El día 2 de febrero es también una fiesta de Nuestra Señora. Pasa suavemente Ella con una Candela en las manos y Dios en el corazón. Santa María es la que lleva la Luz del mundo al templo de Jerusalén. No hay esplendor más grande en aquella suntuosidad de la morada de Dios que el Niño que llevan los brazos de María. Santa María es la que ofrece a Dios Padre lo mejor que Ella tiene para gloria de Dios y la salvación de los hombres. Santa María es la que recibe la iluminación de Dios por boca del santo anciano Simeón que le hace saber que su Hijo será un signo de contradicción y que una espada le atravesará el alma. Podría parecer que este anunció habría de hundir el ánimo de la Señora. A Ella no la aplasta el sufrimiento jamás.Hace algunos años a un poeta chileno le enviaron unos libros unos amigos de España. \»Pero, ¿cómo se pueden traer nos libros tan gordos a un amigo?\», replicó el poeta. – \»Es que son libros de España\», le dijeron. – \»¡Ah! ¡Si son de España, no pesan!\», fueron sus palabras.Las cosas de Dios no pesan en el corazón de Santa María. Porque el Señor está con Ella. Y entonces su yugo es llevadero y su carga ligera.Esta fiesta de la Presentación del Señor ha sido elegida en Roma, en los últimos años, como marco para una simbólica renovación por parte de los religiosos -con luces y velas en las manos- de su ofrenda y consagración a Dios. ¿Por qué no elegirla todos los creyentes para colocar nuestra luz en lo más alto de nuestro corazón y ganar claridades para los hombres y mujeres de nuestro tiempo a la vez que se alumbra un poco nuestro propio corazón.
San Esteban, protomártir
Mt 10,17-22. No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre