¿Qué dice el texto?
Lectura del santo evangelio según Juan 3,14-21
Dios mandó su Hijo al mundo para que el mundo se salve por él
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.»
NOTAS BÍBLICAS
Nos situamos: el domingo pasado Jesús realizó lo que llamamos «purificación del Templo». A continuación tiene un encuentro con un jefe fariseo llamado Nicodemo. El texto de este domingo es la segunda parte del diálogo, una larga respuesta de Jesús a una objeción de Nicodemo.
Jesús habla de un modo que identifica su crucifixión con su éxito, llamando a ambas cosas «ser levantado»: el alzar de la cruz y el alzar del éxito de su misión.
Lo asemeja a cuando Moisés levantó una serpiente de cobre en el desierto de modo que todo el que recibía una mordedura mortal de serpiente, al mirar la de cobre quedaban curado. Lo mismo pasa con la cruz: salva al que se adhiere a ella.
Esta «elevamiento» de Jesús es a la vez fuente que ilumina. Por eso quien no obra como Dios quiere no se acerca a la cruz salvadora para no ser delatado por la Luz. Eso implica una autocondena, pues no acepta los efectos salvadores de la cruz.
SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
DESDE EL TRABAJO CON NIÑOS
(Mujer, soltera, pertenece a comunidad eclesial y movimiento seglar)
En este evangelio se nos presenta la infinita paciencia y amor que Dios tiene a la humanidad.
Dios ha estado caminando a nuestro lado desde siempre .Ha hecho una alianza (unión) con el hombre, desde tiempos de Abrahán y Moisés y ahora lo hace con lo que un padre más quiere: su Hijo. “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para […] que crean en él, y tengan vida eterna”.
Jesús ha venido para enseñarnos, qué debemos de hacer , qué camino seguir, para encontrar la felicidad.
Dios, es paciente, cariñoso, cercano, que ayuda, perdona y no juzga. Quiere que cada uno de nosotros viva “en plenitud”. Es una palabra difícil, pero significa lleno de vida, con ilusión, con alegría, disfrutando de la vida que cada día se nos regala, siendo agradecido.
Pero, ¿cómo se consigue? Al CREER, al FIARSE de lo que Jesús nos dice. Y al ponerlo en práctica.
Vamos a pensar un momento. ¿Cómo nos sentimos cuando desobedecemos, cuando mentimos, cuando decimos cosas que no queremos a nuestros amigos?… Mal, ¿verdad?; en cambio ¿ si ayudo en casa, soy cariñoso con mis abuelos, juego y me divierto con mis amigos; ayudo al que está solo…?
Seguro que te sale una inmensa sonrisa en la cara, porque desde tu corazón estás orgulloso de tus acciones.
Pues eso es. Todas esas buenas obras reflejan, lo bueno que Dios ha puesto en tu corazón.
DESDE LA AUSTERIDAD
(Hombre, casado, cuatro hijos, pertenece a comunidad eclesial)
Nos vamos acercando paso a paso hacia la Pascua, y en este 4° domingo de Cuaresma, Jesús conversa con Nicodemo acerca de la fe.
«…para que todo el que cree en Él tenga vida eterna.» Con estas palabras, Jesús nos ilumina el camino indicándonos que creyendo en Él, en su palabra, obtendremos la Vida eterna. Tener más no nos hará obtener esa Vida con mayores garantías, o nos hará tener mayor tranquilidad, no… Tenerlo a Él, creer en nuestro Señor Jesucristo, es lo que nos acercará al Padre.
En muchas ocasiones, sufrimos (a veces, incluso exageradamente) porque nos faltan cosas que teóricamente nos deberían hacer felices, olvidando lo más importante que no es otra cosa que el deseo de alcanzar la Vida prometida por el Señor.
«El que realiza la Verdad, se acerca a la Luz». De una forma explícita Jesús nos habla del Camino, la Verdad y la Vida. Él es todo. Y el que lo sigue, anda en la luz, a pesar de que nuestra vida, en muchas ocasiones, sea una verdadera cruz. Pero miremos al Señor con confianza plena para sentirnos que estamos en el verdadero camino. No dejemos que las tribulaciones nos hundan y andemos con el Señor hacia esa cruz, para poder llegar, con Él, hacia la Resurrección.
TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?
(Hombre, casado, pertenece a movimiento cristiano)
EL QUE OBRA LA VERDAD SE ACERCA A LA LUZ
Cristo Jesús,
vivo en ciudades extrañas,
ruidosas
obsesionadas,
como si huyeran disfrazándose
entre alcohol y coches de alta gama.
Cristo Jesús,
vivo en tiempos extraños,
entre gentes
con desolados paisajes interiores:
sus rostros son rostros disecados,
sus manos son salas de espera sin esperanza,
sus miradas arrugadas rezuman desolación.
Vivo tiempos de éticas para náufragos.
Vivo tiempos de sequía ruidosa.
Vivo tiempos de desiertos llenos de lagartos enfermos.
Vivo tiempos como si viajara
a bordo de un barco enloquecido.
¿Quién va orientado?
¿Quién sabe bien lo que hace?
¿Quién va sobrio
y no se miente a sí mismo?
Me cansa tanto y tanto slogan vacío.
Me cansa tanta epidemia de soledad.
Me cansa tantos y tantos arañazos en el corazón.
Cristo Jesús,
¿Dónde las soluciones?
¿Dónde los profetas?
¿Dónde los caminos
con caminantes fraternales?
Cristo Jesús,
¿Acaso una obra de la luz
sea dejar atrás los escombros
y construir,
con algunos restos
y mucha confianza
nuevos navíos,
nuevas relaciones,
nuevas esperanzas?
Cristo Jesús,
¿Dónde los que se acercan a la luz?
Todo el amor humano,
todo el amor divino
me tiembla en el costado.
CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?
(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)
ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?
(Mujer, soltera, pertenece a Comunidad Eclesial y Movimiento Seglar)
«Entregó a su hijo único para que el mundo se salvara por Él»
Medito el evangelio de hoy y me examino, si acaso mantengo una adecuada imagen de Jesucristo; porque de la forma como lo percibo, dependerá la calidad de mi seguimiento y la medida de mi Fe.
¡Creer es la clave! Creer en mi origen, criatura ideada y amada por Dios. Confiar en su soberanía sobre lo visible y lo invisible. Asumir la presencia de su Espíritu Santo en el mundo y acercarme a los mandamientos que nos ha dejado como camino de salvación. Creer en el otro y caminar en la verdad.
Que nuestro Abba Padre nos conceda la gracia de vernos reflejados en Cristo como obra del amor divino, de seguirlo, llevando su luz a nuestros próximos; de tener por meta, llegar a la vida eterna. Amén.