LECTIO DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR
TIEMPO DE PASCUA- CICLO B
PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?
Lectura del santo evangelio según Marcos 16,15-20
Subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
Conclusión del santo evangelio según san Marcos:
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: "Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos." Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.
NOTAS BÍBLICAS
(por equipo coordinador, con asesoramiento de un biblista)
El evangelio de Marcos terminaba originalmente en 16,8 con la huida de las mujeres del sepulcro tras el encuentro con un ángel que les proclamó la resurrección de Jesús. Ellas "no dijeron nada a nadie porque tenían miedo"; es la última frase de este libro.
Posteriormente se le añadieron epílogos, imitando a los otros dos evangelios sinópticos -Mateo y Lucas-, del que se conocen dos, uno largo y otro corto. El primero es el reconocido por la Iglesia como palabra de Dios. Forman los versículos 9 al 20.
La primera parte narra apariciones del Resucitado: a María Magdalena, a dos discípulos (se pueden identificar como los de Emaús) y finalmente a los Once; ello del versículo 9 al 18, del que la lectura de hoy tomar los tres versos finales, empezando abruptamente en mitad de la aparición a los Once, que empieza el versículo anterior.
A la liturgia de este domingo le interesa los versículos finales de Marcos, 19-20, particularmente el primero que narra sucintamente la ascensión del Señor: "El Señor Jesús, después de hablarles, subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios"
El mismo hecho es narrado también sólo por Lucas, al final de su Evangelio (24,51) y al comienzo de sus "Hechos" (1,9), con parecidas palabras sobre su "subida" al cielo, como en Marcos, en una visión espacial que considera que el cielo es un lugar que está "arriba" al que Jesús se traslada físicamente, como se hace en la tierra para ir de un sitio a otro.
El puesto a la derecha del personaje central de una asamblea es el más importante. Es frecuente en el Nuevo Testamento y en la Iglesia el recuerdo del Salmo 110 (109), 1: "Dijo el Señor a mi Señor: "Siéntate a mi derecha, mientras yo pongo a tus enemigos como estrado de tus pies".
En el libro de los Hechos y en las cartas hay varias referencias a Jesús sentado a la derecha de Dios
SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
LA PASCUA DESDE UN SEGLAR
(hombre, casado, 2 hijos, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)
Para los muy contrarios a nuestra religión, el fin del personaje histórico Jesús termina con su crucifixión. Para nosotros, evidentemente no, ni siquiera termina con su resurrección. Y por supuesto, para nosotros, ni siquiera termina con la ascensión a los cielos y el regalo del Espíritu Santo…Ahí empieza todo. Y no acabará hasta que vuelva. Y si cumplió todas sus promesas, ¿por qué no va a cumplir esta también? Pero ciertamente, este es lo más cercano a “un final de película” Una despedida, en la que solo falta el aeropuerto y el plano de la cámara yendo desde los personajes hasta todo el contorno del aeropuerto. Y es tan duro como desconcertante para los apóstoles, primero porque le han pasado tantas cosas en tan poco tiempo que no saben si esta vez es la definitiva. Segundo porque de ser la definitiva se va un amigo, un ser especial y único y son sabedores que han vivido algo tan grande que trascenderá a este mundo. Y encima este amigo les/nos pide que lo contemos a la humanidad, que hablemos de Él, de la felicidad que da saberse cerca de Su vida. Y nosotros solo nos queda hacerlo, porque haciéndolo, después de haber intimado con Él…podemos contagiar de felicidad a todos, y saber, que aunque lo parezca, ahora tampoco es el final.
DESDE UN PROYECTO DE FAMILIA
(mujer, soltera, próxima a contraer matrimonio, trabaja, pertenece a movimiento eclesial)
En este Evangelio de la Ascensión parece que Jesús nos deja caminar solos, pero con unos deberes bien pautados. Es como si nos dijera, "yo ya he hecho mi parte, ahora está en vuestras manos hacer la vuestra". Sabemos que, desde arriba, Dios siempre nos acompaña, pero Jesús deja que ahora seamos nosotros los que tomemos el mando. De alguna forma, es algo parecido a lo que ocurre cuando empiezas un proyecto familiar, abandonando en el que te has criado. Dejas la casa de tus padres para empezar un nuevo camino en el que decides tú, en el que ya no tienes su ejemplo delante, conviviendo contigo, sino que debes juzgar por ti mismo cómo vivir a partir de ahora. Jesús ya no está entre nosotros como uno más, pero tenemos dos opciones: vivir como Él nos indicó, predicando su palabra y viviendo en la fe, o apartándonos de Él haciendo como si nunca se hubiera hecho hombre. Como cristianos debemos recordar “estos deberes” que nos da Jesús hoy en el Evangelio, y tener esto siempre presente. Desde la perspectiva de un nuevo proyecto familiar, es necesario evangelizar en la vida que comenzamos, a nuestra pareja, nuestros hijos, nuestros amigos, nuestros vecinos. Hacer de nuestro nuevo hogar y nuestra nueva vida, un lugar de encuentro, de entendimiento, de amor, en el que otros puedan reconocer el amor de Dios y la vida compartida desde la fe. Señor, confírmanos con tus señales, que estamos haciéndolo bien.
TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?
(hombre, casado, trabaja, pertenece a movimiento cristiano)
Señor Jesús, nos amaste primero.
No naufragaremos.
Señor Jesús, nos quieres para que te queramos.
No nos perderemos.
Señor Jesús, germinas en nosotros.
No nos desperdiciaremos.
Señor Jesús, misterio de presencia en nuestras entrañas.
No nos engañaremos.
Señor Jesús, nos das la fuerza para amar a los demás.
No huiremos de nosotros mismos.
Señor Jesús, misteriosamente, tu amor nos atraviesa e irradia a través de nosotros.
No nos sentiremos vacíos nunca.
Señor Jesús, nuestra espiritualidad ya no es cuestión de nuestra fuerza de voluntad.
No nos sentiremos fracasados en ningún momento de nuestras debilidades.
Señor Jesús, nuestra calidad de vida ya no es fruto de nuestros logros.
No nos sentiremos en permanente competencia con los demás.
Señor Jesús, mi autenticidad humana ya no tiene como fundamento mis esfuerzos en desarrollar mis dones.
No nos sentiremos jamás vanamente orgullosos de nuestras obras.
Señor Jesús, nos fundamentas.
Señor Jesús, nos posibilitas.
Señor Jesús, nos inspiras.
Señor Jesús, nos impulsas.
Señor Jesús, nos das lo que pides.
Señor Jesús, más allá de la moral,
nos amas con tu amor sobre todo amor.
Señor Jesús, más allá de toda legislación,
nos regalas infinitas posibilidades de nacer y renacer de nuevo.
Señor Jesús, más allá de cualquier ritual,
Tú, presente,
en nuestro silencio íntimo,
contemplativo,
sosiegas,
colmas,
sanas
nuestras heridas
de soledad,
de amor,
de avidez aciaga.
Señor Jesús, formas parte de nuestra existencia.
Señor Jesús, tendemos a la comunión contigo.
Señor Jesús, nos impeles a horizontes inimaginables.
Señor Jesús, nos abres a experiencias inagotables.
Señor Jesús, nos cuidas como nadie nos puede cuidar.
Señor Jesús, don sobre todo don.
Señor Jesús, misterio de amor
en nuestros deseos,
en nuestras palabras,
en nuestras manos.
Señor Jesús, presencia que recrea.
Señor Jesús, presencia que enamora.
Señor Jesús, presencia que vivifica.
Señor Jesús, el resucitado.
Aleluya.
Aleluya.
Aleluya.
CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?
(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)
ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?
(matrimonio, 3 hijos, él trabaja, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Dos cosas:
Mirar al cielo y glorificar al Señor: Convenzámonos de que es la única opción válida y verdadera. Jesús ha vencido las tinieblas del pecado y del mal y habita, a la derecha del Padre en el cielo. Él nos ha enseñado la fórmula para obtener la salvación eterna pero también la plenitud en la alegría ya, aquí en nuestra vida terrenal. Ya no es, nuestra vida, un valle de lágrimas, tiene todo un porqué y un sentido, todo lo permite el Señor para nuestro bien, y confiando en su Amor infinito lo aceptamos todo, lo alegre y lo triste, ofreciéndoselo al Señor en ofrenda amorosa a Él, porque sentimos la necesidad de corresponder a ese Amor.
Desde allí nos manda su ayuda por medio del Espíritu Santo para que, a pesar de nuestras debilidades, seamos perseverantes en la lucha contra nuestro hombre viejo.
Mirar a la tierra e ir a lo concreto: El evangelio, la Buena Nueva, no puede ser entendido como un simple tratado de moral, es mucho más. Nuestra respuesta surge espontánea, no podemos callarnos esta noticia, Dios se ha hecho hombre, mandando a su propio Hijo, para que padeciera y muriera por nosotros para luego resucitar y demostrarnos, en sus propias carnes, que no todo acaba en la muerte, en el dolor, que viviéndolo como Él lo hizo, ya podremos disfrutar de un anticipo de la vida plena aquí en la tierra. Y para que esto no se quede en la nube, nos enseñó a amarlo en el hermano, en el prójimo más cercano. Ahí sí que hay concreción, si cada hombre es templo del Espíritu Santo y todos somos hijos de Dios, la forma de amar a Dios no es un sentimiento, es una intención en ponernos al servicio del hermano. De otra manera, sin concretar, todo se diluye y pierde su potencia salvadora, nos quedaremos en cosas y celebraciones puntuales, bonitas pero pasajeras, que rápidamente serán sustituidas por las propuestas superficiales que nos ofrece la sociedad de consumo.