Evangelio Seglar para el Domingo 5ª del Tiempo Ordinario – 9-2-2025

8 de febrero de 2025

PRIMER PASO: LECTIO

¿Qué dice el texto?

Lectura del santo evangelio según Lucas 5, 1-11

Dejándolo todo, lo siguieron

En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes.

Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.

Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro, y echad las redes para pescar.»

Simón contestó: «Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.»

Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.»

Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.

Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres.»

Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

NOTAS BÍBLICAS

En un versículo anterior, Jesús se siente «enviado a predicar el Reino de Dios en otras ciudades», de ahí que le veamos enseñando la «palabra de Dios» (primera vez que Lucas llama así a las palabras de Jesús) a la gente ansiosa de ella. De ahí también que asocie a sí a otros para que sean con Él » pescadores de hombres», es decir, para ganar adeptos al Reino. Los llamados son los «socios» de dos barcas de pesca, al menos: Simón-Pedro (su hermano Andrés, que debe estar, no es mencionado: Lucas siempre destacará la figura de Pedro), Santiago y Juan; los cuales «dejan todo» su mundo y «lo siguieron» (término propio de discipulado, que Lucas usa por primera vez).

Simón-Pedro ya había visto (en el capítulo anterior) cómo Jesús cuando curó a su suegra en su casa de Cafarnaúm, por ello se presta a las peticiones de Jesús. lo embarca, y luego vuelve a echar las redes. Ante el nuevo milagro experimenta los sentimientos característicos -la indignidad, la reverencia- de quien se descubre ante la presencia de Dios, del Señor.

SEGUNDO PASO: MEDITATIO

¿Qué nos dice el texto?

Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

DESDE EL TRABAJO
(Mujer, casada, madre de 2 hijos, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)

Nos encontramos con una de las primeras predicaciones de Jesús en público y el ámbito más propicio para nuestro enfoque del Evangelio. Vemos un Jesús que deja de lado los «formalismos» de la sinagoga para acercarse a las personas en uno de los lugares cotidianos de su día a día, su TRABAJO.

Simón se muestra seguro en aquello que manejaba, ser pescador, y así se lo manifiesta a Jesús cuando le dice que tire las redes una vez. Pero aun sabiendo la realidad de las aguas no pone en duda lo que Jesús le está pidiendo y las vuelve a echar. El resultado: Jesús les da mucho más de lo que ellos, por sí mismos, hubieran podido conseguir. A partir de ahí lo tienen claro, Jesús tiene una tarea para ellos y ellos se dejan guiar por Jesús en todo lo que él les dice.

De este hecho hace más de dos mil años, pero hoy día podemos sentir la llamada de la misma manera que lo hizo Pedro. Jesús se «mete» día a día en un campo que nosotros dominamos a la perfección como es nuestro trabajo, y sólo tenemos que estar atentos para ver qué es lo que nos pide que hagamos. Porque lo que está claro es que si actuamos al igual que Pedro, y confiamos en lo que Jesús nos pueda pedir que hagamos el resultado será mucho mejor que si actuamos nosotros solos.

¿Cuáles son mis redes? ¿Dónde las tengo que echar? ¿Verdaderamente soy capaz de escuchar lo que Jesús me pide en algo que domino tanto como mi trabajo? Hoy Jesús nos llama a ser pescadores de hombres, a tirar nuestras redes (su Evangelio) en todo lo que rodea nuestra vida y confiar en que siempre teniéndolo a él presente nuestras redes siempre vendrán más llenas.

DESDE LA ESPERANZA
(Hombre, casado, 3 hijos, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)

“Rema mar adentro y echad las redes para pescar”

El relato de la Lectura de hoy, creo que ilustra como pocos, la verdadera naturaleza de los milagros de Jesús. ¿Cuántas veces le pedimos a Dios algo y nos quedamos esperando, de brazos cruzados, mirando al cielo a que Él actúe, a que Él lo haga todo?

En este caso Jesús se encuentra con unos hombres que mucha esperanza no debían tener; “Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada”. Pero, aun así, el Maestro les pide un esfuerzo más; “remad mar adentro y echad las redes”. Hace pocos domingos indicó rellenar unas tinajas de agua, en otra ocasión toma los cinco panes y dos peces que le entregan, siempre pide tener Fe, y después de eso, es cuando se produce el milagro. No puedo recordar un solo milagro de Jesús en que actúe sin colaboración por parte de nadie. Pareciera como si necesitase que nos pongamos manos a la obra, para venir a darnos el definitivo empujón.

Puede ser fuerte la tentación de pedir a Dios, el fin de guerras, conflictos sociales o familiares, injusticias, enfermedades, etc. y quedarse mirando al cielo, quizá por la misma falta de esperanza que es capaz de paralizarnos. Recordemos siempre que la cosa no va así. Nada de brazos cruzados. Hay que participar en asociaciones y plataformas, hay que expresarse en redes sociales, hay que esforzarse en seguir las terapias que sean necesarias, tenemos que tomarnos la molestia de formar sólidamente nuestras conciencias, acordarnos de devolver bien por mal. Hay que  arremangarse y decirle a Dios de corazón; “Por tu palabra, echaré las redes”.

TERCER PASO: ORATIO

¿Qué nos hace decir el texto?
(Hombre, 3 hijos, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)

ASOMBRO.

 Señor Jesús:
asombro.
Señor Jesús, nos sigues llamando.
Asombro.

Señor Jesús, nos sigues fascinando.
Asombro.

Somos capaces de escuchar palabras que nos tocan el corazón y se quedan a habitar en él.
Asombro.

Podemos encontrar el camino de plenitud que sacia nuestra sed y nuestros afanes.
Asombro.

Somos capaces de intuir la verdad de las verdades de nuestra vida en medio de los ruidos y los desconciertos.
Asombro.

Podemos ampliar nuestros cegatos límites con la abundancia del amor sobre todo amor.
Asombro.

Somos capaces de seguir tu rastro, tu rostro, tu presencia como el perro rastrea, anhelante, a su amo, en cercano y tan distante.
Asombro.

Podemos percibir en nuestra respiración, tu aliento que nos regenera, nos sanea, nos alimenta.
Asombro.

Somos capaces de captar el flujo de la vida que nos mira con misericordia, nos genera confianza y nos alegra radicalmente en medio de las rozaduras de la vida.
Asombro.

Podemos ser muy conscientes de nuestro lugar en el mundo, de nuestros compañeros de viaje, de nuestra tarea esencial como seres humanos.
Asombro.

Somos capaces de presentir que tanto amor no puede terminar, que habrá un cielo nuevo, una tierra nueva y unos seres humanos nuevos.
Asombro.

Podemos vislumbrar que somos colaboradores en la transformación del mundo hacia la santidad y la justicia que tanta, tanta falta hace.
Asombro.

Somos capaces de descubrir que nuestras mejores energías están enrizadas en ese poder de vida que nos ofreces y nos enseñas.
Asombro.

Asombro de sentirnos plenamente amados en cada momento.
Asombro de sentirnos plenamente vivos en cada momento.
Asombre de sentirnos cuidados, sanados, auténticos en cada momento.

Asombro.

Aleluya.
Aleluya.
Aleluya.

CUARTO PASO: CONTEMPLATIO

¿Quién dice el texto?


(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)

ÚLTIMO PASO: ACTIO

¿A qué nos lleva el texto?

(Hombre, casado, un hijo, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)

A la luz de este texto bien conocido, se me ocurren tres propuestas muy concretitas para intentar llevar a cabo en los próximos días -que de eso se trata en esta parte de la Lectio Divina, como sabes; no sólo llenarse de ideas y reflexiones sino, a la luz de la oración con la Palabra… llevarla a la Vida-.

1 – Lee más la Palabra de Dios.

Todos los santos y santas se han caracterizado por ser enamorados de la Palabra. El P. Claret, por ejemplo, leía todos los días al menos dos capítulos completos. Pues repitamos la actitud de la gente del tiempo de Jesús y, «agolpémonos» en torno a la Palabra. ¿Qué tal si, estos días, te lees algunos capítulos enteros de los Evangelios?

2 – Fíate de Dios en algo que estés viviendo.

Los discípulos echaron las redes aun cuando tenían la experiencia de que ya  había sido inútil con anterioridad. Todos tenemos circunstancias en las que las cosas no marchan como deberían ser -que no siempre es como nos gustaría, claro-. Pues hagamos una acto de profunda fe en uno de esos temas. Echemos las redes. Repítete con frecuencia estos días algo como «Sí, Señor, en esto me fio de ti. Echo las redes».

3 – Conviértete en pescador de personas.

Que parece que es lo que Jesús quiere para todos sus discípulos: que vayamos sumando personas a su conocimiento, seguimiento y a la construcción del Reino. Esto se puede traducir en algo tan sencillo como tener una conversación con alguna persona sobre por qué te merece a ti la pena ser seguidor del Señor… Y a ver si, con tu testimonio sincero… le/la «pescas». Saldrá ganando.

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