LECTIO DEL DOMINGO XXVI TIEMPO ORDINARIO- CICLO A
PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?
Lectura del santo evangelio según san Mateo 21,28-32
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acerco al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor." Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?" Contestaron: "El primero." Jesús les dijo: "Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.
NOTAS BÍBLICAS
(por equipo coordinador, con asesoramiento de un biblista)
La parábola de este domingo usa la misma imagen que la del domingo pasado: el dueño de una viña que manda trabajadores a su viña.
Sin embargo, hemos dado un salto cualitativo dentro del desarrollo del evangelio de Mateo, pasando del capítulo 20 al 21.
En medio de las dos parábolas han sucedido acontecimientos tan importantes como la entrada de Jesús en Jerusalén montado en un pollino y la expulsión de los vendedores del Templo.
Ante esta última acción de Jesús, los dirigentes judíos le reclaman: "¿Con qué autoridad haces esto?". En vez de responder, Jesús les lanza una pregunta relativa al bautismo de Juan, si era de carácter divino o humano.
Justo a continuación viene esta parábola, que en su contexto continúa la denuncia que Jesús hace de los dirigentes judíos y su defensa de Juan Bautista. La clave de la interpretación que el evangelista da a la parábola está en el último versículo que se lee: "Vino Juan a vosotros enseñando el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron".
Los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo son pues como el hijo que dice al padre que va a trabajar a su viña pero luego no va, pues no han recapacitado ante el mensaje de Juan y de Jesús; en cambio los publicanos y las prostitutas, que son como el hijo que ha contestado negativamente al mandato del padre por la vida que llevan, pero luego sí han ido a trabajar a la viña, pues sí han aceptado el anuncio de Juan y de Jesús, y por tanto han cambiado de vida.
SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
DESDE LA ENFERMEDAD
(mujer, casada, jubilada, convaleciente, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)
La respuesta y actitud de los dos hermanos me ha hecho recordad algo que experimente durante mi enfermedad en relación a las personas que se preocuparon por mi estado de salud. Me sorprendió en gran manera el interés de algunas personas que no esperaba ni de manera remota, no al menos con el interés y cariño con que lo hicieron, con algunas por distintas razones casi había perdido el contacto, o llevaba años sin saber de ellas, pero en ese momento estuvieron allí a piñón fijo. ¡De qué manera me sorprendieron,! desde entonces han vuelto a entrar en mi vida. De la misma manera me encontré otras con las que tengo trato muy cercano y muy estrecho pero que en ese momento desaparecieron sin que aún hoy llegue a comprender por qué, a pesar de ello sigo manteniendo relación con algunas como si hubiera habido un ( ), otras se evaporaron. Puedo comprender a las primeras pero no a la segundas.
Es verdad que a pesar de nuestras buenas intenciones y de los mejores propósitos, nuestras acciones muchas veces vienen supeditadas por circunstancias ajenas o externas a nuestra voluntad. Para mi cobra mayor importancia el que las palabras y promesas que hacemos al Señor y a las demás personas cuentan en la medida que van respaldadas por nuestras obras. A la vez que nuestras obras tienen que ir alineadas en la coherencia de vida. La lealtad y la fidelidad son valores de gran peso. Estoy en un momento que tengo que hacer cambios en mi vida en función de mis circunstancias actuales, es momento de caminar ligera solo siendo honesta y coherente a mi compromiso con el Señor. Siempre desde la lealtad y la fidelidad a lo que soy y a lo que creo.
DESDE EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN
(mujer, casada, trabaja, 4 hijos y un perro, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)
Como siempre, Jesús nos habla claro, nos contrapone claramente dos tipos de personas. Las que hacen creer a todo el mundo que se comportan correctamente pero luego hacen lo que quieren, sin importarles nada, sólo ellos mismos, y por otra parte, alguien, que le cuesta hacer lo que debe y así lo reconoce, que es sincero incluso afrontando posibles consecuencias a llevar la contraria, pero que luego recapacita, se arrepiente y actúa correctamente en silencio, sin buscar reconocimiento, porque sabe lo que está bien.
Algunas veces cuando estoy muy cansada, estoy harta de recoger cosas en casa, etc. Veo algo que hay que tirar al reciclado y me da una pereza tremenda porque me coge más cerca la papelera del baño… La mayoría de las veces termino recogiéndolo de la papelera y llevándolo al compartimento correspondiente, aunque algunas no. Esto es sólo un pequeño detalle en mi actividad diaria, pero puede haber otros ejemplos, como hacer una compra rápida y no fijarme en el origen de los productos, coger el coche porque no me apetece ir andando a un sitio relativamente cercano o porque espero hasta el último momento para salir y ya no me da tiempo de ir andando…. En muchas ocasiones me porto como el hermano hipócrita.
Hoy he leído la noticia de que el humo de los incendios de California está llegando a España. También he leído que el origen del incendio está en fuegos pirotécnicos para un fiesta “para revelar el sexo del bebé” … y me pregunto hasta donde llega el consumismo y el sinsentido hoy en día.
Os animo a que revisemos nuestros comportamientos, diarios o no, nuestros gastos, la dedicación de nuestro tiempo, nuestras actividades de ocio e intentemos hacer una especie de “evaluación de impacto ambiental” y entre todos cuidemos un poco más de nuestra casa común y de nuestro corazón. Pidámosle al Señor un poquito de sentido común y fuerza contra la pereza.
DESDE LO SOCIAL
(hombre, casado, con tres hijos, trabaja, miembro y directivo de movimientos sociales, y de grupo cristiano) Publicado en 2008
Supongo que a muchos de nosotros la parábola de hoy nos impacta directa y profundamente en nuestro corazón: cuánta distancia reconocemos que separa nuestros pensamientos, nuestras palabras, incluso aquello que sentimos que deberíamos hacer, con nuestros hechos y obras, con lo que de verdad hacemos. Si es así, al menos no estamos satisfechos, instalados en nuestra soberbia y autosuficiencia, lo cual nos distancia de «los ancianos y los sumos sacerdotes», que hoy también abundan en nuestro mundo.
Por el contrario, podemos reconocernos como aquellos «publicanos y prostitutas», pues sabemos que nunca seremos merecedores de los dones de nuestro Padre, y por ello, conscientes de nuestras debilidades y dimisiones, nos situamos en actitud de conversión, pidiendo a Dios que se haga presente en nosotros y guíe nuestros pasos.
Así que lo que Dios valora no son principalmente ni nuestras buenas palabras ni nuestras buenas intenciones, sino la actitud de conversión, el ponernos en búsqueda de su Rostro y el gastar nuestra vida por su Reino, que es amor, justicia y misericordia, sobre todo con los más necesitados y marginados. Desde este enfoque el compromiso social, en cualquiera de sus formas, es ante todo una labor espiritual: movidos por el Espíritu de Dios nos entregamos a la causa de la justicia en nuestro mundo.
Cuántas veces tantas y tantas personas en principio «no creyentes» nos han dado una lección a tantos que en nuestra pertenencia a la Iglesia nos hemos sentido justificados y tranquilizados. Ellos han sido como el primer hermano de la parábola. ¿Y nosotros?
Yo le doy gracias a Dios porque de nuestra experiencia de Su amor nos brota la entrega a nuestros hermanos más desamparados, y le pido que nos acompañe siempre Su presencia para que nos aliente y nos guíe en esa tarea.
TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?
(hombre, casado, trabaja, pertenece a movimiento cristiano)
Dios cercano,
tan presente en nuestras vidas,
aunque a veces nos resulte incompresible…
especialmente en estos tiempos de pandemia.
Dios cercano,
amor sobre todo amor,
eres fiel a los hombres y mujeres
de buena voluntad
que tienen
sed de verdad y de justicia,
sed de vida,
sed de santidad.
Dios cercano,
por tu palabra encarnada,
nos enseñas la justicia y la verdad,
justicia y verdad por encima
y mucho mejor
que nuestras
humanas, tan humanas,
aproximaciones,
etiquetas
y juicios temerarios.
¡Tantas veces
nuestras palabras
son caricaturas,
incluso malévolas,
frente a tu
amor sobre todo amor!
Dios cercano,
conoces, por su nombre y por su vida,
a todo y cada uno
de los seres humanos
estén donde estén,
hayan hecho lo que hayan hecho,
tengan la pinta que tengan:
los conoces de corazón a corazón,
los conoces como sólo
un Dios de amor
puede conocer a sus hijos fruto del amor,
hijos que hagan lo que hagan,
jamás perderán
la raíz de su dignidad y su humanidad:
la conexión misteriosa con tu santidad.
Dios Santo:
no rechazas la sinceridad de corazón.
Hoy te abrimos nuestros corazones,
una vez más:
como tantos y tantos en la historia de la salvación,
somos de dura cerviz,
somos cortos de miras,
somos como niños ricos malcriados,
enroscados en nuestras mezquindades
y atrapados en ferias y ferias de vanidades.
¡Estamos llenos de muchos miedos y cobardías!,
¡estamos llenos de muchas declaraciones correctas
dignas de un catecismo escrito en bronce!,
¡estamos llenos de la arrogancia
de los que se creen sus méritos,
los méritos de la clase media occidental!
¡Envíanos tu Espíritu
que nos ayude a convertirnos y a crecer!
¡Envíanos tu Espíritu
de tal modo que nos santifique
y nos empequeñezca
para ser de verdad
semillas fecundas de tu Reino,
testigos de la fuente de tu vida inagotable,
humilde luz en medio tanto y tanto humo y vanidad!
¡Especialmente en estos tiempos de pandemia
en los que necesitamos
creatividad y valentía para superar retos,
tanta y tanta solidaridad para tantas y tantas necesidades
y tanta y tanta fe auténtica!
¡Necesitamos tu perdón!
¡No queremos alejarnos de Ti!
¡No queremos apartarnos
de tus caminos de santidad y justicia!
Sabemos que están cambiando
muchas realidades.
Pero sabemos
que todo se pasa
y que tú,
Dios no te mudas.
Sabemos que, al fin,
sólo tú, Dios, nos basta.
CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?
(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)
ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?
(matrimonio, 5 hijos, ambos trabajan, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Recapacitó y fue.
Es muy difícil mantener la coherencia entre lo que sé que debo hacer y lo que realmente hago.
Puedo ver esta parábola como una gran oportunidad para conectar con una acción del Evangelio, de la que sé que cada vez que la llevo a la práctica, hago vida el Reino de Dios porque traiga amor, ayude a crecer tanto a mí como a los demás, nos acerque a la paz…. Por ejemplo, la bendición… o acoger a quien se cerca… o escuchar activamente. Cada uno sabe cuál puede practicar. Y así de paso me entreno en ser coherente. Me voy a comprometer al 100% con esa acción. Así, si en mi caso elijo bendecir, comprometerme al 100% supone que voy a rechazar cualquier otra opción en mi relación con las demás personas que no sea ver su parte buena y darle gracias al Señor por ella. Rechazo la opción de criticarla o de hacerle mal. Eso no quiere decir que apruebe sus actos, sin embargo, apuesto por sus posibilidades. Te invitamos a que ahora, que estás leyendo este comentario al evangelio, te centres en lo que te estamos proponiendo y decidas en qué ejercitarte y que lo hagas vida durante esta semana. En resumidas cuentas, por qué no, puede que sea nuestra manera de ir a trabajar a la viña.