Evangelio Seglar para el Domingo XIº del Tiempo Ordinario (13 de junio de 2021)

12 de junio de 2021

PRIMER PASO: LECTIO

¿Qué dice el texto?

Lectura del santo evangelio según Marcos 4, 26-34

Era la semilla más pequeña, pero se hace más alta que las demás hortalizas.

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "El reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega."
Dijo también: "¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas." Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.

SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?

Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

DESDE EL TRABAJO
(hombre, casado, dos hijos, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y movimiento eclesial)

Las dos parábolas de hoy comienzan con un acto de fe. El sembrador renuncia al grano que tiene y ya no tendrá control sobre él, y la semilla de mostaza engaña a los ojos por su tamaño. Luego Dios va haciendo, hasta lograr que ese acto de fe se transforme en fruto, en algo grande.
Pero yo me quedo hoy con ese acto de fe. Porque en el trabajo, hay que tener mucha fe para iniciar caminos de bondad, de justicia, de verdad. La dinámica es la de conservar, adaptarse, ajustarse a lo establecido para prosperar en el sistema. Hay que tener mucha fe para sembrar el reino. Porque el bien no da resultados a corto plazo y ninguno de los que tienen algún tipo de poder quieren cambiar las dinámicas que los auparon a dónde están.
Es una prueba dura, pero… ¿Con qué cara podemos pedirle a Dios nuestro pan de cada día sin habernos ganado el jornal construyendo su reino?. Lancémonos a la batalla porque son parábolas de ánimo. Son un spoiler de lo que pasará tras nuestro acto de fe…

TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?

(hombre, casado, trabaja, pertenece a movimiento cristiano)

Señor Jesús, ábrenos los ojos para intuir en lo pequeño y cotidiano
la presencia sorprendente de tu Reino,
sin prisa, sin pausa.

Señor Jesús, agudiza nuestro instinto para el bien
y así poder captar tanto y tanto
de bueno y de santo que hay en el corazón
de quienes nos encontramos en la vida,
tan humanos,
tan hijos de Dios,
tan imagen misteriosa
de tu ser en la humanidad.

Señor Jesús, haznos capaces de asombrarnos ante nuestra capacidad
de acoger los dones de la vida en el día a día,
dones imprescindibles
para irradiar
la buena noticia
de que es posible
una fe,
una esperanza
y una caridad
que nos humanicen plenamente,
que sacien nuestra sed de autenticidad
y sosieguen esos miedos
que arañan nuestras entrañas.

Señor Jesús, expande nuestra sensibilidad
para ver en la lentitud cotidiana la fuerza última de tu Reino,
esa fuerza que fundamenta e impulsa
todos los dinamismos de la realidad
en los que estamos implantados,
en los que germinamos
y por los que podemos dar frutos
que muestren que lo mejor de nuestra humanidad
es tu amor y tu cuidado desbordante.

Señor Jesús, purifica nuestra inteligencia
para que descubramos los signos de tu poder
en lo humilde,
en lo sencillo,
en la inocencia,
en lo lento,
en lo que se está gestando,
en lo frágil
pero misteriosamente
palpitante de vida en abundancia.

Señor Jesús, ante Ti,
asombro de poder optar
por la humildad constantemente.
Como Tú.

Señor Jesús, ante Ti
asombro de poder comunicarnos
y constatar la fraternidad última y diaria que nos define.
Como Tú.

Señor Jesús, ante Ti
asombro de poder cuidar
la vida en los detalles de nuestras relaciones sociales.
Como Tú.

Señor Jesús,
ante Ti,
asombro ante la gratuidad esencial
de estar vivos cuidándonos unos a otros.
Como Tú.

Señor Jesús, ante Ti,
asombro ante la confianza última
que nos ofreces con tu presencia en nuestras vidas.
Confianza
en que
todo acabará bien.

Señor Jesús,
que ralenticemos nuestras vidas
para saborear de verdad los síntomas humildes
de tu Reino
en nosotros,
en los nuestros,
en los que nos rodean,
en lo que nos pase, sea lo que sea.

Señor Jesús,
donde hay avidez insaciable
no estás Tú ni tu Reino.

Señor Jesús,
donde hay prisas
que avasallan
no estás Tú ni tu Reino.

Señor Jesús,
donde hay ostentación
egocéntrica
no estás Tú ni tu Reino.

Señor Jesús, no somos constructores de tu Reino.
Es tu Reino el que nos construye…

CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?

(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.

 

ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?

(matrimonio, 5 hijos, ambos trabajan, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

Como nos explicó un querido misionero, desde que nos bautizamos somos ciudadanos del Cielo. Y vivimos desde ahora en el Reino de Dios, el que Jesús nos invita a seguir construyendo para su Gloria y para el bien de todos.
También nos acordamos del mensaje tan inspirador de Isaías 55, 10-11: “Como bajan la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelven allí sin haber empapado la tierra, sin haberla fecundado y haberla hecho germinar, para que dé la simiente para sembrar y el pan para comer, así será la Palabra que salga de mi boca. No volverá a mí con las manos vacías sino después de haber hecho lo que yo quería, y haber llevado a cabo lo que le encargué.”
Qué mejor acción que recibir con sed la Palabra de Dios y albergarla en nuestro interior y confiarla al Espíritu Santo que habita en nosotros para que germine, y nos vaya transformando en ser luz para su Reino. Te invitamos a que cuando ores, siempre que puedas conectes con el Espíritu Santo que vive en ti y le pidas que cada vez vayas conociendo interiormente más a Jesús y enamores totalmente de Él y de su mensaje, para seguirle mejor y amando más, tanto a Él como a nuestros hermanos. Así, incluso mientras duermes, harás vida en ti lo que Jesús explicaba con parábolas. Recuerda que eres ciudadano del Cielo.