Francisco apela a «acabar con el escándalo mundial» del hambre

11 de diciembre de 2013

Francisco presentó el pasado lunes día 9 de diciembre la «Campaña contra el hambre en el mundo» puesta en marcha por Cáritas Internationalis y apeló a acabar con el «escándalo mundial» que suponen los mil millones de personas que sufren escasez de alimentos.

«No podemos mirar a otra parte, fingiendo que el problema no existe. Los alimentos que hay a disposición hoy en el mundo bastarían para quitar el hambre a todos», lamentó Francisco en un escrito difundido por la oficina de prensa del Vaticano.

Bergoglio rememoró la parábola de la multiplicación de los panes y los peces como ejemplo de que «cuando hay voluntad, lo que tenemos no se termina, incluso sobra y no se pierde».

El papa argentino exhortó a la comunidad creyente a compartir «con caridad cristiana» y a ser «promotores de una auténtica cooperación con los pobres» para que todo el mundo pueda tener «una vida digna» y disfrutar de «ese derecho que Dios ha concedido a todos de tener acceso a una alimentación adecuada».

Francisco invitó a las instituciones, a la Iglesia y a cada uno de los ciudadanos a «dar voz a todas las personas que sufren silenciosamente el hambre, para que esta voz se convierta en un rugido capaz de sacudir al mundo».

La Confederación Cáritas Internationalis cuenta con 164 organizaciones presentes en 200 países y territorios de todo el mundo y su labor es, en palabras del papa, «el corazón de la misión de la Iglesia».

En España, Cáritas y Manos Unidas han decidido sumar sus esfuerzos y colaborar de manera fraterna en la puesta en marcha de la misma . Para ello, el 10 de diciembre se celebraró en la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid un acto público de presentación y lanzamiento oficial de la campaña, en el que intervendrán los obispos responsables de Cáritas y Manos Unidas, monseñor Alfonso Milián y monseñor Juan José Omella, respectivamente.

A las 12 de la mañana, y tras el acto de presentación, Cáritas Española y Manos Unidas se sumaron a la Ola Mundial de Oración convocada por Cáritas Internationalis y que recorrerá todo el planeta a lo largo de la jornada, en convocatorias similares organizadas en cada país por las respectivas Cáritas nacionales.

La implementación del derecho a la alimentación en los países en los que no está garantizado es una medida fundamental para eliminar el hambre en el mundo. Para ello, dentro de la Campaña se elaborará un anteproyecto de ley para promover el derecho a la alimentación, que será remitido a los Gobiernos nacionales de cada país para que lo adopten. En el marco de la campaña, además, se abogará también ante las Naciones Unidas para conseguir la realización de una sesión sobre el derecho a la alimentación durante la Asamblea General de 2015.

Dentro de cada país, se identificarán una serie de objetivos nacionales que aborden los temas de la pobreza en sus respectivos territorios, como, por ejemplo, el desperdicio de la comida y la promoción de la horticultura, o realizando acciones de incidencia ante los propios Gobiernos.

La campaña Una sola familia humana, alimentos para todos se basa en el principio de que cualquier cambio real debe originarse primero y sobre todo en nosotros mismos y en nuestra capacidad de ver el rostro de Jesús en quienes padecen hambre. Cuando empezamos a buscar profundamente, en nosotros mismos, nuestro sentir sobre los temas vinculados al hambre, tanto en casa como fuera, nos damos cuenta que solo trabajando como una sola familia humana, con espíritu de compasión y unidad, podremos finalmente poner fin a una grave injusticia: que habiendo alimentos suficientes en el mundo, la gente todavía pase hambre.

Texto íntegro del discurso del Papa

Queridos hermanos y queridas hermanas:

 

Hoy tengo el placer de anunciarles la «Campaña contra el hambre en el mundo», lanzada por nuestra Caritas Internationalis y comunicarles que es mi intención darle todo mi apoyo.

Esta Confederación, junto a sus 164 organizaciones miembros, está hoy empeñada en 200 países y territorios de todo el mundo y su labor es el corazón de la misión de la Iglesia y su atención hacia todos aquellos que sufren per ese escándalo del hambre, con el que el Señor se identificó cuando dijo: «Tuve hambre y me diste de comer». Cuando los apóstoles le dijeron a Jesús que las personas que habían llegado para escuchar sus palabras también tenían hambre, Él les animó a que fueran a buscar comida. Como ellos también eran pobres, solo encontraron cinco panes y dos peces pero, con la gracia de Dios, llegaron a dar de comer a una multitud de personas, recogiendo incluso lo que había sobrado y evitando así cualquier despilfarro.

Nos encontramos ante un escándalo mundial de casi mil millones de personas. Mil millones de personas que todavía sufren hambre hoy, no podemos mirar a otra parte, fingiendo que el problema no exista. Los alimentos que hay a disposición hoy en el mundo bastarían para quitar el hambre a todos.

La parábola de la multiplicación de los panes y los peces no enseña precisamente eso: que cuando hay voluntad, lo que tenemos no se termina, incluso sobra y no se pierde.

Por eso, queridos hermanos y hermanas, les invito a que hagan un lugar en sus corazones para esta urgencia, respetando ese derecho que Dios ha concedió a todos, de tener acceso a un alimentación adecuada.

Compartamos lo que tenemos, con caridad cristina, con todos aquellos que se ven obligados a hacer frente a numerosos obstáculos para poder satisfacer una necesidad tan primaria y, a la vez, seamos promotores de una auténtica cooperación con los pobres, para que a través de los frutos del trabajo de ellos y de nuestro trabajo podamos vivir una vida digna.

Invito a todas las instituciones del mundo, a toda la Iglesia y a cada unos de nosotros mismos, como una sola familia humana, a dar voz a todas las personas que sufren silenciosamente el hambre, para que esta voz se convierta en un rugido capaz de sacudir al mundo.

Esta campaña quiere ser también una invitación a todos nosotros, para que seamos conscientes de la elección de nuestros alimentos, que con frecuencia significa desperdiciar la comida y usar mal los recursos a nuestra disposición. Es también una exhortación para que dejemos de pensar que nuestras acciones cotidianas no tienen repercusiones en la vida de quienes – cerca o lejos de nosotros – sufren el hambre en su propia piel.

Les pido de todo corazón, que apoyen a nuestra Caritas en esta noble Campaña, para actuar como una sola familia, empeñada en asegurar alimentos para todos.
Roguemos al Señor para que nos conceda la gracia de ver un mundo en el nadie deba morir de hambre. Y pidiendo esta gracia, les doy mi bendición.

Fuente de imagen: Depositphotos