Evangelio Seglar para el Domingo de La Santisima Trinidad (12 de junio de 2022)

10 de junio de 2022

PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?

Lectura del santo evangelio según Juan 16, 12-15

Todo lo que tiene el Padre es mío; el Espíritu tomará de lo mío y os lo anunciará

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando.
Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará."

SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?

Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

DESDE LA PAZ
(Mujer, soltera, pertenece a comunidad cristiana y movimiento laical)

Celebramos hoy la fiesta de la Santísima Trinidad, y esto me lleva a preguntarme: ¿en qué Dios creo? Quizás la imagen de Dios que tengo no me esté ayudando en mi proceso de madurez cristiana. Hay muchas imágenes de Dios que distorsionan la gratuidad de su amor y su gran misericordia. Por ejemplo si creo en un Dios que castiga, tendré la tendencia a condenar a quienes considero dañinos. Si creo en un Dios distante y distinto, seguramente viviré mi fe alejado de la realidad e indiferente a la comunidad. Si creo en un Dios que lleva cuentas del mal, dejaré que me domine la culpa y haré lo mismo con mi prójimo. Si creo en un Dios milagrero, me será difícil asumir responsabilidades y viviré atenida.

Mi experiencia evangelizadora en el Equipo Misionero Claretiano del Medio Atrato, Chocó, Colombia, inició en diciembre de 1.981, cuando tenía 28 años. Pertenezco a una familia sencilla y humilde donde aprendí desde pequeña los valores cristianos, sin embargo la imagen de Dios que predominó por algún tiempo era la de un Dios que castiga y eso me llevaba a señalar internamente a las personas en buenas y malas. No me sentía muy conforme porque a veces personas señaladas como malas realizaban acciones de bondad hacia otras personas y en ocasiones las denominadas buenas cometían injusticias. Oraba, meditaba y buscaba personas y lugares para encontrar la luz. Poco a poco me fui acercando a la imagen de un Dios cercano, que siempre está a nuestro lado, que nos ama y nos perdona sin poner condiciones y que su anhelo es que tengamos vida y vida en abundancia.

Durante mis años de vida misionera esta imagen de Dios se fue agrandando en mi alma y en mi corazón, a tal punto que a todas las personas las considero hermanas y hermanos, hijos del mismo Padre, y por tanto portadores de la misma dignidad y derechos. El amor y el perdón, recibido de Dios, lo debemos transmitir para construir la paz. Si practicáramos el amor y el perdón no existiría discriminación, ni racismo, desaparecería la violencia, la ambición, la exclusión, y por supuesto viviríamos mucho más felices. 

DESDE EL SÍNODO 2021-2023 “Por una Iglesia sinodal”

(hombre, casado, 2 hijos, pertenece a comunidad y movimiento seglar)

Que la Iglesia es muy sabia lo sabemos todos (sí, es verdad que sus fallos tiene…pero superados con creces por tanto bueno; ¡que a veces lo olvidamos!). Sin embargo, en domingos como este lo demuestra más todavía.

Nos metemos ya en el tiempo ordinario, pero lo hacemos comenzándolo con una fiesta: la Santísima Trinidad. Y digo que la Iglesia es sabia porque nos hace entender que esa manifestación plena de la Trinidad, que se nos ha regalado en la Pascua, tiene toda su repercusión en nuestra vida “ordinaria”. El Espíritu nos sigue guiando y comunicando la voluntad de Dios para nuestro día a día, pero no como un consejero de lo cotidiano; sino indicándonos por dónde se avanza en el camino de la santidad.
Pretender explicar el evangelio de Juan, con toda su riqueza simbólica y dialéctica sobre la inhabitación mutua de las Personas de la Trinidad es, cuanto menos, osado si uno no es un buen biblista (que no es el caso). Pero comparto una idea que me surge después de meditarlo: Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo; se ha autocomunicado -y sigue haciéndolo- para llamarnos a la Vida que ya hemos saboreado en la Pascua y que sabemos que nos colma el corazón.

Y, sin embargo, muchas veces se nos olvida, pero tenemos a la Trinidad en diálogo con nosotros. El Misterio de Amor último que sustenta todo, que es plenitud de Ser, permanece continuamente revelándose y esto pide de nosotros una actitud de escucha atenta, más aún, de contemplación. 

Desde la perspectiva de la sinodalidad, que retomamos esta semana, cabe preguntarse si en lo cotidiano de tantas y tantas acciones eclesiales verdaderamente estamos abiertos a la escucha y la contemplación del Espíritu, para ayudar a que el Resucitado se transparente en la vida de tantos. La sinodalidad, antes que un conjunto de “tareas” de reflexión, es una invitación a esta contemplación de cómo Dios es y a caminar coherentemente con Él.

TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?

(hombre, casado, pertenece a movimiento cristiano)

Trinidad Santa.
Presencia de la comunión.
Comunión de la presencia.
Santa Trinidad.
Energía de la santidad.
Santidad enérgica.
Trinidad Santa.
Cercanía del misterio.
Misterio de cercanía.
Santa Trinidad.
Vida de la palabra de vida.
Vida del cuidado de la vida.
Vida de los deseos de vida.
Trinidad Santa.
Corazón de los creyentes.
Corazón de las mujeres y hombres de bien.
Corazón de los que buscan amar y ser amados.
Trinidad Santa.
Fuente de las fuentes.
Fuente de las esperanzas.
Fuentes de las creatividades.
Santa Trinidad.
Santidad de la intensidad de lo real.
Santidad de la densidad de lo real.
Santidad del poder lo real.
Trinidad Santa.
Que unes a los seres humanos, peregrinos.
Que unes a los pueblos, peregrinos.
Que unes a todo viviente hacia la plenitud del final de los tiempos.
Santa Trinidad.
Bendición.
Libertad.
Confianza.
Trinidad Santa.
Fundamento.
Impulso.
Sensibilidad.
Trinidad Santa.
Unidad de las unidades.
Diversidad de las diversidades.
Vínculos de los vínculos.
Santa Trinidad.
Entrega.
Acogida.
Gracia.
Trinidad Santa.
Plenitud.
Vacío.
Silencio vibrante.
Santa Trinidad.
Santidad de las santidades.
Humanidad de la humanidad.
Amor del Amor.
Trinidad Santa.
Luz.
Luz de luz.
Luz de las luces de la realidad.
Luz que nos busca.
Luz que nos sustenta.
Luz que nos crea y recrea y plenifica.
Santa Trinidad.
Alabanza.
Adoración.
Silencio.
Trinidad Santa.
Amén.
Amén.
Amén.
Santa Trinidad.
Aleluya.
Aleluya.
Aleluya.

CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?

(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)


 
ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?

(matrimonio, 5 hijos, ambos trabajan, pertenecen a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

Cuántas cosas nos quedan por ser reveladas, para las que habremos de esperar pacientemente, desde nuestra mediocridad. Realmente no somos nadie y tenemos una venda en los ojos. Varias veces nos movemos siguiendo impulsos propios o decisiones de otros sin valorar si hacemos lo adecuado, y por el contrario, también opinamos o juzgamos la mediocridad de los demás. Y todos somos realmente dignos de compasión porque erramos en nuestros actos. Es bueno reconocerlo para saber cuál es nuestro punto de partida actual y poder seguir dando pasos, pues ese reconocimiento tampoco nos puede llevar a una situación de parálisis.

Desde esta perspectiva, qué bueno es ofrecer nuestra mediocridad al Señor y, sin conformarnos con ello, pedirle que nos envíe su Espíritu, para que vaya obrando en nosotros mejoras para mayor gloria suya. 

Te invito a tener presente esta semana nuestra mediocridad, la tuya y la mía, a aceptarla, y desde ese punto de partida, a pedir al Señor que seamos dóciles a la acción de su Espíritu y que nos vayamos dejando transformar desde Su sabiduría y Su amor.
 


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