Terminan las vacaciones y es el momento de volver a las obligaciones y a la escuela, ¿qué consejos darías a los padres cuando sus hijos reaccionan negativamente ante el nuevo curso escolar?
¿Qué quiere decir negativamente? Que les da pereza tener que cambiar el ritmo de vacaciones por el ritmo de vida de la escuela? ¿Que tienen miedo de lo que desconocen? ¿Que les duele dejar atrás la convivencia con la familia y las experiencias del verano? ¿Que tienen dudas y reticencias respeto a su rol, tan diferente en casa de la escuela? Y nosotros, los adultos, ¿cómo nos encontramos cuando se nos acaban las vacaciones y tenemos que volver al ritmo del trabajo?
Pues quizás, antes de decir o de hacer nada, hace falta pensar en aquello que nos gusta que nos hagan y nos digan a nosotros… Y escuchar a nuestros hijos para poder estar por ellos, por sus sentimientos y pensamientos, sin emitir juicios prematuros ni dar consejos, si no nos los piden.
¿Es normal que ante una situación nueva o desconocida (como puede ser el cambio de escuela o de instituto), nuestros hijos muestren rechazo o miedo?
Claro está que es normal! Ante una situación nueva o desconocida a todo el mundo se le desvelan sentimientos de miedo o de pena. Los niños o los jóvenes que han de cambiar de escuela o de instituto han de afrontar el hecho de hallarse ante una situación nueva. Generalmente les ayuda más poderlo expresar tal y como lo sienten, y que los adultos les escuchemos empáticamente (Te entiendo, ya sé qué quieres decir, es natural que te sientas así,…), les acompañemos y les ayudemos a recordar cómo han salido airosos en situaciones análogas. Si les vamos facilitando elementos que refuercen los sentimientos positivos y la esperanza de que se saldrán de todas satisfactoriamente, el cambio de escuela no será un problema.
Para los padres que por primera vez llevan a sus hijos a la guardería la separación de su hijo puede llegar a ser traumática. ¿Qué se tiene que hacer para que este alejamiento temporal sea lo más normal posible?
Está demostrado que el grado de éxito del proceso de adaptación del niño a la guardería depende, en buena medida, de la actitud de los padres. De hecho, el“trauma de la separación ” lo padecen tanto los niños como los padres. Pero no es comparable, ¡claro está! El niño no tiene prácticamente ninguna experiencia de separación, y los adultos tienen toda una vida!
La adaptación del niño a la guardería es uno de los procesos más atentamente vigilado de todos los que hacen las educadoras. Pero, cada vez más, se encuentran que han de habilitar recursos para consolar a los padres y madres. Muchas saben decir precisamente lo que los progenitores necesitan saber o escuchar para irse tranquilos, tan pronto han dejado a su hijito. Porque parece que a algunos padres y madres les cuesta mucho contener sus sentimientos.
Ahora bien. Los padres han de reconocer sus sentimientos ambivalentes (¿Estaremos haciendo lo correcto?, ¿Seré una buena madre/ un buen padre?, ¿Se apegará más a la educadora, que se pasa tantas horas, que a mí?), dar confianza al centro escogido, y no exteriorizar ante su hijo sus dudas o temores, puesto que si éstos son captados por el niño, actuarán de freno para su adaptación a la guardería.
el grado de éxito del proceso
de adaptación del niño a la
guardería depende,
en buena medida,
de la actitud de los padres
¿Qué consejos darías a los padres con niños que empiezan la escuela (P3)?
En este país la entrada en la escuela no es obligatoria hasta los 6 años, pero es generalizada en el año en que los niños cumplen 3. Por esto, algunos empiezan a ir a la escuela cuando sólo tienen 2 años y meses. ¡Son muy pequeños! Ahora bien, en la mayoría de escuelas la entrada al P3 es gradual y el proceso de adaptación está muy bien planificado, tanto para las criaturas como para los padres y madres. Se hacen las reuniones y entrevistas con la familia para informar y tranquilizar a los padres y se programan entradas“flexibles ” en días y horas para hacer más fácil la adaptación de los pequeños.
Para muchos padres y madres la entrada del hijo a P3 supone la entrada “oficial ” en la escolaridad y albergan unas expectativas ciertamente especiales. Para ellos valdría lo que ya hemos dicho para la guardería y añadiría una reflexión más: no fomentar en los niños“falsas expectativas”, en el sentido de que todo será fantástico (Harás amigos, aprenderás muchas cosas, podrás jugar mucho ,… ), porque, aun cuando será cierto al cabo de un tiempo, los inicios pueden ser más duros y los buenos momentos no siempre llegan enseguida. De manera que si los niños lloran durante unos días y expresan su malestar (a veces más en casa que en la escuela) hace falta acogerles y acoger sus sentimientos, desde la capacidad adulta de contenerlos.
Algunos“consejos”:
– – Tenerlo todo preparado. Que el niño vaya a la escuela con todos los materiales y enseres que se han pedido a la familia. A veces el solo hecho de no tener algo que los otros sí que han traído a clase, puede aumentar la inseguridad y el malestar en el niño.
– – Si el niño se queda inquieto (llorando) en la escuela, asegurémosle que
le pasaremos a recoger (sin engañarle sobre la hora). Y mirar de estar con él tras la salida de la escuela.
– – Al reencontrarnos con el hijo, es bueno establecer una conversación sobre su día de escuela, procurando no caer siempre en los tópicos (¿has jugado mucho?, ¿qué has tomado en la comida?) Y aceptar que hay niños o niñas que no quieren hablar de la escuela tan pronto salen; pero hace falta estar atentos a lo que nos comentan en otros momentos.
¿Y cómo se debe plantear el nueve curso para alumnos que empiezan el bachillerato?
El título que obtienen los chicos y chicas término de la ESO es un certificado de los años que han cursado, pero no una calificación que indique el rendimiento que han sacado. Por esto son muchos quienes empiezan el Bachillerato y no tantos quienes lo terminan.
El Bachillerato es una etapa de estudios postobligatoria, que se podría caracterizar porque es pre-seleccionada y porque es“fuerte”. El alumno de Bachillerato ha escogido qué tipo de estudios quiere hacer (y que le conducirán a unas u otras salidas de cara a la universidad o a estudios profesionales de grado superior) por esto selecciona algunas materias; y ha de estudiar de lo lindo, poniendo en activo todos los conocimientos y los métodos de estudio y de trabajo aprendidos antes.
Además, todo este esfuerzo intelectual se tendrá que dar en una etapa crucial de la vida del chico o chica: cuando hay muchos otros intereses y necesidades. Hace falta, pues, mantener todos los canales abiertos a la comunicación con nuestros hijos, sin olvidar que son mucho más que estudiantes de bachillerato, y no olvidar el diálogo cooperador con los tutores del instituto o escuela.
En general, ¿piensas que los padres tendrían que participar más en la educación de sus hijos?
Los padres no podamos dejar de educar a nuestros hijos. Por esto yo no hablaría de participar más, sino de reconocer la propia responsabilidad constatando que ésta, en algunos aspectos, es compartida con otros agentes educativos, como son la escuela, la sociedad, los medios de comunicación, etc.
Ahora, si me preguntas por participar más en la escuela en donde hemos decidido escolarizar a nuestros hijos, te diré que muchos estudios han corroborado que hay una relación directa entre el grado de participación de los padres en la escuela (Consejo Escolar, escuela de padres, junta de la Ampa ,… ) y el grado de éxito en el rendimiento escolar de los hijos (las notas!). Y esto es así! Cuando los hijos captan que la escuela es importante para los padres, mejoran su rendimiento en los aprendizajes que allí hacen.
¿Qué dirías a los padres que piensan que la enseñanza y la educación es cosa de los maestros?
La enseñanza es una cosa y la educación otra. Enseñar a hacer algo o ayudar a aprender algo, es más fácil hacerlo si se ha estudiado didáctica y se domina el contenido; por esto los padres confiamos en la tarea de enseñanza de los maestros y profesores.
Educar es ayudar y acompañar el proceso de devenir persona.
Ahora bien, yo a los padres les diría que no se engañen. Que haciendo ver que la educación es responsabilidad de otros, para poder desplazar las “culpas ” cuando las cosas no van bien, no dejan de ser los primeros y principales responsables de la educación de sus hijos.
La escuela puede hacer la mejor selección y programación de los contenidos, y la sociedad poner los mejores medios para aumentar la capacidad educativa de los medios educativos (escuelas, centros culturales, etc.), pero si la familia no hace de“receptáculo ” de todo, el niño difícilmente aprende y se educa.
¿Cuál es la imagen del colegio que los padres tienen que transmitir a sus hijos?
Pues, una imagen de respeto y valoración. Si podemos escoger la escuela que queremos para nuestros hijos y aceptamos que los maestros y profesores son nuestros colaboradores en una tarea de tan gran trascendencia como es la educación… la tenemos que valorar y respetar. Es análogo a la imagen que cada uno de los miembros de una pareja tienen que poder transmitir del otro (un colaborador imprescindible en la educación del hijo).
Si el entendimiento no siempre es fácil, si hace falta conocerse mejor, si hace falta buscar el acuerdo cuando no lo hay… entre padres y escuela, ¡siempre hay el diálogo!
¿Cómo podemos prevenir el fracaso escolar?
No me gusta nada la expresión“fracaso escolar”. Se han dicho tantas cosas, y tan diversas! Para los padres y madres yo les diría:
- Hagamos todo aquello que esté en nuestras manos para que nuestros hijos se sientan queridos y únicos, se sientan seguros de ellos mismos.
- Mantengamos un diálogo abierto y frecuente con la escuela.
- Apoyemos los procesos de aprendizaje escolar que, a menudo, requieren esfuerzo y seguimiento en casa. Y no me refiero sólo a“hacer los deberes”, sino a valorar y apoyar la tarea escolar y los aprendizajes de los hijos.
¿Qué es para ti la familia?
La familia: Un grupo de convivencia humana creado y mantenido por el afecto y la estimación entre sus miembros. Si todo va bien en la familia, la convivencia puede hacer más humanas las personas. Y, por esto, generar más vida o vida mejor.