SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD – CICLO B
PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?
Lectura del santo evangelio según Mateo 28,16-20
Bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: "Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo."
SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
DESDE EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA (2008)
(matrimonio, padres de dos niños, trabajan ambos, pertenecen a comunidad cristiana)
Cuando hablamos de envío, cuando hablamos de recibir el Espíritu Santo para vivir la misión de Jesús, parece que se entiende que es hacia fuera y es cierto. Pero muchas veces, los márgenes de los caminos, son nuestras propias familias. Es decir, hay muchos jóvenes embarcados en miles de historias fuera de sus propias casas y después descubren que están abandonando a sus madres solitarias y sufridoras; a sus ancianos, que malviven, no económicamente, sino con la ansiedad de una esperanza que les es, cada vez más esquiva y además con todo el tiempo del mundo, mientras que a sus nietos, o a sus hijos les falta, para hacer todo aquello en los que tienen implicado su corazón, su vida. Y no es que queramos reivindicar la familia por encima de todo, pero sí volver los ojos y el corazón y aunque Jesús también habló de disponibilidad por encima incluso de padres e hijos, lo cierto es que ellos son nuestros hermanos, nuestros pueblos y el mandato de Jesús.
DESDE LA ENFERMEDAD (2008)
(mujer, casada, con dos hijas, de baja laboral, enferma de cáncer)
Hoy me quedo con la frase «estoy con vosotros todos los días». Como los discípulos, nosotros también dudamos de que Él esté con nosotros siempre, no le sentimos a nuestro lado, desconfiamos de Él y nos asaltan multitud de dudas. Le damos más crédito a nuestros pensamientos terrenales, a nuestra realidad cotidiana que al poder trascendental de Jesús. Personalmente animo a todas las personas que dudan y que a veces incluso desconfían de Dios a rezar, a hablar con Él. Siempre nos escucha y ,de verdad, está con nosotros siempre.
TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?
(hombre, casado, trabaja, pertenece a movimiento cristiano)
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En el nombre de la fuente, del camino y de la energía.
En el nombre de la misericordia, del amor y de la comunión.
En el nombre del encuentro, de la hospitalidad y de la fiesta
En el nombre de la vida, de la pasión y de la intensidad.
En el nombre del silencio, de la música y de la armonía.
En el nombre de la inclusión, de la diferencia y de la diversidad.
En el nombre de la libertad, la alegría y el juego.
En el nombre del bien, de la verdad y de la belleza.
En el nombre de la creatividad, de la intuición y de la inspiración.
En el nombre del fundamento, de la luz y de la utopía.
En el nombre de la ternura, de la fraternidad y de la conspiración.
En el nombre de la santidad, de la humanidad y del misterio.
En el nombre de lo uno, de lo tangible y de la multiplicidad.
En el nombre de lo realmente real, de la presencia y del devenir.
En el nombre del mar, de la tierra y del viento.
En el nombre de la madre, la benevolencia y la fraternidad.
En el nombre del amor sobre todo amor, de las entrañas de misericordia y de la fecundidad insondable.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?
(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)
ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?
(matrimonio, 3 hijos, él trabaja, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
El día de la Santísima Trinidad, es un día para alabar, glorificar e incluso meditar sobre este gran misterio. Jesús no quiso ser Él sólo, ni un hijo del Creador con autonomía para decidir o para obedecer por imperativo paterno. Como todo lo que nos transmitió, quiso que recibiéramos toda la Verdad, toda su esencia. A mí me hace reflexionar la relación de Amor tan estrecha que tienen Padre e Hijo capaz de "generar" una tercera persona, el Espíritu Santo que es el cemento, ese Amor tan perfecto.
Nosotros estamos hechos a imagen y semejanza de Dios. Por tanto, Él quiere que en nuestras relaciones llegue a hacerse presente este amor. Jesús pidió una cosa muy importante al Padre en su momento de mayor dolor y pasión que todos fuéramos uno, como ellos lo eran, para que el mundo creyese.
No sé si a vosotros os ha pasado, seguro que sí, cuando tratamos de llevar adelante un proyecto y te "haces nada" para acoger la idea del otro, cuando pones a Jesús en Medio para optar por una u otra opción…ese proyecto y lo más importante, la relación de amor recíproca con el otro, adquiere un cariz muy especial, da un salto de calidad. Me gusta, aunque seguramente no sea muy teológico( ya sé que es un misterio y no se puede simplificar, ni disociar…), atribuir tres verbos a las tres personas: crear, para el Padre, redimir, para el Hijo y santificar para el Espíritu Santo. Nada sería igual si cada acción de Dios no englobara al mismo tiempo estos tres verbos, no sería perfecta.
Intentemos en nuestro día a día preguntarnos al hacer algo si estamos intentando crear una relación de amor verdadera, si con ello somos capaces de redimir y dar la dignidad que merece a la persona que tenemos en ese momento delante, y si eso nos ayuda a santificarnos tanto individualmente como en conjunto. Creo que el camino a una santificación colectiva, es muy exigente, pero nos puede hacer percibir en cierta medida, el Amor que circula en la Santísima Trinidad.
Y, por supuesto, si algo hemos conocido del amor de Dios, debemos hacer caso a la misión encomendada por Jesús, id, anunciad y haced discípulos míos. Es una gracia que no podemos quedarnos para nosotros solamente, nos tiene que quemar por dentro el deseo de compartir esta experiencia de haber conocido a Dios-Amor.
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