Evangelio Seglar para el Domingo XXXII del Tiempo Ordinario (8 de noviembre de 2020)

6 de noviembre de 2020

LECTIO DEL DOMINGO XXXII – TIEMPO ORDINARIO- CICLO A

PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?

Lectura del santo evangelio según san Mateo 25,1-13

¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: "¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!" Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: "Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas." Pero las sensatas contestaron: "Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis." Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: "Señor, señor, ábrenos." Pero él respondió: "Os lo aseguro: no os conozco." Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora."

NOTAS BÍBLICAS
(por equipo coordinador, con asesoramiento de un biblista)

Los capítulos 24 y 25 de Mateo nos hablan del final de nuestro tiempo. En esa línea se sitúa esta parábola: "no sabéis el día ni la hora".
La incertidumbre sobre la hora de llegada de Jesucristo, el Esposo, debe conducir al discípulo a una actitud adecuada: "velad".
La parábola pone el caso de que Jesucristo tarde en venir. Cuando llegue se va a mostrar qué discípulo ha tenido la actitud adecuada y cuál no.
Los que no ha previsto que el Esposo puedan tardar, no están preparados para esa eventualidad. Son necios (calificativo usado anteriormente por Mateo en su evangelio). Estos discípulos se quedaran sin participar del banquete de bodas y Jesucristo renegará de ellos: "no os conozco"
Los que han previsto la posible tardanza, están provistos para la espera, son discípulos sensatos. Éstos comparten con el Esposo la mesa.

SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?

Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
 
DESDE LA ENFERMEDAD
(mujer, casada, jubilada, convaleciente, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)

 
Hace un año por estas fechas me encontraba en la UCI  con un problema serio y que importancia cobró entonces para mi este evangelio, sobre todo esta frase “Velad por que no sabéis el día mi la hora” Cuando le ves las orejas al lobo y te das cuenta que la cuota de vida se está agotando, la muerte y nuestra  temporalidad saltan a primer plano de nuestra conciencia, cerrar los ojos a esa realidad seria actuar como las doncellas necias. Durante las largas, larguísimas horas de insomnio que me acompañaron los meses posteriores, este es uno de los temas a los que más reflexiones le he dedicado: El encuentro definitivo con el Señor. Entendí  con claridad el papel de las doncellas sensatas y lo importante de estar preparada. Descubrí que hay momentos en la vida en que nadie, nadie te puede acompañar, que tienes que afrontarlo sola. Ni marido, ni hijos, ni amigos… Es un acto donde solo estas tú y Dios
Nos preparamos para la vida, pero no nos preparamos para la muerte, es más no nos gusta hablar de esto. Sin embargo siento que el Señor me está dado la oportunidad de ir preparándome (podía haber llegado y encontrarme como a las necias). Darme cuenta de ellos me está dando la oportunidad de arreglar algunas cosas que tenía pendiente y  que está resultando ser muy sanador.  Estar preparados hace más fácil enfrentarte a ello y a partir de ahí dejarte confiadamente en las manos del Señor  porque no sabemos el día ni la hora

DESDE EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN
(mujer, casada, trabaja, 4 hijos y un perro, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)

¿Somos doncellas necias o somos doncellas sensatas? Pues la verdad es que con esta parábola me he liado un poco orientándola al tema medioambiental… Para mí las que no actúan bien serían las sensatas, ya que parece que derrochan el aceite dejando las lámparas encendidas más tiempo… pero claro, no debemos perder el objetivo final que es recibir a nuestro esposo. Las doncellas no saben cuándo llegará, pero deben estar preparadas. Nosotros igualmente debemos prepararnos, preparar nuestro corazón y preparar el planeta, aunque vamos un pelín tarde, se nos está acabando el aceite. Con el cambio climático se nos acaba el tiempo para desacelerarlo, pero todavía estamos a tiempo. Hablan de 2030 como el año tope para revertir el cambio climático, así que tenemos por delante un plazo para cambiar nuestros comportamientos consumistas y reducir el impacto de la actividad humana sobre la tierra. Expertos medioambientales dicen que si no frenamos el cambio climático habrá una crisis mucho más devastadora que la del COVID :«El cambio climático es sinónimo de desigualdad y pobreza. Y, por tanto, la experiencia que vamos a conseguir en este sentido durante esta crisis nos será de mucha ayuda a la hora de enfrentar la emergencia climática». Transforma la amenaza del COVID en una oportunidad para cambiar nuestro estilo de vida y así poder suavizar la crisis del cambio climático. Empecemos a prepararnos ya, llevémonos aceite de repuesto para nuestras lámparas: de las 4Rs (reducir, reciclar, reutilizar y recuperar), tres están directamente en nuestras manos.
Reduzcamos consumo, especialmente de productos electrónicos, carnes rojas, envases y plásticos, hidrocarburos…residuos y consumo, reutilicemos, reciclemos
Reutilicemos o dejemos que otros utilicen aquellos productos que no queramos ya pero estén en buen estado. Lo podemos dar a organizaciones, lo podemos vender y donar el dinero…
Reciclemos, después de alargar y aprovechar la vida de nuestros productos, depositémoslos en contenedores adecuados para que empresas especializadas puedan recuperar materiales.
Para que seamos sensatos y ayudemos a los demás en nuestro alrededor a serlo también.

TERCER PASO: ORATIO

¿Qué nos hace decir el texto?
(hombre, casado, trabaja, pertenece a movimiento cristiano)

Bendito seas, Dios nuestro.
Toda la creación nació de tu bendición.
Eres el creador de la luz.
Eres el creador de los caminos.
Eres el creador y el cuidador de la vida.
Eres el fundamento de la esperanza
de la vida que aspira a vida en abundancia.

Bendito seas, Dios nuestro.
Te revelaste al Pueblo Elegido,
le acompañaste por tus sabias sendas
hasta la plenitud de los tiempos:
hasta Jesucristo.
Tu presencia en los vericuetos de la historia,
tu compañía en las luces y las sombras de la historia,
tu palabra en las ambigüedades de la historia
es para nosotros
y para todos los hombres y mujeres
con sensibilidad religiosa
y ansia de santidad,
un don inmenso
que nos da sentido, significado y sensibilidad
para vivir nuestras biografías
como hijos de Dios y hermanos de todos los hombres,
sembrando semillas
de tu Reino,
humildemente,
pero fuertes por tu fuerza.

Bendito seas, Dios nuestro.
Te presentas luminoso
en las madrugadas amables y duras,
en las noches de intuiciones y de miedos,
en las nieblas que avisan
de amaneceres o de tormentas.
Siempre. Siempre. Siempre
estás tan a cerca,
tan a mano,
tan humano
tan accesible
en los silencios santos
de los que vivimos llenos de esperanza,
porque sabemos de quién nos hemos fiado.
Sí, tú eres el Santo, Santo, Santo
de nosotros,
tan humanos,
tan frágiles,
tan asustados.

Bendito seas, Dios nuestro
por Jesucristo.
Aspiramos a más luz.
Su luz, luz de luz.
Aspiramos a más amor.
Su amor, amor sobre todo amor.
Aspiramos a más vida.
Si vida, vida sobre toda vida.
Aspiramos a su comunión,
a su perdón,
a su paz.

Bendito seas, Dios nuestro.
Vemos, como entre cristales rotos,
tu sabiduría gracias al amor que te tenemos.
Aunque la pandemia nos asuste y nos encierre.
Encontramos tu sabiduría
en lo mejor de nosotros al responder a los retos
que estos tiempos extraños y raros
nos ponen delante,
como si desafiasen a toda nuestra panoplia
de seguridades, justificaciones y escondrijos,
idólatras,
narcisistas,
falsos, falsos, falsos.
Reposamos en tu sabiduría,
en nuestros silencios religiosos,
en nuestros silencios santos,
en nuestros silencios
donde sólo somos nosotros ante Ti,
santa y sabia benignidad
silenciosa pero infinitamente eficaz.
Tal es el misterio de tu designo.
Misterio ante el que sólo cabe
el silencio reverente y religioso.

Bendito seas, Dios nuestro.
Tenemos momentos de santa sed.
Tenemos intuiciones de santa comunión.
Tenemos intuiciones de santa paz.

Bendito seas, Dios nuestro.
Seguimos teniendo
la posibilidad de refugiarnos,
como el salmista del Pueblo de Dios,
bajo tus alas,
cerca de tu corazón,
dentro de tu sabiduría
que desborda toda palabra,
todo conocimiento,
todo control humano.

Bendito seas, Dios nuestro.
Bendito seas
porque podemos seguir
velando,
ansiando,
anhelando…
en medio de estos raros tiempos.
llenos de raras tensiones,
llenos de extraños momentos,
llenos de miedos y, también,
gracias a tu santidad,
de tantas y tantas esperanzas.

CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?

(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)

ÚLTIMO PASO: ACTIO

¿A qué nos lleva el texto?
(matrimonio, 5 hijos, ambos trabajan, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

Tener la alcuza llena para cuando llegue el Esposo.

Dios me llama a una vida plena.
No puedo conformarme con una vida mediocre, pues la mía está llamada a la santidad.
He construido mi vocación matrimonial, religiosa, de seglar, de consagración,… como un camino de amor que no puedo tirar por la borda. No puedo seguir el juego a mi naturaleza terrena y actuar con inclinación al mal ante cualquier tentación. No puedo vivir con la necedad de no poner a mi cónyuge, a mi pareja, a mí … y en todo caso a Dios mismo como lo primero y lo que tiene mayor valor en mi vida, por lo que vale la pena esforzarme. Una vida así merece la pena vivirla.
Me conozco, sé de qué pie cojeo. Esta semana me propongo mejorar en eso en lo que fallo de forma recurrente. Lo pongo delante del Señor, mi esposo, y me esfuerzo en ser mejor persona desterrando de mi vida ese escollo, para así tener siempre llena la alcuza y responder con alegría al Señor cada día de mi vida.