PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?
Lectura del santo evangelio según Juan 14, 23-29
El Espíritu Santo os irá recordando todo lo que os he dicho
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amárais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo."
SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
DESDE LA FAMILIA (Exhortacion posinodal “Amoris Laetitia”)
(mujer, casada, 3 hijos, pertenece a comunidad y movimiento seglar)
“Haremos morada en él”: qué preciosa frase para expresar qué Dios vive en nosotros, que nuestro corazón es su casa, que somos su hogar, si guardamos su palabra.
Esto que todos podemos hacer individualmente, se convierte en un reto precioso al hacerlo en familia. Hacer de nuestra casa el hogar de Dios es un trabajo diario que no siempre es fácil, porque amar cuesta, amar exige entregarse como Jesús, totalmente, y muchas veces no estamos dispuestos.
Que nuestro hogar sea morada Dios, aún en las dificultades, porque su palabra esté siempre presente en nuestra vida.
DESDE LA PAZ
(Mujer, soltera, pertenece a comunidad cristiana y movimiento laical)
El texto del evangelio de Juan me lleva a pensar en la fidelidad como elemento importante para la construcción de la paz. Jesús dice a sus discípulos: Quien me ame cumplirá mi palabra, mi Padre lo amará, vendremos a él y habitaremos en él.
La fidelidad debe ser recíproca entre nosotros, como lo fue entre Jesús, su Padre y los discípulos. De esta manera se convierte en un vínculo fuerte de unión comunitaria que nos ayuda a afrontar y superar los conflictos y dificultades que a diario se nos presentan.
Comparto una experiencia de vida en mi acompañamiento como misionera seglar a las comunidades afrodescendientes del Medio Atrato, Chocó, Colombia, en la que los delegados fueron fieles a los principios organizativos. Sucedió que a finales de los noventa, se programó una Asamblea General del Consejo Comunitario Mayor de la Asociación Campesina Integral del Atrato –COCOMACIA- en la comunidad de Puerto Conto en el río Atrato. Una semana antes del evento los paramilitares se tomaron la comunidad, a fin de frenar y romper el proceso organizativo.
Los equipos misioneros de la Diócesis de Quibdó junto con los dirigentes, lideres y lideresas de Cocomacia, decidimos realizar la asamblea, planteando primero a los actores armados que salieran de la comunidad porque, tanto Cocomacia como la Diócesis no realizaban eventos donde hubiera presencia de actores armados, debido a que las comunidades atrateñas son muy pacíficas y se sienten incómodas y estresadas cuando se encuentran en medio de ellos. Respondieron que demorarían un tiempo para tomar la decisión. La respuesta de los delegados fue que hasta que no salieran de la comunidad no se daba inicio a la asamblea. A los 10 minutos de haber tenido este diálogo llegaron unas pangas (embarcaciones rápidas) y recogieron a todos los miembros de ese grupo armado. La alegría y felicidad brilló en los ojos de todos los participantes por lo que se había logrado y se pudo realizar la asamblea. siendo fieles al principio comunitario de no aceptar gente armada en su territorio. La comunidad sintió la presencia del Espíritu Santo enviado por el Padre, que iluminó sus mentes y les dio valor para superar la zozobra y el miedo, saliendo victoriosos de esta difícil situación, siendo fieles al principio comunitario de no aceptar gente armada en su territorio.
TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?
(hombre, casado, pertenece a movimiento cristiano)
Cristo resucitado,
comunión de toda comunión,
vinculados a tu luz
nos alientas a ser luz de tu luz.
Cristo resucitado,
comunión que cuida toda comunión,
fundamentados en ti,
siempre queda en nuestra conciencia
un destello de confianza,
a pesar de los desquiciados momentos
que vivimos.
Cristo resucitado,
comunión que alimenta cualquier comunión,
insertos en ti,
el misterio de amor
en el que somos,
nos movemos
y existimos
se transparenta
en lo mejor de los deseos humanos
de paz,
de justicia,
de fraternidad.
Cristo resucitado,
comunión hacia la plenitud de comunión,
inefable sonoridad en el corazón orante
que intuimos en los silencios
compartidos
en contemplación,
en adoración,
en la santidad
de los reflejos
de las velas,
de los iconos,
de los amaneceres.
Cristo resucitado,
aliento de los dinamismos del universo.
Cristo resucitado,
aliento de los dinamismos de los genios proféticos.
Cristo resucitado,
aliento de los dinamismos de la mejor creatividad
de los corazones humanos.
Cristo resucitado,
misterio de santidad:
ábrenos aún más la sensibilidad
para seguir
sintiendo tu presencia
en nuestro interior,
en nuestros vínculos,
en lo que nos pasa en la vida cotidiana
en la naturaleza viva,
tan persistente,
tan versátil,
tan fascinante.
Cristo resucitado,
que recreas y enamoras…
Señor Jesús,
plenitud
de verdad,
de bien
y de belleza
de nuestra vida,
de nuestras limitaciones,
de nuestros mejores deseos.
Señor Jesús,
Aleluya,
Aleluya.
Aleluya.
CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?
(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)
ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?
(matrimonio, 5 hijos, ambos trabajan, pertenecen a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Comentario de 2019.
Quizás a medida que avanza la Pascua se nos va olvidando el gran regalo del Domingo de Resurrección.
Hoy Jesús nos vuelve a recordar y regalar su paz, para amarle y tener la dicha de amar al otro.
Hoy Jesús nos promete un regalo grande: el Defensor que enviará el Padre en su nombre.
Cuando metemos la pata, cuando sabemos que tenemos que pedir perdón, cuando obramos desde la ceguera, pidamos que Él nos haga levantarnos y seguir adelante.
Que en las tormentas que nos toca vivir, el Espíritu nos dé fuerza para que no tiemble nuestro corazón ni se acobarde. Y que cuando nos veamos llenos de Él sepamos transmitirlo y defender a los que nos rodean.
Que esta semana seamos nuevamente portadores de la paz, de la que tanto estamos todos necesitados.
—
Si quieres recibir el Evangelio Seglar cada semana, pincha aquí