Evangelio Seglar para el Domingo 7º del Tiempo Ordinario (23 de febrero de 2020)

22 de febrero de 2020

LECTIO DEL DOMINGO VII TIEMPO ORDINARIO – CICLO A

PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5,38-48

Amad a vuestros enemigos

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo, diente por diente." Yo, en cambio, os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica; dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehuyas.

Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto."

SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?

Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

DESDE LA FAMILIA Y LOS NIÑOS
(matrimonio, trabajan ambos, dos hijas pequeñas, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana)

Un domingo más Jesús nos invita a ir más allá del cumplimiento de las normas establecidas. La ley del talión aseguraba un castigo proporcional a la infracción cometida de manera que se limitaba la venganza pero se justificaba la práctica de la violencia. Jesús realiza en su vida pública una revolución que se basa en el amor. Ante este precepto del “ojo por ojo, diente por diente” ofrece una respuesta de perdón y generosidad presentando y compartiendo la mejilla, los bienes o el tiempo del que disponemos.
Si esto es complicado con nuestros seres queridos, cuánto más con quienes no guardamos buena relación o quienes nos perjudican. En esas situaciones un cristiano se pone a prueba. En este texto Jesús nos indica que “nuestro prójimo” es cualquier persona que se encuentre en nuestro camino y que ante ellos también estamos obligados a hacer el bien. En la convivencia familiar suelen surgir discusiones con nuestras hijas y algunas veces como pareja. Día a día rogamos a Dios para que nos proporcione calma y la paciencia no nos abandone y no convierta la diferencia de opinión en hostilidad y mucho menos en faltas de respeto. Nuestras hijas crecen aprendiendo cómo se solucionan los conflictos en casa y no nos gustaría que entendieran que la violencia es un modo legítimo para tratar al prójimo.
Jesús nos pone en una tesitura complicada, ya que es difícil no dejarse llevar por nuestro lado visceral más primitivo en momentos en los que podemos sentirnos incomprendidos, amenazados o cuestionados. Cuando tenemos un problema con alguien podemos caer en la tentación de tener en cuenta sus defectos o sus incoherencias de vida buscando tener razón y justificar nuestra postura en una posición “dominante”. Para ello hay que procurar anticiparse y mantenerse humilde, estamos llamados a seguir a Jesús por un camino de perdón y generosidad sin límites.

DESDE LA PALABRA EN LA VIDA COTIDIANA
(mujer, soltera, trabaja, perteneciente a movimiento cristiano y comunidad seglar)

El amor al enemigo, ante esto lo primero que me paro a pensar es , quién es mi enemigo ?  Porque los enemigos tienen rostro y nombres , todos aquellos que me fastidian, que  me quitan la paz .
Cómo se puede amar al que te humilla , al que habla mal de mi , que te pone la zancadilla ? . Que difícil es , es antinatural no puede salir de mi , es imposible en mis fuerzas por mucho que me lo proponga .
Pero  el Señor tiene poder para eso y para más , en tanto y en cuanto yo me siento amada  y perdonada por Dios podré llegar a perdonar y amar al otro
Lo primero que tengo que hacer para llegar a esta Palabra es rezar por el enemigo , espero que el Señor me conceda hacer carne está palabra , que me dé su Espíritu Santo.

DESDE LA ENFERMEDAD
(mujer, casada, jubilada, convaleciente, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)

“Sed perfectos” y ¿que es ser perfecto? Dice el diccionario “la palabra perfecto describe a la cosa, organismo o individuo que reúne el más alto nivel de excelencia en relación a los demás elementos de su misma naturaleza”. Ya nada más leerlo me cansa, me parece una meta imposible, algo inalcanzable, lo cual me crea frustración. La perfección es algo tan relativo, lo perfecto para mi puede no serlo para ti.
No creo que Jesús pretenda frustrarme con un ideal inalcanzable. Necesito metas realistas que pueda llevar a cabo. Intentar hacer las cosas bien, lo mejor que pueda. Aceptar el resultado y sentirme satisfecha con él. ¿Por qué?. Porque he trabajado duro, lo he intentado. Unas veces lo habré superado y otras, a lo mejor me he equivocado, pero también he aprendido. ¿Por qué nos empecinamos en querer ser inmaculados, fantásticos, ocurrentes, un modelo para que nos copien?. De verdad que eso me produce cansancio.
También el Señor con esas personas con las que tengo intereses opuestos, con las que no tengo sintonía, que me crispan; me pide que sepa aceptarlas, respetarlas, evitar entrar en conflicto. Tener un gesto, una palabra amable. No levantar muros, no desearles mal, no poner condiciones, no pedir cuentas. Hace tiempo estas cosas me costaría mucho trabajo hacerlas, al menos algunas. Pero con los años la vida te enseña que no obrar así es envenenarte la sangre y no sirve para nada. Solo para perder energía. Ahora esas actitudes me salen hasta con facilidad. Hacen que me sientas bien, que me quite un peso de encima. Lo que quiero ahora, es que mi corazón se vacíe en detalles por las personas que el Señor pone en mi camino. Sin más pretensiones. Así el sol del creador lucirá para todos.

TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?

(hombre, casado, trabaja, pertenece a movimiento cristiano)

Cristo Jesús,
evangelio de vida y paz.
Cristo Jesús,
buen samaritano.
Cristo Jesús,
víctima de nuestras injusticias.
Cristo Jesús,
poder de Dios.
 Cristo Jesús,
arranca la violencia de mi corazón.
Cristo Jesús,
dame entrañas de misericordia.
Cristo Jesús,
aviva mi capacidad de tolerancia.
Cristo Jesús,
ábreme al perdón y a la reconciliación.
Cristo Jesús,
infúndeme tu Espíritu de Paz.
Cristo Jesús,
que piense como Tú,
que hable como Tú,
que sienta como Tú,
que haga como Tú.
Cristo Jesús,
que llegue a ser,
diariamente,
un instrumento de tu paz.

CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?

(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)

ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?

(matrimonio, 5 hijos, ambos trabajan, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

Los motivos de conflicto con alguien pueden tener causas muy diversas. Diferir es algo implícito a la vida misma, pues no cabe duda de que la vida no es un excel, en el que todo encaja a la perfección según nuestro gusto, y también es cierto que cada uno es de su padre y de su madre.
Dando por hecho que esto es así, el reto está en nuestra actitud como respuesta, en cómo miramos al otro durante una disputa. Aunque nos escueza, esforcémonos por amar al prójimo ahí, en esa situación. En este comentario no vamos a dar clases de moralidad a nadie, ni de cómo abordar un negociación para intentar que en la relación todos ganen o que no sea una relación ganar-perder, que no hace sino generar resentimiento, agrandar la brecha y avivar el conflicto.
Sólo te sugerimos poner la situación en manos del Señor, pedirle humildad para que no salga nuestro ego a relucir, y sabiduría para actuar mirando al otro como a un hermano, y desde la idea de que muy probablemente ninguno esté en posesión plena de la verdad. Que, como a los ciegos curados por Jesús en las lecturas de esta semana, nosotros seamos capaces de ver: que la otra persona puede tener su parte de razón, que también se siente herida, que la mediocridad que pienso del otro también me la puedo aplicar a mi, porque tal vez yo no sea tan perfecto, y que si por el momento no es posible tender puentes en las relaciones, podemos empezar a tenderlos desde el corazón. Y recordar que el mal no toque nuestro corazón, actuar con los mismos criterios de justicia y responsabilidad que hacia los que no nos agravian, y dar bien por mal, que el Señor, con nuestra predisposición plena, se encarga de que haya algún cambio a mejor, o en el otro o en mí.
¿Tienes algún caso que poner en manos del Señor para que con tu ayuda, construya el Reino?