PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?
Lectura del santo evangelio según Lucas 6, 17. 20-26
Dichosos los pobres; ¡ay de vosotros, los ricos!
En aquel tiempo, bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo: «Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.
Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados.
Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis.
Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas.
Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís!, porque haréis duelo y lloraréis.
¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas.»
NOTAS BÍBLICAS
El texto proclama cuatro bienaventuranzas en paralelo con cuatro malaventuranzas, de notables diferencias con las de Mateo y quizá más antiguas.
Todas implican al auditorio con el pronombre «vosotros». Entre los destinatarios de Lucas parece haber grandes diferencias sociales. Anuncian un cambio entre la situación de «ahora» y la del futuro, lo que para unos es una buena noticia y para otros una maldición. Es Dios el que va a invertir la situación, actuando así como el rey justo dibujado en el Antiguo Testamento; por tanto, Jesús está comunicando el dinamismo del Reinado de Dios, misión para la que ha venido, y cuyo comienzo proclamó en la sinagoga de su pueblo.
Sin embargo, la primera bienaventuranza, dirigida a los pobres (no «de espíritu» como en Mateo), anuncia un don para ese momento (no para el futuro): «vuestro es [en presente] el Reino de Dios». Lo mismo pasa con la primera maldición, dirigida a los ricos.
La liturgia ha añadido a la perícopa un versículo del texto precedente, que detalla cómo Jesús habla desde un llano, tras bajar del monte donde había instituido los Doce.
SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
DESDE EL TRABAJO
(Mujer, casada, madre de 2 hijos, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)
Este domingo Jesús nos regala uno de sus mensajes más esperanzadores y claros de su predicación como son las bienaventuranzas.
Jesús con este mensaje nos da la clave de la felicidad, que no es otra que seguir al Padre y creer y vivir su mensaje.
Los seglares en nuestro día a día tenemos muchos momentos en los que podemos sentirnos como el hambriento, como el pobre o como el odiado…. Vivimos en una sociedad en la que prima el individualismo y el egocentrismo a la vez que se nota la falta de empatía, por lo que no podemos perder de vista las palabras de Jesús.
El ámbito laboral puede ser uno de los lugares donde podemos vivir las bienaventuranzas que Jesús nos enseña en el día de hoy.
¿Cuándo me he sentido “hambriento? ¿Y “odiado” por los demás? ¿Dónde he sentido la pobreza en mi trabajo?
Pero a la vez estoy segura que en esos momentos de desazón y “oscuridad” hemos sabido ver la mirada de Cristo en todo ello, y si así no ha sido te invito a que lo sea de ahora en adelante. Y nos habremos sentido DICHOSOS, FELICES, por tener el trabajo que tenemos, por encontrarnos con ciertas personas, por ayudar a los que nos hemos encontrado en nuestro camino…
Así que en el día de hoy yo le doy gracias a Dios por las palabras que su hijo nos transmite, porque me enseña un estilo de vida que no es otro que el que debemos llevar por bandera los cristianos. Siguiendo a Cristo podemos sentir la felicidad plena.
DESDE LA ESPERANZA
(Hombre, casado, 3 hijos, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)
Hace más de dos mil años que en un monte de Galilea, un carpintero rodeado de gente cualquiera, entre las que abundaban los cojos, ciegos, enfermos, etc. proclamó un camino hacia la felicidad que chocaba ya entonces y ha venido chocando con casi todas las demás propuestas que se han planteado con el mismo fin.
Una ruta que nos señala por donde sí -dichosos- y por donde no transitar – ay de vosotros-.
¿Cuántas veces se ha intentado darle la vuelta? Seguro que te suena eso de; la pobreza puede estar bien para algunos, sin el poder no conseguiremos nada, es necesario contar con grandes medios de comunicación y tener capacidad de influencia, criticar a los ricos es meterse en política, etc.
Nuestra esperanza está afianzada una vez más en la muchedumbre de testigos que nos precede demostrando que se puede. El camino nos lo alumbran la pobreza de Francisco y Clara de Asís o Carlos de Foucauld, la persecución de Juan de la Cruz, Tomás Moro, Oscar Romero o Antonio M. Claret, por citar solo unos pocos nombres.
Jesús dijo; “Mis palabras no pasarán” y vemos que así es. Esa es nuestra esperanza.
TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?
(Hombre, 3 hijos, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)
ASOMBRO. BIENAVENTURADOS
Bienaventurados los profetas del cuidado de la vida poque se centran en lo esencial.
Bienaventurados los alternativos a la cultura de la muerte porque son un síntoma de esperanza.
Bienaventurados los que superan los apegos tóxicos de la tener y del aparentar porque irradian la vida nueva del evangelio.
Bienaventurados los que sufren por el dolor ajeno evitable porque ellos tienen corazón y manos del Reino.
Bienaventurados los que buscan la santidad en su vida porque testimonian la mejor parte del ser humano.
Bienaventurados los que se asocian para el bien de los más empobrecidos porque Dios los cuenta como de los suyos.
Bienaventurados los austeros porque su corazón estará abierto al encuentro.
Bienaventurados los que siembran misericordia día a día en este mundo tan inhóspito porque dan pistas de mejora de la realidad.
Bienaventurados los que se quitan de encima escombros de las ruinas culturales y exploran nuevas constelaciones de sentido porque son luces en la mejora de la cultura.
Bienaventurados los que cuidan la bondad de sus palabras porque ayudan a la convivencia en serenidad y confianza.
Bienaventurados los que crean puentes de encuentro y plazas de convivencia porque aportan espacios y métodos que nos hacen mucha falta.
Bienaventurados los hospitalarios porque nos señalan que los seres humanos somos de verdad, en el fondo y en la forma, hermanos.
Bienaventurados los creadores de belleza porque hermosean esta cultura llena de fealdades.
Bienaventurados los que viven con simplicidad porque nos indican caminos de la nueva humanidad.
Bienaventurados los que no juzgan porque siembran paz por donde pasan.
Bienaventurados los que miran más a las personas que a su móvil porque crecen en humanidad.
Bienaventurados los que buscan de verdad la verdad porque en su vida encuentran indicios de la presencia de Dios.
Bienaventurados los inclusivos porque anuncian la gran fraternidad a la que estamos llamados.
Bienaventurados los que son conscientes de sus responsabilidades como ciudadanos honestos y responsables que aportan calidad de vida sus relaciones.
Bienaventurados los que desean que todos los seres humanos vivan realmente todos los seres humanos porque son la indicación de los modos y de los deseos del Dios del Reino.
Bienaventurados los que se asocian con los mejores de esta cultura tan llena de paradojas porque nos ayudan a detectar los destellos de lo mejor de lo humano.
Bienaventurados los abiertos de corazón al ecumenismo y al diálogo interreligioso porque están empezando a construir la santidad que alumbra a la humanidad desde los inicios de los tiempos.
Bienaventurados los que mantienen la serenidad en estos tiempos caóticos porque ayudan a vivir lo mejor de la vida
Bienaventurados los que saben silenciarse en estos tiempos de ruidos envilecidos porque son testigos de que podemos vivir más y mejor como seres humanos.
Bienaventurados los que logran no juzgar en estos tiempos tan egocéntricos porque profetizan la solución a la sed de comunión que habita en el corazón de todos los seres humanos.
Bienaventurados los que alcanzan paz en estos tiempos tan ansiosos porque nos ayudan a mantener la esperanza en que no vamos de mal en peor.
Bienaventurados los que generan confianza en estos tiempos de sospecha continua porque nos recuerdan que la vida tiene sentido a pesar de los pesares.
Bienaventurados los que se enfocan en lo que pueden controlar en estos tiempos caóticos porque dan ejemplo para ser semillas del Reino de la vida.
Bienaventurados los descentrados de sí en estos tiempos narcisistas porque nos indican que somos capaces de estar abiertos realmente a las necesidades de los demás.
Bienaventurados los que superan creencias poco saludables en estos tiempos de irracionalidad porque nos ayudan a mantenernos en el camino del crecimiento personal.
CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?
(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)
ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?
(Hombre, casado, un hijo, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)
Existe el deseo, generalizado entre todos los seres humanos, de querer caer bien a todo el mundo, y granjearse las felicitaciones del resto de personas.
A menudo puede esconder actitudes no maduradas, carencias de algún tipo… Pero, también resulta legítimo y comprensible que vayamos por la vida no queriendo hacer enemigos, sino llevándonos bien con nuestros congéneres.
Sea como sea… desearlo dista mucho de conseguirlo.
Parece imposible que tu personalidad, forma de ser o actuaciones concretas satisfagan a todos.
Y ya que es así, resulta mucho más sano y, a la vez, auténtico, actuar desde la propia conciencia y las propias convicciones, más allá de los efectos que provoquen en quienes nos rodean.
Ser cristiano, además, tiene mucho de eso, como nos recuerdan las Bienaventuranzas.
Porque, ser cristiano/a, es nadar contracorriente muchas veces; es ser incomprendido o tachado de adjetivos que, posiblemente, escondan más bien un no «estar a la moda» de los valores, creencias o prácticas del momento, y que rivalizan con el núcleo del Evangelio.
Por eso, quizá una buena forma de llevar a la acción la lectura dominical de esta semana, es hacer algo de lo que bien sepas que no vas a recoger fruto inmediato -quizá ni lo llegues a ver, porque sabes que no va a ser bien acogido, pero sí que conecta directamente con las enseñanzas del Maestro y la construcción del Reino.
Eso sí, examina también que ese actuar tuyo nazca de ahí, de esas auténticas motivaciones y no de cabezonerías, inmovilismos… o pensamientos y creencias no discernidas, que también hay cristianos que buscan convertirse en «mártires» más por soberbia y orgullo, que por búsqueda de la verdad y sus consecuencias.
En fin… no dejes de sembrar, en lo concreto. Aunque los frutos sean para pasado mañana.
Feliz siembra.
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