITARIA
(Hombre, soltero, pertenece a comunidad eclesial)
En el día a día, uno tiende a llenarse la cabeza con aspiraciones, objetivos y sueños que alcanzar para sentirse satisfecho y, a veces, nos olvidamos de que la vida es más que eso. En el ambiente universitario, además, las metas impuestas por uno mismo se pueden ver alimentadas por las influencias que puedan ejercer profesores, familiares, amigos… A medida que pasa el tiempo, se van acumulando los planes de futuro a la vez que va creciendo la ambición por alcanzarlos. Al final, poco a poco haces de tu vida un túnel en el que solo tienes presente tus expectativas, y te olvidas de todo lo demás.
Leyendo este fragmento del Evangelio, me han venido a la mente aquellos momentos de impotencia al ver que, a pesar del esfuerzo, mis planes y expectativas no se cumplían. Esos “fracasos”, sin embargo, son los que te permiten reflexionar sobre si el camino que estás siguiendo es verdaderamente bueno para ti, y te hacen recordar cuáles son verdaderamente tus prioridades. Así, esta lectura nos invita a pararnos a pensar si realmente estamos dejando que nuestras ambiciones sean tan importantes que terminen resultando un obstáculo para tener presente a Dios en nuestra vida como seglares.
TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?
(Hombre, casado, pertenece a movimiento cristiano)
¡Tú piensas como los hombres!
¿Cómo no apegarme a la lógica del mundo?
¿Cómo dejar de negar la realidad cuando no nos gusta?
¿Cómo superar mi ego y sus exigencias de tener, mandar, aparentar?¿Cómo dejar de rebajar el evangelio?
¿Cómo dejar de creernos más sagaces que Cristo?
¿Cómo dejar de reparchear la voluntad de Dios?¿Cómo mantenernos en el seguimiento?
¿Cómo dejarnos guiar por la verdadera luz?
¿Cómo no dejarnos descolocar por el sufrimiento, el dolor, el fracaso?¿Cómo dejarnos alumbrar en nuestras sombras?
¿Cómo subirnos de verdad a la caravana que sube a Jerusalén?
¿Cómo no escandalizarnos de la Pasión?¿Cómo no huir de las sombras y de su inevitable realismo?
¿Cómo dejar de vivir a la defensiva de las exigencias del Reino?
¿Cómo superar la tentación de la negociación con lo de Dios?¿Cómo mantenernos en la vocación de testigos del Reino?
¿Cómo estar conectados con la valentía del Espíritu?
¿Cómo crecer en la autenticidad de nuestra fe?¿Cómo afrontar nuestros miedos e inseguridades?
¿Cómo superar los patrones de interpretación de la realidad tan mundanos?
¿Cómo mirar cara a cara nuestra vulnerabilidad?¿Cómo ir más allá de los momentos donde lo imprevisible nos asusta?
¿Cómo abrazar las etapas del viaje hacia la plenitud?
¿Cómo fluir con paz cuando el fracaso amenaza inminentemente?¿Cómo superar la tentación de querer controlar todo según nuestra medida?
¿Cómo descubrir la novedad fascinante que se encuentra más allá de nuestras pequeñas cosas?
¿Cómo confiar en el proceso del caminar junto a Jesús?¿Cómo aprender de Jesús?
¿Cómo comprender lo de Dios con Jesús?
¿Cómo convertirnos de verdad en cristianos?Señor, ¿cómo fluir serenamente por la vida contigo?
Señor, ¿cómo crecer en santidad contigo?
Señor, ¿cómo ir al fondo contigo?Señor, Tú nos lo dices claramente…
¡Entrégate!
¡Ríndete!
¡Confía!¡Cree!
¡Espera!
¡Déjalo en las manos del Padre!¡Sólo pasando por el fracaso mundano se viven las bienaventuranzas!
CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?
(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)
ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?(Hombre, 3 hijos, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)
¡Cuántas veces caemos en la tentación, como Pedro, de hacer nuestro seguimiento cristiano a nuestra medida!Sólo desde una irresponsable ingenuidad o con una manifiesta hipocresía, damos al mundo una imagen de Cristo desvirtuada.
Jesús fué «escándalo» para unos y «necedad» para otros (…no lo permita Dios, eso no puede pasarte…nadie te matará), se salía de todas las normas de su tiempo, era radical y sobre todo responsable con lo que vino a cumplir hasta el final, a pesar de todo y de todos.
Mientras estemos en proceso de conversión, el Señor seguirá sorprendiéndonos, provocando y escandalizando, si no es así, es que ya hemos cambiado el seguimiento cristiano asumiendo una ideología a nuestra medida a la que, aunque sigamos llamando cristiana, no lo es, porque habremos abandonado la capacidad de asombro, de búsqueda, de inquietud y de anhelo por la VERDAD.
– Que cada uno cargue con su cruz y me siga.
Es preferible sufrir amando, que caer en la más absoluta tristeza por no amar. Todos tenemos nuestro propio sufrimiento, pero ese dolor no puede ser autorreferencial: ¿qué es mi dolor ante el dolor del inocente en una guerra?, pensemos que hay muchos que sufren más que nosotros, que eso nos sirva de catapulta para no atrincherarnos ante el mundo real, Jesús llegó al sufrimiento extremo, dando la vida por nosotros.
Debemos aprender a caminar por entre las dificultades, no seamos necios, nunca todo va a ser de color de rosa, nos pasaremos si no la vida, dejando pasar el tiempo pensando que aún no es el momento, que cuando alcance aquella cosa, ya podré, y luego vendrá otra y otra cosa que queramos esperar a que pase sin arrancar a amar. El momento presente hay que vivirlo con la cruz como mochila, ya, ahora.
– ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida?
Ésta fué la pregunta que interpeló sobremanera a Claret. Le llegó al corazón, como una saeta y provocó su conversión y apuesta absoluta por Cristo. Planteémonos nuestras prioridades, nuestros afanes de la vida, si son lo que Dios quiere. Quizás, un indicativo puede que sea que no escojamos el camino más fácil, el que nos marca la sociedad, encasillándolo todo a su manera, marcando las tendencias, cómo hay que comportarse, cómo hay que pensar y opinar, lo políticamente correcto… ¿No os sentís a veces manipulados y que nos llevan donde quieren?
¡Está todo tan falto de valores, que la felicidad verdadera, seguro que está fuera de esos railes ficticios que nos marcan las redes, el mundo en general!
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